TRINITYSu mano apretó mi cadera y la otra dominante, sobre mi nuca, controlando mis movimientos, obligándome a recibir sin resistencia el saqueo ardiente de su boca. Abracé su espalda y lo pegué más a mí, sus fuertes músculos contraídos en tensión, contra mi abdomen ya podía sentir la dureza de su erección y esa colonia embriagante me tenía con la cabeza dando vueltas. — Nena no te imaginas cuando te deseo, mmnn… — apretó con fuerzas mis nalgas, pegándonos como si quisiera fundir nuestras pieles, rozando eróticamente su duro miembro contra mi pelvis.— Muero por montarte mi ardiente pelirroja … ver tu rostro mientras te corres con mi polla adentro jodiéndote bien duro… — lamía mi oído y susurraba oscuras seducciones.Joder, me estaba encendiendo en llamas, mis bragas por completo humedecidas. Sonidos lascivos, húmedos y gemidos reprimidos se escapaban de entre nuestros labios, pero en medio del mayor recalentamiento de mi vida, el rechinar de una cama me trajo de vuelta a la reali
NATHANTratar con esos pelagatos en busca de más dinero fue pan comido para mí y me aseguraré de que esto no se quede así. No después de entrar y ver cómo la estaban haciendo trizas y a esa pelirroja, solo puedo torturarla yo. —Juliana, no vayas a Atlantic Bites, pasa a buscar a Luca y tráelo al hospital Moonlight… no, no es para una consulta, es para visitar a una persona que él quiere mucho —llamo a mi hermana y le doy instrucciones. Este día ha sido de locos. Había ordenado a la enfermera prepararle una habitación a la pequeña, que la miraran bien y hacia allí me dirigía. De repente, William llamando a mi móvil, pero juro que entré y al ver a Trinity, todo quedó en un segundo plano. Recordé cómo me había llamado por mi nombre, con esa boca hechicera y sus hermosos ojos, que por un segundo dependían de mí.Siempre la he visto fuerte, orgullosa, esa parte vulnerable y necesitándome, encendió algo dentro de mi pecho. Cuando reaccioné, ya la tenía acorralada contra la pared, peg
TRINITY —Trini, buenos días —escuché la voz cantarina de Juliana. —Buenos días, Srta. Langford —le respondí con respeto, observándola mientras caminaba hacia mi escritorio.Ella podía llamarme como quisiera y jugar a ser la secretaria, pero no debía olvidar que era la hermana del jefe y una heredera millonaria. —Buenos días, Srta. Miller —la voz masculina me saludó detrás de ella. —Buenos días, Sr. Langford —ni siquiera lo miré y volví a concentrarme en el computador. Sentía su mirada fija sobre mi rostro, pero me hice la que no era conmigo y luego escuché sus fuertes pisadas yendo hacia su oficina, justo delante de mi escritorio. Solo tenía que alzar la vista y observarlo a través de ese cubículo de paredes acristaladas, que ahora por suerte tenía las cortinas bajadas y no se veía hacia el interior. —¿Está bien la niña? Luca hoy estaba queriendo ir a jugar a tu casa —Juliana se acercó, sentándose en la esquina de mi escritorio y comenzó a hablar sin cesar. La verdad es que no
TRINITYSe quedó en silencio por un segundo y yo quería morderme la lengua por idiota, ahora pensaría que era una celosa despechada.—No… no es que me interese con quién se acuesta, pero al menos si voy a tener sexo con un hombre, me gustaría ser la única en su cama por el tiempo que dure, aunque sea una noche. No comparto, Sr. Langford, no soy tan open mind. —¿Quieres ser la única en mi cama, sin embargo, te fuiste con un tipo después de que casi lo hicimos en ese club? —¿Qué tiene que ver eso con…? —le respondo con incredulidad, esta conversación torciéndose a más no poder. Solo me mira con tormentas en el fondo de sus ojos, nuestras respiraciones aceleradas y las palabras dichas entre dientes. —Lamento que te hayas quedado con la imagen de que era una puta que se follaba a varios en un día —le respondí a punto de saltar a morderlo y no en el mejor sentido. —Esa noche que tanto me echas en cara, fui secuestrada bajo tus narices, metida en un auto a la fuerza y casi me matan a g
