La noticia le habia caído como un golpe en el estomago , su cerebro trataba de procesar lo que había escuchado,pero no, se sentía completamente embotada por lo cual no sabía que hacer.
Las lágrimas comenzaron a correr por el rostro de Anabella, sentía impotencia, no iba casarse con el imbécil de Jean Carlo; claro que no lo iba hacer, mañana temprano tenía dos entrevistas de trabajo, ambas como abogado corporativo, no necesitaría casarse con el engreído y arrogante de Jean Carlo, pensó en su rostro perfecto y esa sonrisa tan arrogante que siempre lo había caracterizado, en verdad si antes le parecía odioso y arrogante, ahora lo era mucho más.
¡En verdad te odio! —exclamó con fuerza la chica con furia, no se dejaría manipular por su padre, ni mucho menos por Jean Carlo Andollini; desde que era niña y adolescente, siempre sintió una admiración fuerte por ese hombre, pero un día Andollini le había roto esa admiración y fue cuando se decepciono por completo de él.
¿Con qué aquí te encontrabas, Annie? — dijo una voz masculina bastante atractiva y en tono que se podía pensar cariñoso —te he estado buscando — hablo en un leve acento italiano — sé que debes de estar algo contrariada y molesta, pero si lo ves de manera fría y analítica es lo mejor que te puede suceder — expreso el hombre y miro a la chica antes de continuar hablando.
¿lo mejor? — pregunto la chica con enojo y mirando al hombre con furia.
Un contrato matrimonial por un año, con algunas cláusulas por su puesto, pero al año, si ya no te sientes a gusto, lo romperás, las deudas de tu familia quedaran saldadas, la empresa de tu padre será de nuevo de él y la manejara a su antojo, tú por su puesto tendrás beneficios; un departamento para ti sola, con todo pagado y una buena pensión mensual de por vida, sin importar si te vuelves a casar o algo así, solo tienes que ser mi esposa por un año, mi padre me exige casarme para que pueda acceder al todo en los negocios familiares e igual al fideicomiso que me dejo mi madre, yo no necesito el dinero, pero bien sabrás que el viejo, —se le atraganto la voz — se encuentra muy enfermo de cáncer terminal y necesita verme casado, con una buena mujer.
¿como?— su voz bajo un poco el enojo, pero aun así sentía furia.
Anabella Connor, asintió con la cabeza, su madre en uno de sus largos chismorreos, hablo que el señor Andollini se encontraba en la fase terminal de cáncer en el cerebro y que al parecer su hijo Jean Carlo, era el heredero principal de la fortuna, así que era uno de los solteros más codiciado de la ciudad y del país, por lo tanto, quien se convirtiera en su esposa sería una mujer bastante afortunada.
Si, mi madre lo comento en una plática con mi abuela — musito la chica de muy mal humor — y en verdad lo lamente por ti, pero no entiendo, ¿por qué debo de ser yo, precisamente yo,la que se deba de casar contigo? —Anabella lo miro con antipatia.
No te sulfures, pequeña— dijo Andollini con burla hacia la chica, respira antes de hablar y decir cosas desagradables— y se quedo callado en estado pensativo.
Jean Carlo sonrió al ver a la joven, en verdad era bella y tenía carácter, eso siempre le había gustado de la pequeña Annie, como el la llamaba de cariño, ahora miraba la oportunidad de estar con ella y poderla conquistar. Nunca comprendió el motivo por el cual ella siempre lo trataba con desprecio.
Mira eres una chica culta, bonita e inteligente — le dijo con una sonrisa el hombre — cuando te lleve a las reuniones con mis socios y amigos tendrás tema de conversación, además de que me atraes y siento que la vida sexual a tu lado seria de lo más satisfactoria — le sonrió con algo de picardía a lo cual Anabella se puso completamente roja.
Eso no es un motivo suficiente, Jean Carlo —la chica lo miraba un poco contrariada — aun así no creo que sea lo mejor, yo ayudaré a mi familia para que pueda salir adelante, mi hermano se irá de viaje, él tiene su vida propia, yo me misma me haré cargo de mis papás y mi abuela, así que no me interesan tus propuestas matrimoniales — expreso con orgullo Anabella Connor con un brillo de suficiencia en el rostro.
Es solo una propuesta como si fuera un trabajo, Annie — hablo Jean Carlo con tranquilidad, como si hablara de una transacción de negocios — te conviene, dinero mensual, las deudas saldadas, tratamiento para tú madre por su problema, al final del año — sonrió con elegancia — tendrás las mismas prestaciones y mucho mejor horario laboral.
La joven pensó en el problema de su madre, la clínica saldría demasiado cara, el tratamiento igual, las terapias, y posibles medicamentos, mantener la casa, pero no, ella buscaría otra manera.
No acepto — hablo con seguridad Anabella Connor.
