El malo siempre tendrá su paga

Narra Helen.

Estaba acostada, pensando en lo cruel que era la vida. Mis hijos eran lo más importante en mi vida, y ahora estaban pasando que sabe que, me sentía abrumada, desesperada. Miraba hacia la ventana que daba al balcón; había comenzado a rayar el alba. Me senté en la cama, Soledad y Margarita estaban cada una en un sillón dormidas, seguramente cansadas por cuidarme toda la noche. Me levanté temblando del frío y me asomé al balcón. Mis senos estaban hinchados por la retención de leche materna; comencé a llorar, ¿como una persona podía ser tan cruel y quitarle a una madre a sus hijos? tome con fuerza los juguetes que estaban en mi manos y los abraces, mientras seguía mirando el amanecer con suma tristeza Camila siempre despertaba temprano por su leche, imaginaba que estaba llorando en estos momentos y me sería impotente por no poder hacer nada. Comencé a llorar en silencio con un nudo en la garganta y un dolor horrible en mi pecho, era como si estuviera muriendo lentamente, sent
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