C105- ROTO PARA SIEMPRE.La noche había caído y Willow estaba sentada al borde de la cama, con un camisón sencillo de lino que le rozaba la piel. Jugaba con el dobladillo entre los dedos, mientras su mente era un remolino de miedo, dudas y un deseo tan desesperado que dolía.«¿Qué estaba haciendo? ¿Qué estaba a punto de hacer?»Cada fibra de su ser temblaba, dividida entre el amor que todavía le guardaba a Noah, la culpa de usarlo de esta forma, y la esperanza, esa esperanza imposible, absurda, que la empujaba a seguir adelante.Pero no podia dejar de imaginar a un pequeño cachorro en sus brazos, oliendo a vida, latiendo contra su pecho, llenando el hueco inmenso que el dolor había dejado. Y se aferró a esa imagen con uñas y dientes.Y cuando la puerta se abrió, su corazón se detuvo un segundo. Noah estaba allí. Su gran figura recortada en la puerta y su rostro serio y hermético.Sin embargo, sus ojos... Sus ojos la miraban como si se estuviera rompiendo por dentro.Él apretó los puño
C106- ALGO INTERESANTE.La mañana llegó en silencio y sin consuelo y Willow despertó sola.La luz se colaba entre las cortinas, pero no hizo nada por levantarla. Se sentía atrapada, pero se decía a sí misma que lo que había hecho la noche anterior era lo correcto. Era lo que tenía que hacer. No importaba lo que sentía.No importaba la imagen de Noah abandonándola, tan distante, tan destruido. Quería un bebé en su futuro, un pequeño cachorrito que la llenaría de vida, de algo que pudiera sentir suyo.Mientras tanto, Zayden apuró el paso. Iba en busca de alguien en específico, se acercó a Kendra, que estaba observando cómo varias omegas organizaban las carnes de venado.—Tenemos que hablar ―dijo haciendo que se sobresaltara.Kendra se giró y palideció de inmediato, su cuerpo se tensó y sin pronunciar palabra, asintió, consciente de que no podía evitar la confrontación que sabía venía.Zayden la condujo a donde pudieran hablar con algo de privacidad y cuando finalmente se detuvieron, Ken
C1- NACIÓ MUERTO.—¡Ya viene, Luna, ya viene! —dijo la sanadora—. El cachorro ya pronto estará en tus brazos. ¡Puja, puja con todas tus fuerzas!Odette obedeció. Su cuerpo, tembloroso y empapado en sudor, jadeaba mientras otra ola de dolor la atravesaba. Apretó los dientes, sus manos se aferraron con fuerza a las sábanas empapadas y dejó que su cuerpo se desgarrara desde dentro. De repente, llegó el alivio. Y con él, un vacío abrumador.—Ya está —anunció la sanadora. Pero su tono no era de triunfo, sino de tristeza.Odette levantó la mirada, con los labios temblorosos.—No escucho llanto. No escucho nada. ¿Cómo está? —preguntó, apenas sosteniendo sus palabras—. ¿Por qué no llora? ¡¿Por qué no lo escucho?!La sanadora no respondió al instante. Miró al pequeño cuerpo inerte en sus brazos y luego a ella. Sus ojos lo dijeron todo antes de que hablara.—Fue un niño, Luna... pero... nació muerto.Odette parpadeó, como si no pudiera procesar las palabras.—No... —susurró, su voz quebrándose—
C2- VÍNCULO ROTO.A la mañana siguiente, Odette se levantó de la cama con movimientos lentos; su cuerpo aún estaba débil y adolorido. Kilye, su doncella, la miraba con preocupación.—Mi señora... es muy pronto para levantarse. Está muy débil —dijo la joven loba.Pero Odette negó, ignorando el ardor que aún sentía en su vientre.—No, Kilye. Tengo que verlo. Necesito solucionar esto con Ragnar.La chica suspiró, resignada. Sabía que no había forma de detenerla. Todo el mundo conocía el amor que Odette le tenía a Ragnar, un amor que había nacido desde que eran cachorros. Su unión había sido bendecida por la Diosa cuando sus lobos despertaron, y ese día había sido el más feliz de su vida.Pero esa felicidad se había desmoronado con el tiempo, con cada embarazo fallido, con cada pérdida. Y ahora, su relación pendía de un hilo, pero Odette no estaba dispuesta a dejar que se rompiera.Estaba segura de que lo que Ragnar había dicho la noche anterior era producto del dolor y la ira.Tenía que
