TRINITYNo sabía cómo caminar sin llamar la atención, ni cómo acomodar las piernas; estaba incómoda, excitada y muy, muy necesitada. Me estaba arrepintiendo amargamente de la condición que acepté para salvar mi culito esta mañana. Se lo hubiese dado y ya, punto.Un dolor rápido y luego hasta me gustaría, si había lubricante suficiente para que un elefante se lo metiera a una hormiga. Pero noooo, tuve que irme como siempre por el lado más difícil.—Srta. Miller, camine un poco más deprisa, no se quede atrás, venga a mi lado —me llamó con voz fría.Estaba en modo cavernícola, y supongo que era por las miradas disimuladas que los operarios del embarcadero me daban. A pesar del cosquilleo entre mis piernas, apresuré el paso y caminé a su lado. Sentí su enorme cuerpo acercarse más, su brazo rozaba con el mío al caminar.—Lo... lo lamento, Sr. Langford, es que trajo esta vez una secretaria muy encantadora … — el hombre de espejuelitos a su otro lado trató de arreglar este desastre.—¿L
TRINITYAl parecer, se me fue un gemido más alto de la cuenta. Él achicaba los ojos desde la claridad porque no podía verme bien, pero obviamente la sala entera movió la cabeza hacia nosotros. —No pasa nada —Nathan sacó la mano de la masa enseguida.— Solo se había caído el lápiz digital de la tablet, continúe y explíqueme bien por qué subieron tanto los costos de esos materiales con respecto al mes pasado. ¿Acaso están desviando el presupuesto a otra cosa? Lo cuestionó con rudeza y obvio, de nuevo los cojones se le pusieron de corbata y se olvidó del gemido y posiblemente hasta de su nombre. Esperaba que nadie más hubiese notado las cosas ilícitas que Nathan me hacían debajo de la mesa en medio de la junta directiva.Lo vi entonces tomar su celular y su mano lasciva de nuevo en las penumbras, intentando toquetearme. ¡Me harté de su juguetito! Me quería castigar por lo del baño y lo logró, de hecho, yo he tenido que aguantar el orgasmo por más horas. « Sr. Langford, si me discul
TRINITYTragué en seco, relamiéndome.Por todos los cielos, la había estado pidiendo a gritos toda la mañana. Su boca asaltó la mía en un beso fiero, apasionado, que le devolví, apoyando mis manos alrededor de su cuello. Nuestros labios devorándose, abrazándonos, toqueteándonos. Bajó la otra mano y comencé a sentir el glande pasándose por mi vulva. Nathan gimió ante las sensaciones placenteras del vibrador sobre su polla. — Cariño no puedo más… mmmm de verdad no puedo más, Nathan… — mordí su labio con fuerza para acallar mis gemidos acelerados. Él gruñía, yo resoplaba, nuestros genitales acariciándose contra el pequeño vibrador entre nosotros, mis caderas casi despegadas de la mesa moviéndome contra Nathan que me apretaba y empujaba mis nalgas. Todo era tan caliente y erótico, sus besos, sus manos, me encanta este hombre, me vuelve loca. — Agarra aquí, duro sobre tu clítoris, no lo sueltes – colocó de repente mi mano sobre la parte de silicona que vibraba contra mi botoncito.
