C99- DESTIERRO.Ursula intentó ocultar el temblor en su mandíbula, pero no pudo evitar que su rostro palideciera aún más. Sus labios se abrieron, torpes, temblorosos, tratando de encontrar una excusa que no sonara como lo que era: una mentira. —Zay... Zayden... yo...Pero el aura alfa de él la envolvió como una garra invisible y sofocante. —¿Tú qué? ¿Eh? —gruñó con un tono que heló el aire—. ¿Te das cuenta de que pusiste en riesgo al heredero de esta manada? ¿O es que eso era lo que querías?El corazón de Ursula se agitó en su pecho como un animal enjaulado. El sudor frío le perló la frente mientras su mente se desbordaba de una sola pregunta: «¿Por qué no está muerta? ¿Por qué Zayden no la mató si es la bestia? ¿Acaso esa estúpida de Kendra mintió? ¡Maldit4 sea, estoy acabada!»—E-Ella te estaba buscando... y yo... —balbuceó, buscando desesperadamente una salida.Pero justo cuando estaba por continuar, Rodrick dio un paso al frente. —¿Acusar a mi madre? ¡¿De verdad, Zayden?! —esp
C100- NO TENGAS MIEDO, SOLO AMAME.Las cortinas de lino se movían con la brisa, dibujando sombras danzantes en las paredes. Odette estaba de pie frente a la cama, con un camisón blanco que se ceñía suavemente a su figura, justo cuando Zayden entró.Él no dijo nada.Cerró la puerta tras de sí y se acercó con pasos lentos y al llegar a ella, la tomó del rostro con ambas manos y la besó. No fue un beso salvaje ni urgente, fue uno cálido, profundo... de esos que decían "te necesito" sin una sola palabra.Después, se sentó al borde de la cama y soltó un suspiro bajo. Y Odette lo siguió, se acomodó a su lado y lo abrazó por la cintura, recostando su cabeza en su hombro. El calor de él, su olor, todo en Zayden tenía el poder de hacerla sentir segura... incluso cuando él mismo estaba temblando por dentro.—¿Cómo estás? —susurró ella.Él bajó la mirada y sus manos estaban sobre sus muslos, rígidas, apretadas.—Preocupado —admitió.Odette se incorporó un poco y lo miró de perfil. Deslizó sus de
C101- PREVALECER.Zayden bajó la mirada, con el silencio pesando entre ellos, sus dedos seguían entrelazados con los de Odette, pero su mente estaba lejos... muy lejos, atrapada en los recuerdos que llevaba enterrados demasiado tiempo.—La bestia no nació conmigo —murmuró—. Es una maldición. Una que ha perseguido a todos los alfas puros de mi linaje.Odette no dijo nada. Solo apretó su mano con más fuerza, dándole espacio... y tiempo. Zayden cerró los ojos y respiró hondo, como si cada palabra que iba a soltar arrancara un pedazo de él.—Dicen que todo comenzó con mi ancestro, Aeron Blackwood. Un alfa temido, poderoso, pero... arrogante. Quien rompió una ley sagrada. Nadie sabe exactamente cuál fue, solo que traicionó un pacto con la Luna. Dicen que tomó para sí algo que no le pertenecía... algo que debía proteger, no poseer.Sus ojos brillaban, por el dolor de una historia que no había vivido, pero que lo marcaba como una cicatriz eterna.—Desde entonces... la maldición cayó sobre lo
C102- ENVIDIA OSCURA Y SILENCIOSA.La noticia se esparció justo al amanecer.El cuerpo de Ursula yacía sobre una mesa de piedra, cubierta por una sábana hasta el pecho. Su rostro estaba tranquilo, casi sereno, como si hubiese muerto dormida. Pero Zayden sabía que Ursula no era el tipo de mujer que moría en paz.El sanador estaba a un lado, limpiándose las manos con un paño humedecido en hierbas.—¿Qué fue? —demandó Zayden, sin rodeos—. ¿Qué la mató?El sanador parpadeó, algo nervioso.—No hay evidencia de violencia ni heridas, Alfa. Tampoco signos visibles de veneno o infección. Su pulso se detuvo de forma repentina... pero el cuerpo no presenta reacciones típicas de una sustancia externa. Nada inflamado. Nada anómalo. Tal vez... —bajó la voz— tal vez fue su edad... o el encierro. No todos soportan la humedad de las mazmorras.Zayden no dijo nada. Pero su mandíbula se endureció. No creía una sola palabra. Ursula era muchas cosas. Pero débil no era una de ellas.—No fue la humedad —mur
