NATHAN (El viernes que no fue a trabajar)—Las marcas de las ruedas, según el experto, coinciden con el modelo antiguo de silla que utilizaba Logan.William me explica lo que ya estoy leyendo en el informe.Mientras más rebusco en estas páginas, más me frustro.Pocas cosas pudimos encontrar en ese almacén, y una de ellas fueron estas marcas de sillas de ruedas en un sitio medio oculto.Pareciera que olvidaron borrarlas. Casualmente, mi hermano había cambiado hace poco su anterior silla por una nueva.—El video también fue muy bien alterado, el experto no pudo hacer nada —me pasa una memoria y la coloco en el computador.Nos encontramos en mi lado de la mansión, dentro de mi estudio personal que solo puedo abrir yo.—¿Qué rayos es esto? —miro a la pantalla donde una bruma negra comienza a surgir de la nada y tapar la zona de la naviera donde se guardan las embarcaciones privadas de la familia.—A eso me refería, ni siquiera es algo informático, más bien parece…—Hechicería —le digo en
TRINITYNos escondemos detrás del cartel grande de anuncios de la parada, como dos fugitivas, espiándolos. Por suerte, Scarlett está muy entretenida con el perrito de una señora que también aguarda el bus.El pecho se me aprieta y siento ese salto en el estómago, al ver a ese hombre, tan frío con todos, sonreír complaciente mientras cena con esa mujer desconocida.Es madura y llamativa, su ropa y postura denotan elegancia, parece que le agarra la mano por encima de la mesa. A esta distancia tampoco es que vea todos los detalles, pero es suficiente con contemplar el rostro relajado de Nathan. Me siento como una idiota. Yo, preocupada por haber herido sus sentimientos, buscando la manera de disculparme con él. ¡¿Disculparme de qué?! ¡Si mi reacción la hubiese tenido cualquiera que no estuviese acostumbrada a hacer algo así en un sitio público!—Es de nuestra raza —Mónica me asegura luego de examinarla durante unos segundos.Por supuesto que es una mujer loba y para colmo pelirroja
TRINITY —¿Enzo, el hijo del director, pero no estaba estudiando en Europa? —fruncí el ceño. —Bueno, regresó, en realidad es una actividad de bienvenida, va a ocuparse del área de neurología. —Mónica… —dudé por un segundo, ese hombre y yo habíamos tenido nuestros “intercambios”. Nos conocimos cuando iba a atenderme el embarazo de mi hija al hospital y luego de dar a luz, como al año, me invitó a salir varias veces. Nos enrollamos un poco, besitos, un poco de toca toca, pero no más que eso. Sin embargo, él tenía sus planes de superarse, incluso me incitó a irme con él a Europa y llevarme a la niña. No le importaba que fuese madre soltera, pero aunque me atrajo y era un buen hombre, no fue lo suficiente para dar ese paso, menos con una bebé pequeña. —Me la jugaste desde el inicio, ¿verdad? —Trinity, necesitas pensar en otra cosa, algo más… sano. Dale una oportunidad —me dijo en clave, mirando de soslayo a Scarlett. Acepté la encerrona de Mónica y me arreglé esa tarde con un vest
TRINITY—¡Mamá! —la llamada de Luca interrumpió el momento tan incómodo.—Dime, mi vida —me giré para enfrentarlo, sabía que iba a estar decepcionado, pero el mundo de los adultos era mucho más complicado.—Mamá, ¿por qué Scarlett dice que vas a un cumpleaños? ¿No puedes ir con nosotros? —no sabía si reír o llorar.Pero sus ojitos me apachurraban el alma.—Lo lamento, Luquita, pero ya tenía un compromiso y no puedo ir con ustedes, ve y disfruta con tu papi —le revolví un poco el cabello.—No tiene gracia si no van ustedes —bajó la cabeza con los ojos rojos.Esto pintaba a chantaje emocional por todos lados, aun así, por mucho que hubiese preferido mil veces ir al parque con ellos, debía poner distancia con Nathan.—Luca, ya vámonos, la señorita Miller está muy ocupada con su vida personal —Nathan lo tomó de la mano y lo apartó de mi lado.— Espero que no se arrepienta luego de sus decisiones, señorita Miller.El muy troglodita ni siquiera disimulaba su mala hostia.—Nos vemos mañana,