Era el día de la entrevista, la joven Anabella se encontraba ya en la oficina de recursos humanos de la empresa, en ese lugar el jefe del departamento le dio muchas explicaciones ,pero sobretodo disculpas del por lo cual no había aceptada, que la empresa no se encontraba contratanto, que todo había sido un error, que en cuanto las cosas mejoraran la volverían a buscar, pero ella sabía qu era mentira, una sucia y vulgar mentira.Anabella salió del gran edificio de cristal con el rostro crispado entre en el enojo y la frustración, en la entrevista habían sido claros, no tenían trabajo para ella por el momento, era algo muy odioso para ella, días antes en la entrevista vía videollamada le
Anabella regreso a su casa con cara de fastidio, en verdad el sentimiento de frustración era bastante grande y se comenzaba a sentir desgastada, las inmensas ganas de llorar se estaban acumulando, pero casi suelta más lágrimas en el momento en el cual vio que su madre se encontraba quejándose de no poder salir, ella quería jugar, ir a apostar a Atlantic city o jugar en el sitio web de apuestas.Ahora por culpa de los errores de tú padre, no puedo divertirme, es más creo que no tenemos dinero para comprar cosas, caeremos en desgracia — se quejaba amargamente la mujer mientras bebía de su copa de vino tinto, era tal el grado de embriaguez que tenía que no l
Jean Carlo miro el celular, en verdad se encontraba enamorado de esa chica, amaba a Anabella, o a su pequeña Annie, cuando la miro en el centro comercial sintió deseos acercarse a ella de inmediato, la buena fortuna hizo que Anabella tropezara con él. Recordaba a Anabella cuando era una niña, luego una puberta,adolescente,ahora que se había convertido en una hermosa mujer, culta, inteligente, preparada, su padre se encontraba en su habitación, padecia fuertes dolores, y muy medicado; entro en la habitación y lo miro con dolor en los ojos, en verdad no quería verlo sufrir. Jean Carlo, hijo mío, acércate por favor — hablo el señor Andollini — te vez cansado y un poco ojeroso — el hombre tomo asiento en la cama, para poder ver a su hijo de una mejor manera. Pasaron aproximadas dos semanas y la bebé se encontraba creciendo, era el amor de toda la casa,desde sus padres hasta de la cocinera, la beba cada día tomaba el color de cabello de Jean Carlo. Era bastante bonita, por su part
Anabella corrió hacía donde se encontraba su padre, e intento despertarlo, pero no podía, se encontraba inconsciente y casi sin pulso, ya que le toco el cuello, mientras le quitaba la corbata y zapatos. ¡Madre!, ¡madre! -llamo con desesperación a su madre, necesitaba que alguien la escuchara y ayudara, tomo el teléfono y marco al número de emergencia ---¡por favor, necesito una ambulancia!, se trata de mi papá, se encuentra desmayado, si, en las afueras, por favor, dense prisa, mi papá se encuentra muy mal e inconsciente — la voz de Anabella se escuchaba al borde del llanto y la desesperación, en esos momentos su padre entreabrió los ojos y una lagrima escurrió por la mejilla, tenía una mueca de dolor y de no saber que se encontraba sucediendo. ¡No te preocupes, papá!, todo se encontrará bien, todo estará bien —la chica tomo la mano de su padre en ademán tranquilizador — la ayuda viene en camino, no te angusties, yo estoy aquí, nada malo te pasara — su tono de voz intentaba sonar t
las palabras salieron de su boca de una manera tan fácil, fue producto de su desesperación y que su padre estuviera lo mejor atendido posible, sabía que la decisión que había tomado cambiaria por completo su vida, pero su padre valía la pena.¿estás segura, Annie? — le cuestiono Jean Carlo —quiero que estes completamente segura de esto y el contrato será solo por un año, así que por el momento solo preocúpate por cuidar a tu padre, todo saldrá bien, aunque
Entraron a la cafetería del hospital, Anabella iba sumamente enojada, en verdad no podía creer lo que su madre acababa de decirle, estaba completamente sacada de balance, en verdad su madre se encontraba realmente trastornada y enferma.La rabia que sentía en contra de la mujer, era bastante alta, era un sentimiento que tenía años que no sentía en contra de su propia madre, la joven tomo asiento en una de las mesas mas alejas dela cafería, respiro hondo para comenzar su platica con el atractivo que ya se encontraba sentado frente a ella,Graci
Anabella sentía la mirada de su madre encima de ella, en verdad se estaba volviendo algo verdaderamente incomodo y la hacía sentir juzgada, tenían que esperar que su padre pasara la noche y que lo hiciera de manera bien, si todo salía como se lo había dicho el médico, su padre en unos cuantos días; ante la mirada insistente y llena de reproche Anabella, decidió cerrar un poco los ojos y acomodarse en el asiento para poder cerrar los ojos.Puedes recostarte sobre mi — le indico Jean Carlo a la jov
la noche paso tranquila, el padre de Anabella se encontraba dormido y sedado dentro de la unidad de cuidados intensivos, la joven y Jean Carlo permanecieron toda la noche en aquella sala de espera mientras un avión aterrizaba en el aeropuerto y una mujer de aspecto espectacular era recibida por uno de sus choferes.Señorita Brassi — dijo el chofer — nos da gusto que se encuentre de nuevo con nosotros, ¿a dónde quiere que la lleve? — el hombre tomo las maletas de la mujer,