Narra Dylan.El día que regresé del viaje de Irlanda, estaba desecho, no podía soportar que mis esperanzas de caminar se hubieran ido a la misma mierda, y tampoco podía ver a Helen a los ojos, me sentía un perdedor, así que me fui a la empresa a llenarme de trabajo. Tenía un montón de cosas atrasadas, aunque tenía un Gerente, había cosas que solo podía resolver yo, y firmar yo.Cuando entré en el edificio, lo primero que hice fue ponerme en contacto con el gerente, me reuní con él en una de las oficinas.—Señor Dylan, tengo una noticia que darle que no creo que le agrade mucho —lo mire curioso.—¿De qué se trata Cesar?, ya me tienes en ascuas —le pregunté realmente preocupado por su semblante.—Estuve revisando los estados de cuenta de la empresa y hay un desfalco de diez millones de dólares —si estuviera de pie en ese momento me hubiera caído por la impresión. Era una suma de dinero muy alta.—¿Y sabes quién ha sido la persona que ha tomado esa cantidad sin mi autorización? —respondí
Han pasado cuatro largos años sin Helen, cuatro años dónde día a día he intentado olvidarla, pero para mí maldita suerte no lo he logrado, se metió en lo más profundo de mi ser, haciendo que la recuerde cada día.Sabía que se había graduado de enfermera, y que estaba trabajando para una agencia reconocida. Todo esto me lo había dicho un investigador privado que había contratado, además de que tenía un hijo. Me dolió en el alma saber que había hecho su vida, pero ¿con quién? Siempre me preguntaba lo mismo, había mandado a investigar a su noviecito, y el muy imbécil se había ido a un pueblo en Texas, así, que, las dudas comenzaron a llegar a mi cabeza. ¿Por qué si se amaban tanto no se fue con el? ¿Por qué se separaron? No entendía una mierda, y tampoco quise forzarme en entenderlo.También supe que trabaja horas extras en una lonchería con su madre ¿Y todo el dinero que me robó? ¿Qué hizo con él? No tenía necesidad de matarse tanto, podía vivir tranquila todo el tiempo que ella quisier
Narra Helen.Cuando bajé del transporte, sentí que las piernas me temblaban como gelatina, y mis manos sudaban a gran magnitud. Acomode mi uniforme y me acerque al enrejado, siempre estaba abierto, por un momento pensé en devolverme en salir corriendo sin voltear a ver atrás, pero sabía que eso sería mi despido inmediato, y yo no podía darme el lujo de quedarme sin trabajo, así que tomé una bocanada de aire y seguí caminando.Todo estaba idéntico como lo había dejado, por lo menos el frente; caminé un poco más tratando de controlar la respiración y toque el timbre.No pasó ni un minuto, cuando mi querida Margarita apareció detrás de ella, con esa cara sería que la caracterizaba pero que solo era un camuflaje, porque era la persona más dulce del mundo.—Buenos días —dije apenas abrió la puerta, con una sonrisa de agrado. Había pasado tanto tiempo sin verla que me provocó abrazarla.Ella subió su mirada y sin percatarse de quién era me saludo.—Hola,¿usted es la nueva enfermera del patr
Narra Dylan.Me quedé detallando cada una de sus facciones. Sus ojos de color avellanas me miraban con curiosidad, su piel brillaba indicándome lo tersa que estaba. Su silueta era tan exquisitamente bien formada, que me parecía irreal. No podía creer que la estaba viendo, que después de tantos años la tenía cerca de mi. Por un instante pensé en lanzarme contra ella, abrazarla. Pero, ese sentimiento solo duró como dije un instante, porque su engaño llegó a mi mente poco después, trayendo con él, el más amargo de los recuerdos .—Adelanté señora —le dije con desdén, imitando que no recordaba su nombre para molestarla, porque sabía que eso la iba a irritar.Bajo la mirada. Estaba nerviosa, podía percibirlo , y en ese momento mi ego creció, dejándome saber que algo causaba en ella, y que era imposible que pudiera mentirme en eso.—Sino dice su nombre no sabré cómo llamarla señorita —levantó la mirada y me observó con odió, podía sentir sus afilados ojos clavarse en los míos con molestia.—
