28| En guerra

A pesar de que en realidad tenía mucha hambre, logró quedarse dormida sobre el lomo del lobo. Salem se había dormido un rato antes que ella y ella se sintió tan a salvo sobre él que reposó la cabeza sobre su pelaje sedoso y se durmió.

Cuando despertó en la mañana, Salem se había transformado nuevamente en humano, seguramente mientras dormía. Estaba sobre él, ambos completamente desnudos. El hombre era grande, con la piel tibia, y cuando sintió el roce fuerte de la erección clavándose en su vientre, Analía quiso apartarse avergonzada, pero no lo hizo, se quedó ahí disfrutando de aquella dureza. Salem abrió los ojos, sus iris rojos se clavaron en Analía.

— ¿Por qué siempre me ves así? Siento como si me estuvieras viendo — el lobo parpadeó un par de veces.

— Es porque quisiera hacerlo — murmuró él.

Ana recostó la mejilla en su fuerte pecho, movió un poco las caderas. Cuando el hombre se dio cuenta de la posición en la que estaba, de que su hombría estaba presionando contra el vientre
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo