219. ¡ENCONTRAMOS LAS ALGAS!

NATHAN

Pasé la mano por mi rostro mojado para aclarar un poco la visión. Pateaba el agua con las piernas manteniéndome a flote.

Miré a mi alrededor. Increíblemente, había luz; para ser más exactos, parecían haces dorados proyectados contra la húmeda roca de la pequeña cueva.

Moví los brazos, impulsándome para girarme, buscando la orilla, y cuando lo hice, casi se me cae la mandíbula con lo que descubrí.

“Nathan, esto… esto es… un criadero de huevos.”

Blaze se había quedado tan estupefacto como yo.

Decidí nadar hasta la orilla y explorar. Me impulsé plantando las botas sobre el musgo resbaloso que cubría el suelo de la caverna.

Miré a mi alrededor y, joder, si no lo veía, no lo creía.

La cueva aquí abajo era inmensa, llena por todos lados de pequeños nidos verdes y, encima de ellos, generalmente había de uno a dos huevos, más grandes que los de los avestruces y pintados de resplandeciente dorado.

Caminé con precaución hacia el nido más cercano y me agaché con cuidado.

Mi mano se extend
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