Había hablado con mi jefa para que me cambiará de paciente, pero al parecer me tocaba la mayor parte de los días en casa de mi ex esposo, así que,no tenía remedio, debía continuar viendo a Dylan todos los días de mi vida, o perdería mi trabajó, y definitivamente no podía hacer eso, mi pequeño Dylan iba a prácticas de fútbol los fines de semana, y tenía que pagar esa mensualidad, además de su colegio, que aunque era un colegio público, pedían mucho dinero para las reparaciones del mismo.Me acosté cansada, después de dejar a mi hermoso ángel en su habitación. Toqué mi collar, que siempre cubría con mi camisa de enfermera, y cerré los ojos imaginando a Dylan. Tenerlo tan cerca de nuevo causaba en mi tantos sentimientos, que no sabía cómo describirlo.¿Y Amanda? ¿Y Marina dónde están ellas?—me pregunté al recordarlas. Habían sido tan hipócritas que estaba segura que estaban juntas, pero la curiosidad de saber si ella aún seguía con Dylan me carcomía, así que decidí que el día siguiente l
Narra Dylan.No me pude contener y bese a Helen, la bese con el más profundo de los deseos, sentir su labios calientes juntos a los míos despertó todos mis sentidos; tome sus caderas tan fuertes como si mi vida dependiera de ellas. Definitivamente la amaba, y todo lo que sentía por ella no había desaparecido, estaba más vivo que nunca, intentando salir y explorar el sentimiento del amor. Cuando solté sus labios y la mira directo a los ojos, esos ojos dulces y tiernos que causaba en mi estragos, pude visualizar el collar de perla de diamante que era de mi madre, aún lo llevaba y recuerdo lo que le dije ese día que se lo entregue;—Si tú corazón aun me ama, no te lo quites Helen —tenía grabada esa frase en mi memoria, y por eso me sorprendió mucho, al punto de sentir que una corriente eléctrica se posara en mi vientre, y subía hasta mi garganta provocando una inmensas ganas de llorar.—¿Aún lo llevas Helen? eso…¿eso quiere decir que aún me amas?—le pregunté tartamudeando con un nudo en
Narra Helen.Después que salí de la mansión fui hablar de nuevo con Abi, mi jefa, necesitaba que me cambiará de paciente, no podía más soportar ver a Dylan, no, sencillamente no podía. Eso me estaba matando, pero como era de esperarse me dijo que debía seguir con el paciente y yo resignada salí al colegio a buscar a mi hijo, claro después de decirle a mi madre que no se preocupara, que yo iba a buscarlo.Tome de nuevo un bus, mientras tarareo una música que escuchaba en el bus tocaba mi collar, recordando como una película todo lo que había pasado entre nosotros aquel día. Por inercia lleve mis manos a mis labios, sintiendo que aún estaba impregnado sus dulces besos ¿Cómo harás ahora Helen? ¿Cómo harás para de nuevo verlo a la cara? ¡Dios mío! ¿Por qué me haces eso? Parece que mi madre tenía razón y me puso de nuevo en el mismo camino de Dylan tan solo para arreglar las cosas o aclarar las dudas.Baje del auto cuando anunciaron la parada y caminé unas cuadras hasta llegar al colegio h
Narra Dylan.Hoy salí a verme con el ingeniero, necesitaba finiquitar el presupuesto para reparar el colegio, lo había citado en un bar restaurante muy lujoso, donde solía frecuentar.Llegué al lugar antes que él. No me gustaba la impuntualidad así que, unos minutos antes estaba ahí.Mientras esperaba ordene una copa de whisky y un bocadillo.Me dispuse a mirar todo a mi alrededor cuando en una de las mesas ví una mujer que me hizo estremecer. Llevaba un diminuto vestido azul rey, con unos altos tacones de plata, su cabello estaba suelto y caía más debajo de su cintura, sin duda era hermosísima. Lastima que estuviera acompañada.El ingeniero llegó y nos dispusimos a charlar de negocios, aunque, yo no dejaba de ver a la joven pareja que hablaban plácidamente y de vez en cuando reían. No podía dejar de verla, porque sus facciones me parecían conocidas, además de que la pobre chica no dejaba de beber y parecía ya un poco mareada.El ingeniero se marchó y yo quise quedarme un rato más par