TRINITY—Yo no creo en solo decir “lo lamento”, soy un Alfa de acciones, por eso intenté arreglar las cosas de una manera útil para ti. Pensé que era mejor mostrarte mi sinceridad —me dice, repentinamente.Sus labios sobre los míos, su pulgar recorriendo mi boca. —Yo más bien creo que eres un orgulloso que no baja su cabeza ante nadie —lo reto mirándolo de cerca a esos ojos depredadores. Lo deseo y mucho, de una manera tan intensa que siempre me asombra, pero si no le doy una lección a este Alfa, no estaré en paz. —¿Quieres que te pague lo del hospital? Lo haré —le digo y agrego antes de que abra la boca — pero a cambio te disculparás a mi manera. Levanto la barbilla desafiante, nuestras miradas enfrentadas, luchando por dominar al otro a pesar de que mi corazón se quiere salir y aprieto las manos sobre el escritorio con los nudillos casi en blanco. —¿Así que a tu manera? —sonríe un poco ladeando la cabeza. Observo esos afilados caninos animales tan cerca, me pueden desgarrar en
NATHAN En medio de la oscuridad del desolado establecimiento subterráneo, la tengo abrazada a mi cuello y pegada a mis labios como una boa constrictor. —¡Haley! —la tomo con brusquedad de los brazos para quitármela de encima porque estaba demasiado intensa. —Sabes muy bien lo que siento por ti, Nathan, no seas tan frío conmigo, estoy dispuesta a aceptar lo que me pidas, si es solo sexo lo podemos intentar… —No —le respondo sin dudar un segundo. Podré ser lo que sea, pero siempre hablo de frente con las mujeres. —Haley, creí que te había dejado bien claro que éramos solo amigos, no deseo herirte —le aseguré con el ceño fruncido y soltándola. Nuestros padres eran socios desde hace años y nos conocíamos de cachorros, pero nunca me ha gustado. —Yo, pensé que habías aceptado esta colaboración para darnos una oportunidad… —Pues te equivocaste —la corté rotundamente —Acepté, porque es un proyecto bueno que expande las áreas de mi compañía, para ustedes igual es lucrativo, pe
NEW YORK TRINITY Mi futuro iba a ser brillante y todo se arruinó en un segundo. Estaba nerviosa, mirando furtivamente en el pasillo a las otras chicas candidatas para el puesto de secretaria de esta gran compañía, todas regias y estiradas. — Celulares apagados y listas, estaremos pasando al primer examen en unos minutos – salió una mujer dando ese anuncio. Mi corazón casi se paralizó de la ansiedad. Abrí mi bolso para comprobar el móvil y vi que había un mensaje. La peor decisión que pude tomar en mi puñetera vida fue revisarlo. «Trinity, lo lamento, de verdad me lo he pensado mucho para enviarte esto, pero creo que mereces saberlo» Silvia, una buena colega de la universidad me escribió. Me levanté de la silla asombrada, no me importó llamar la atención y que todas me miraran. Mi cuerpo entero enfriándose y mis dedos temblorosos hacían zoom a las fotos tomadas desde lejos. Frente a la puerta del Plaza Hotel, un hombre de cabello castaño, abrazaba y besaba apasionadam
TRINITY — ¿Qué pasó? ¡Logró robarte los pocos ahorros que te quedaban! – Mónica, mi compañera de piso y mejor amiga, agarró mi teléfono revisando la app del banco nerviosamente. — No, no, pero vació mi tarjeta de crédito, me dijo ayer que se le prestara para una emergencia, que me lo devolvía luego, ¡y yo como idiota se la di con contraseña y todo! – agarré mi cartera con ira y saqué la tarjeta haciéndola trisas. — Me pasaré meses pagando todos sus caprichitos y perfumes caros, ¡incluso se compró un móvil que ahora ni me responde! Dios, como pude ser tan estúpida e ilusa. — También está la factura del hotel - Mónica agregó, torciendo la boca con una expresión sarcástica - Trinity no te parece que es muy coincidente, digo, hacer esto de la tarjeta lo delataría y luego exhibirse delante de nuestras amigas, como para que te lo dijeran. — Quieres decir… claro… ni los cojones tuvo para cortarme él mismo y dejó que me enterara por otras personas, que cabrón Dios mío. Caí derrotada al