TRINITY—¿Qué pasó? —No, no, cariño, tranquila, no es nada súper grave, creo, no sé cómo te lo vas a tomar —frunció el ceño, sus ojos se desviaban a mis labios, mi cuello y escote. Bajé la mirada y, ¡santo cielo! —Nathan, qué rayos, ¿cómo oculto esto ahora? —me toqué un poco.Me había mordisqueado y besuqueado toda, tan dominante, siempre queriendo dejar su marca como los perros con la orina. —No te toques, lo vas a empeorar… —sostuvo mi mano. —¡¿Cómo se va a empeorar esto?! —respiré hondo, bajando mi tono — ¡Son humanos, no ciegos o idiotas!Le dije entre dientes, haciendo gestos dramáticos. —Tendrás que excusarme de la reunión, la bufanda puede tapar esto, pero de la manera en que miras mis labios y el ardor que siento, me imagino que estaré peor que las Kardashian. ¿De qué te ríes? Hablo en serio. Lo golpeé en el pecho cuando el muy cabrón aguantó la risa.—Hay otra manera, nena, que te puede curar al momento, de hecho, eso iba a agregarlo en el contrato, Trinity, yo… —vi la
TRINITY Aparta mi cabello y besa con suavidad mi nuca, haciéndome estremecer. Como siempre me sube, me baja, me zarandea y me lleva por el camino que desea, este Alfa seductor. —Pues acuérdese de eso cuando dé los bonos al final del mes, jefe —me giro y paso las manos por su cuello.Mis pies de puntillas y mis labios dándole un húmedo piquito. —Si sigue trabajando así de eficiente, le voy a poner un cheque en blanco delante, para que se firme el bono que quiera —tonteamos unos minutos. Es cierto eso que dicen que al comienzo de cualquier relación, todo es color de rosas. Fui al baño y cuando regresé, ya estábamos de nuevo en modo profesional.La reunión continuó y Nathan esta vez se comportó. Creí ilusamente que a pesar de que la Srta. Pechos de Melón casi me arruina mi reconciliación, todo había fluido y parecía casi perfecto. Demasiado perfecto…*****EMMA Me siento como una prisionera. Nathan hoy salió con esa mujer, tenía la esperanza de librarme de su perro fiel, pero n
TRINITYNathan me ha dejado en la casa y se ha ido con la tal Emma para atender el otro proyecto.Noto que hay algo que no me dice, la tensión entre ellos, quizás solo es paranoia y tiene que ver con la importancia de este negocio.Le pedí ir, pero me explicó que este trato ya no era con humanos y que los hombres lobo eran más complicados.Terminaba de colgar, hablando con Luquita y Scarlett que jugaban en el parquecito cerca de la casa, cuando escuché el sonido de un auto que subía por la montaña.Se detuvo en la entrada y enseguida James salió.Lo vi a lo lejos hablando con un hombre, su cabello castaño, creo que era también un hombre lobo.Parecía incluso que discutían en algún momento.James estaba en una postura fría y defensiva, agarró su celular y se puso a llamar con insistencia.Dio algunos pasos esperando, pero nadie le recogía la llamada.Volvieron a comunicarse, el otro hombre se veía conciliador, incluso gentil, explicándole de nuevo.De repente miraron en mi dirección y
TRINITY —¡Aaahh! – grité sin poder evitarlo, agarrada con fuerza al respaldo del asiento delantero mientras el sólido vehículo se bamboleaba y daba saltos peligrosos cada vez que pasábamos a gran velocidad sobre las raíces de los árboles. —¡Maldición! ¡Prepárese para correr, Srta. Miller! No importa qué, usted corra sin parar, quítese los tacones. James gritó y me descalcé sin pensarlo dos veces, quedándome solo con las plantillas de las medias pantis como protección. El coche dio un giro brusco que casi nos vuelca, mis uñas se enterraron en el cuero, mi cabeza se estrelló contra la puerta y sentí algo tibio bajar por mi mejilla. Un oscurecimiento delante de mis ojos, pero me sacudí frenéticamente, no podía darme el lujo de desmayarme, no ahora. —¡Abra la puerta y escape al pueblo! – el seguro se desbloqueó y James me ladraba órdenes con los caninos de su lobo fuera, a punto de cambiar de forma. Abrí la puerta sin pensarlo dos veces. El auto estaba atravesado, no podíamo
NATHANApenas le mandé un mensaje de voz a Emma, disimulando mi partida apresurada. “Quédate en la reunión bajo mi nombre. Necesito tomar con urgencia un vuelo a Halifax, mi padre está grave.” Este mensaje es una tontería, ni siquiera sé si le llegará, es solo para ganar tiempo. —¡William rastrea ahora mismo la Ford o el teléfono de James, deprisa, no hay tiempo que perder! – le rujo a la bocina del manos libres.—Ya estoy en eso – me responde y enseguida me da una ubicación – parece cerca de la ruta 45 de la carretera del bosque, son los límites de la manada Claro de Luna. Nathan, ¿qué hago? —Avisa a Morgan – pienso frenéticamente en los planes a trazar para evitar una guerra, para salir todos con vida. Esta no es mi manada, ni mi territorio, pero es obvio que hoy tendré que asesinar.No estoy muy seguro de si mi padre romperá las relaciones por defenderme y más, cuando sepa que hay una humana de por medio.Esto debo manejarlo por mi cuenta.—¿A Morgan Connor? ¿Estás seguro? —¡