TRINITY—Espérame aquí un momento —me dijo y caminó hacia el frente donde su padre hablaba con el encargado.Los murmullos aumentaron, ellos parecían estar discutiendo, agucé el oído.—… ¿Cómo que cancelaron la reservación? —… Es una falta de respeto hacer esto a última hora… —… Eso fue algún ricachón que necesitaba el salón y pagó el doble, olvídate, que seguro fue algo así… Cuando escuché esto último tuve un mal presentimiento, pero noooo, no podía ser Nathan, no sería capaz de hacer algo así ¿o sí?Al cabo de un rato, no importa cuánto intentaron negociar, el restaurante pagó incluso la indemnización al director, pero la cena se canceló.—Estoy que se me cae la cara, no puedo creer que algo como esto sucediera —Enzo me dijo regresando a mi lado.La gente del hospital un poco desordenada, algunos yéndose y otros haciendo sus grupitos para seguir la juerga en cualquier bar.—No es culpa de ustedes, son cosas que suceden —le respondí y en el fondo de mi mente seguía repitiéndome qu
TRINITY Qué casualidad que esta calle poco transitada hoy estuviese tan movidita. Me quedé perforando con mis ojos achicados el asiento trasero, el auto pasó lento y juraría que alguien me devolvía la mirada desde el interior. —No puede ser que seas tan acosador —negué con la cabeza cuando vi las luces traseras alejarse y entonces entré a la casa. Nathan Langford estaba jugando con mi cordura y autocontrol, si tenía alguna duda, al otro día en la oficina, comprobé cuán cabrón podía ser. ***** —Sí, por supuesto, lo entiendo, bueno, muchas gracias por al menos responderme —colgué suspirando. Me había pasado la mañana, cada vez que tenía un momento, llamando a los posibles colegios para Scarlett, pero ya había comenzado el curso y nadie la quería aceptar. —¿Qué sucede que te has estado la mañana refunfuñada? —July entró a la mini cafetería que teníamos en nuestro piso. —Bueno, no encuentro un colegio bueno para la niña —le dije en lo que tomaba la tetera y echaba agua caliente
TRINITYDio un trago largo, sin dejarme de observar con esos ojos depredadores. No sé qué pretendía, a qué jugaba exactamente, pero como siempre, Nathan removía todas mis emociones.Me llevaba a los extremos de manera brusca, con él era una montaña rusa de pasión y peligro. —¿Ya me puedo ir, Sr. Langford? —¿No hay nada que quieras preguntarme? Comenzó a levantarse de su puesto, mi corazón a bombear frenético, esa deliciosa colonia se filtraba impertinente en mis sentidos.—Nada, señor y tengo muchas cosas que hacer, si no me necesita para otra cosa.—Si te necesito, ¿por qué eres tan testaruda?, ¿estás enojada por lo del otro día? Colocó las dos manos a los lados de mis caderas sobre el escritorio, mi trasero chocando la mesa y su rostro a centímetros del mío. Mis ojos devoraban esa boca sexy y esos ojos chocolates me tenían hipnotizada. Odiaba ser tan débil ante la seducción de este Alfa. —No estoy enojada, solo hago mi trabajo… —Trinity, no vine al otro día por un asunto im
TRINITYTomé mi monedero y di una última mirada hacia Nathan; casualmente me observa también mientras la jefa está hablando por el teléfono de su oficina.Esta vez no desvía esos ojos chocolates intensos, llenos de tormentas y yo soy quien termino por bajar la cabeza. —No sé qué se traen ustedes, pero disimulen un poco mejor, porque solo hay que ser algo perspicaz para darse cuenta de las ganas que se traen —July me susurra cuando entramos al elevador. Siento que mi cara se pone más roja que mi cabello, pero me quedo en silencio y ella sonríe cómplice.Luego comienza a hablar del proyecto de pesca y los restaurantes de mariscos, lo cual agradezco. Salimos al vestíbulo abarrotado de empleados que igual iban como nosotras a almorzar, la mayoría a la cafetería de la compañía.Nos perdemos entre ellos y salimos a la calle. La verdad es que su energía tan positiva siempre me contagia. La nueva cafetería es muy popular y apenas pudimos encontrar una mesita apartada en una esquina. El