TRINITY —Trini, buenos días —escuché la voz cantarina de Juliana. —Buenos días, Srta. Langford —le respondí con respeto, observándola mientras caminaba hacia mi escritorio. Ella podía llamarme como quisiera y jugar a ser la secretaria, pero no debía olvidar que era la hermana del jefe y una heredera millonaria. —Buenos días, Srta. Miller —la voz masculina me saludó detrás de ella. —Buenos días, Sr. Langford —ni siquiera lo miré y volví a concentrarme en el computador. Sentía su mirada fija sobre mi rostro, pero me hice la que no era conmigo y luego escuché sus fuertes pisadas yendo hacia su oficina, justo delante de mi escritorio. Solo tenía que alzar la vista y observarlo a través de ese cubículo de paredes acristaladas, que ahora por suerte tenía las cortinas bajadas y no se veía hacia el interior. —¿Está bien la niña? Luca hoy estaba queriendo ir a jugar a tu casa —Juliana se acercó, sentándose en la esquina de mi escritorio y comenzó a hablar sin cesar. La verdad e
TRINITYSe quedó en silencio por un segundo y yo quería morderme la lengua por idiota, ahora pensaría que era una celosa despechada.—No… no es que me interese con quién se acuesta, pero al menos si voy a tener sexo con un hombre, me gustaría ser la única en su cama por el tiempo que dure, aunque sea una noche. No comparto, Sr. Langford, no soy tan open mind. —¿Quieres ser la única en mi cama, sin embargo, te fuiste con un tipo después de que casi lo hicimos en ese club? —¿Qué tiene que ver eso con…? —le respondo con incredulidad, esta conversación torciéndose a más no poder. Solo me mira con tormentas en el fondo de sus ojos, nuestras respiraciones aceleradas y las palabras dichas entre dientes. —Lamento que te hayas quedado con la imagen de que era una puta que se follaba a varios en un día —le respondí a punto de saltar a morderlo y no en el mejor sentido. —Esa noche que tanto me echas en cara, fui secuestrada bajo tus narices, metida en un auto a la fuerza y casi me matan a g
TRINITY —Yo no creo en solo decir “lo lamento”, soy un Alfa de acciones, por eso intenté arreglar las cosas de una manera útil para ti. Pensé que era mejor mostrarte mi sinceridad —me dice, repentinamente. Sus labios sobre los míos, su pulgar recorriendo mi boca. —Yo más bien creo que eres un orgulloso que no baja su cabeza ante nadie —lo reto mirándolo de cerca a esos ojos depredadores. Lo deseo y mucho, de una manera tan intensa que siempre me asombra, pero si no le doy una lección a este Alfa, no estaré en paz. —¿Quieres que te pague lo del hospital? Lo haré —le digo y agrego antes de que abra la boca — pero a cambio te disculparás a mi manera. Levanto la barbilla desafiante, nuestras miradas enfrentadas, luchando por dominar al otro a pesar de que mi corazón se quiere salir y aprieto las manos sobre el escritorio con los nudillos casi en blanco. —¿Así que a tu manera? —sonríe un poco ladeando la cabeza. Observo esos afilados caninos animales tan cerca, me pued
NATHAN En medio de la oscuridad del desolado establecimiento subterráneo, la tengo abrazada a mi cuello y pegada a mis labios como una boa constrictor. —¡Haley! —la tomo con brusquedad de los brazos para quitármela de encima porque estaba demasiado intensa. —Sabes muy bien lo que siento por ti, Nathan, no seas tan frío conmigo, estoy dispuesta a aceptar lo que me pidas, si es solo sexo lo podemos intentar… —No —le respondo sin dudar un segundo. Podré ser lo que sea, pero siempre hablo de frente con las mujeres. —Haley, creí que te había dejado bien claro que éramos solo amigos, no deseo herirte —le aseguré con el ceño fruncido y soltándola. Nuestros padres eran socios desde hace años y nos conocíamos de cachorros, pero nunca me ha gustado. —Yo, pensé que habías aceptado esta colaboración para darnos una oportunidad… —Pues te equivocaste —la corté rotundamente —Acepté, porque es un proyecto bueno que expande las áreas de mi compañía, para ustedes igual es lucrativo, pe