C1- NACIÓ MUERTO.—¡Ya viene, Luna, ya viene! —dijo la sanadora—. El cachorro ya pronto estará en tus brazos. ¡Puja, puja con todas tus fuerzas!Odette obedeció. Su cuerpo, tembloroso y empapado en sudor, jadeaba mientras otra ola de dolor la atravesaba. Apretó los dientes, sus manos se aferraron con fuerza a las sábanas empapadas y dejó que su cuerpo se desgarrara desde dentro. De repente, llegó el alivio. Y con él, un vacío abrumador.—Ya está —anunció la sanadora. Pero su tono no era de triunfo, sino de tristeza.Odette levantó la mirada, con los labios temblorosos.—No escucho llanto. No escucho nada. ¿Cómo está? —preguntó, apenas sosteniendo sus palabras—. ¿Por qué no llora? ¡¿Por qué no lo escucho?!La sanadora no respondió al instante. Miró al pequeño cuerpo inerte en sus brazos y luego a ella. Sus ojos lo dijeron todo antes de que hablara.—Fue un niño, Luna... pero... nació muerto.Odette parpadeó, como si no pudiera procesar las palabras.—No... —susurró, su voz quebrándose—
C2- VÍNCULO ROTO.A la mañana siguiente, Odette se levantó de la cama con movimientos lentos; su cuerpo aún estaba débil y adolorido. Kilye, su doncella, la miraba con preocupación.—Mi señora... es muy pronto para levantarse. Está muy débil —dijo la joven loba.Pero Odette negó, ignorando el ardor que aún sentía en su vientre.—No, Kilye. Tengo que verlo. Necesito solucionar esto con Ragnar.La chica suspiró, resignada. Sabía que no había forma de detenerla. Todo el mundo conocía el amor que Odette le tenía a Ragnar, un amor que había nacido desde que eran cachorros. Su unión había sido bendecida por la Diosa cuando sus lobos despertaron, y ese día había sido el más feliz de su vida.Pero esa felicidad se había desmoronado con el tiempo, con cada embarazo fallido, con cada pérdida. Y ahora, su relación pendía de un hilo, pero Odette no estaba dispuesta a dejar que se rompiera.Estaba segura de que lo que Ragnar había dicho la noche anterior era producto del dolor y la ira.Tenía que
C3 - ELLA ME OBLIGÓ.1 MES DESPUÉS…Durante los días siguientes, el vínculo de Odette con Ragnar comenzó a desintegrarse. La atracción que alguna vez sintió por él se desvanecía poco a poco, y con ella, su fuerza. Pero tanto ella como Lía estaban en peligro. La falta de energía la debilitaba cada vez más.Afortunadamente, Kylie, su criada personal, no permitía que se derrumbara por completo. Todos los días le llevaba jugos y comida exótica, y cuando Odette se negaba a comer, la obligaba, como en ese momento.—Mi señora… tiene que comer. Está muy débil —insistió la joven, colocando un plato frente a ella.Odette suspiró y tomó el cubierto con lentitud. Kylie sonrió, satisfecha.—No puede darle el gusto de verla destruida. Esa Briella no es nada comparada con usted, mi señora.Odette entendió a qué se refería.Porque, aunque ya no era la compañera de Ragnar, seguía siendo la hija de Alistair Silvermoon, uno de los antiguos alfas de los siete reinos.—Gracias, Kylie —dijo, tomando la man
C4-RECUPERARLO TODO.«¿Bebé?»El pecho de Odette se contrajo. —¿Cómo pudiste, Odette? —gruñó Ragnar, su mano rodeando su garganta, su agarre era despiadado —. ¡¿Cómo te atreves a intentar matar a mi hijo?! ¡¿Tan resentida estás que serías capaz de hacer algo tan bajo?!Ella agarró su muñeca, luchando por respirar.—¡Ragnar! —exclamó con dificultad—. ¡Suéltame!Pero, en lugar de soltarla, la arrojó al suelo, ella cayó sobre sus manos y rodillas. Y cuando levantó la vista, se encontró con la mirada fría y acusadora de su excompañero.—Mantente lejos de ella —la amenazó—. Es mi última advertencia. Briella está embarazada de mi heredero. Y si tengo que sacarte del medio para que él viva, ten la seguridad de que lo haré, Odette. ¡No me pongas a prueba!La ira y el dolor perforaron su pecho, pero no dijo nada. Solo lo observó girarse hacia Briella y levantarla en sus brazos, como si fuera su tesoro más preciado, mientras la llevaba de regreso al castillo.Horas más tarde, se abrazaba a sí