C3 - ELLA ME OBLIGÓ.1 MES DESPUÉS…Durante los días siguientes, el vínculo de Odette con Ragnar comenzó a desintegrarse. La atracción que alguna vez sintió por él se desvanecía poco a poco, y con ella, su fuerza. Pero tanto ella como Lía estaban en peligro. La falta de energía la debilitaba cada vez más.Afortunadamente, Kylie, su criada personal, no permitía que se derrumbara por completo. Todos los días le llevaba jugos y comida exótica, y cuando Odette se negaba a comer, la obligaba, como en ese momento.—Mi señora… tiene que comer. Está muy débil —insistió la joven, colocando un plato frente a ella.Odette suspiró y tomó el cubierto con lentitud. Kylie sonrió, satisfecha.—No puede darle el gusto de verla destruida. Esa Briella no es nada comparada con usted, mi señora.Odette entendió a qué se refería.Porque, aunque ya no era la compañera de Ragnar, seguía siendo la hija de Alistair Silvermoon, uno de los antiguos alfas de los siete reinos.—Gracias, Kylie —dijo, tomando la man
C4-RECUPERARLO TODO.«¿Bebé?»El pecho de Odette se contrajo. —¿Cómo pudiste, Odette? —gruñó Ragnar, su mano rodeando su garganta, su agarre era despiadado —. ¡¿Cómo te atreves a intentar matar a mi hijo?! ¡¿Tan resentida estás que serías capaz de hacer algo tan bajo?!Ella agarró su muñeca, luchando por respirar.—¡Ragnar! —exclamó con dificultad—. ¡Suéltame!Pero, en lugar de soltarla, la arrojó al suelo, ella cayó sobre sus manos y rodillas. Y cuando levantó la vista, se encontró con la mirada fría y acusadora de su excompañero.—Mantente lejos de ella —la amenazó—. Es mi última advertencia. Briella está embarazada de mi heredero. Y si tengo que sacarte del medio para que él viva, ten la seguridad de que lo haré, Odette. ¡No me pongas a prueba!La ira y el dolor perforaron su pecho, pero no dijo nada. Solo lo observó girarse hacia Briella y levantarla en sus brazos, como si fuera su tesoro más preciado, mientras la llevaba de regreso al castillo.Horas más tarde, se abrazaba a sí
C5-ALFA ZAYDEN.Zayden entró al gran salón imponente de un verdadero alfa. Su cabello negro caía desordenado y sus ojos de un azul profundo se movieron con astucia sobre la multitud. Alto, musculoso y con la energía dominante de un lobo nato, su sola presencia silenció la habitación.Odette lo miró y sintió una atracción inmediata, un magnetismo innegable. No era solo su apariencia, era su poder, la seguridad con la que se movía. Por otra parte, Briella también lo observaba con interés. Sus labios se entreabrieron sutilmente, como si ya imaginara lo que sería estar bajo el dominio de un alfa como él.Zayden avanzó, y todos se acercaron, ansiosos por saludarlo. Las palabras de bienvenida y las reverencias eran inevitables, sin embargo, de la nada su mirada se cruzó con la de Odette. Ella respiró hondo, armándose de valor, y comenzó a caminar hacia él con seguridad. Y cuando llegó, le entregó una copa con una sonrisa seductora.—Bienvenido, Alfa Zayden —dijo, con un toque de coquetería
C6- QUIERO UN HIJO.En la habitación, Odette sentía el peso de su decisión, pero sabía que no podía retroceder si quería recuperar su manada.—Siéntate —le indicó.Zayden obedeció, aunque su mirada la recorrió sin disimulo. Observaba cada detalle, cada gesto. Le gustaba lo que veía, pero la curiosidad lo invadía: ¿cómo era posible que Ragnar la hubiera cambiado por Briella? Para él, aquella mujer no tenía nada de especial.Odette desapareció en el baño y, cuando regresó, llevaba puesta solo una bata que se ceñía a su figura. Sus piernas quedaron al descubierto, y el apretó los puños, esforzándose por mantener el control.—Gracias por la chaqueta —dijo ella, extendiéndosela.«Hermano... esta mujer es sexy como el infierno», gruñó Vin en su mente. «Mira esas piernas. Nos haría olvidar que no hemos tenido una mujer en mucho tiempo».«Cállate», gruñó Zayden en respuesta mental.Él asintió con un leve movimiento, pero no dejó de mirarla. Odette sintió su escrutinio como una caricia ardient