TRINITYEstaba anhelando este momento, sin embargo, ahora que lo tenía frente a mí, a este sexy y masculino hombre desprendiendo pura testosterona, sentía ese salto constante en el estómago. “Esto es solo sexo, Trinity, disfruta tu momento”. — Llegas tarde, creo que ya pasaron los quince minutos que tenía libres —le dije levantando la barbilla, pero mis ojos no podían dejar de desnudarlo, sobre todo esa silueta dura que ya se marcaba en su bragueta.—Yo soy aquí el jefe nena y te doy tiempo libre ahora. Y sí, llegué tarde, ¿no me ibas a castigar igual? —Sr. Langford… —Ah no, Trinity, nada de señor, no cuando estemos a solas, no cuando ahora mismo quiero devorarte completa.Se acerca de manera peligrosa, su voz resuena baja y magnética en este reducido espacio. Su mano va a mi camisa y comienza a abrir los botones, observa mi boca de manera provocativa, inclinándose para besarme. —Ssss, no te he dicho que puedas hacer lo que desees, quítame primero la falda… jefe —coloco un dedo
TRINITYLos pies de puntillas en el aire con todos los músculos de la pierna tensos, mientras mis caderas se contorneaban y mi mano empujaba su cabeza para que me tomara más profundo y rápido. Llevé la otra mano por debajo de mi blusa y subí la copa del sujetador para apretarme el duro pezón, manoseándome eróticamente, imaginando que eran sus caricias.Nathan tenía razón, no duraría ni 5 minutos. *****NATHAN“Diosa, nos va a ahogar en este cachondo coño”, mi lobo gruñía excitado en mi consciencia, saboreando las sensaciones que le transmitía de una de las mejores mamadas de mi vida. No quiero decir la mejor, porque esta pelirroja orgullosa no puede ganarme, pero mierd4, qué rico todo el jugo que suelta la muy condenada. Trago con dos dedos explorando la suave carne que me aprieta y se contrae cada vez que la apuñalo.Quiero conocer todo lo que la enloquece, busco sus puntos dulces y los torturo.Mis labios abiertos besando los suyos vaginales, mi lengua no para de degustarla, y m
NATHANAgarré posesivo sus caderas, hundiendo mis dedos en su carne, llevándola casi al límite fuera de la mesa y me fui sumergiendo poco a poco. Nuestros gemidos roncos se perdieron en la garganta del otro, nuestras bocas devorándose y mi polla penetrando al fin en el interior de esa funda apretada.—Mmm, sshhh Nathan es muy grande… —gimió tensa, el sudor corría por su sien.—Relájate, pequeña, estás muy nerviosa, nena, mírame, mira a mis ojos, Trinity —llamé su atención, besando la punta mojada de su nariz. Mis caderas se meneaban sensuales, lentas, avanzando centímetro a centímetro, sin dejar de mirarnos, de suspirar contra los labios del otro. Mi dedo pulgar bajó a juguetear con su clítoris, sintiendo el vibrar de mi verga entrando y saliendo de esa hinchada flor, abierta solo para mi placer.Diosa, parecía que estaba follándome a una deliciosa virgen. ¿Desde cuándo no hacía el amor?Mi pecho comenzó a latir de manera extraña, esto de alguna manera se estaba comenzando a senti
TRINITYNos quedamos por unos segundos abrazados, disfrutándonos.Mis manos acariciaban los músculos de su espalda a través de la camisa humedecida. Mis sentidos regresando a mi cabeza calenturienta. Por todos los cielos, acababa de hacerlo con mi jefe en un rincón de los archivos. Medio desnudos, contra la pared del fondo, follando como conejos en la compañía donde trabajo como secretaria.Pensé que esto solo sería un juego, nunca planifiqué llevarlo hasta el final, pero Nathan sacaba de mí lo que ningún hombre antes. ¿Qué me estaba sucediendo? Yo no era así… —Cálmate nena, respira, respira, estás hiperventilando, Trinity, no va a suceder nada malo pequeña —subió la cabeza y me aseguró.Su expresión de confianza me trajo algo de tranquilidad. —Esto estuvo mal… —No, no te arrepientas —frunció el ceño besando mis labios— ambos somos adultos, ambos lo consentimos… —Pero estamos en la empresa —le dije entre dientes con las piernas abiertas y todavía su cosa medio dura en mi inter