Narra LiamCamino con extrema cautela hacia afuera de la habitación, mis sentidos en alerta máxima, agudizados por años de entrenamiento y experiencia. El silencio que envuelve la mansión es ominoso, como si presagiara el peligro que se avecina. Las sombras proyectadas por la tenue luz de la luna a través de las ventanas parecen danzar, creando figuras inquietantes en las paredes que se ciernen sobre mí.Ingreso sigilosamente a la habitación principal, mis pasos apenas perceptibles sobre la alfombra. Escudriño cada rincón con atención, pero no hay señales de presencia humana. La tensión crece a medida que avanzo hacia las habitaciones de huéspedes, y luego hacia la escalera. Cada músculo de mi cuerpo está en tensión, preparado para actuar en un instante si la situación lo requiere.Bajo las escaleras con el mismo sigilo y disciplina que siempre me han caracterizado. Cada escalón es un desafío, cada rincón un posible escondite para aquellos que amenazan la seguridad de este lugar. M
Narrador omnisciente Amara, una mujer que hasta hace unas horas parecía inquebrantable, yacía acurrucada en el suelo del baño, con su brazos rodeando sus piernas mientras lágrimas desconsoladas inundan sus ojos. La angustia y la vulnerabilidad se reflejaban en su rostro.Liam, sin detenerse a pensar, consciente de que Amara está atravesando un momento similar al que él experimento cuando fue dado de baja, se arrodilla frente a ella y la abraza con fuerza. Su abrazo es un intento desesperado de proporcionar consuelo y seguridad en medio de la tormenta emocional que la envuelve, una muestra de que están juntos en este momento de fragilidad. Poco a poco, percibe cómo su respiración se va tornando más tranquila, sus sollozos, aunque persistentes, comienzan a ceder ante el apoyo inquebrantable que Liam le ofrece . La calidez de su presencia parece disolver, al menos momentáneamente, las sombras que oscurecen su alma.–Estamos juntos en esto. No estás sola– susurra Liam, intentando t
NARRA AMARAEstoy agotada de dar vueltas en esta habitación mientras mi cabeza se enreda en un torbellino de emociones. La culpa me carcome el corazón, ya que no puedo evitar sentir que mi propio padre, el hombre que debería protegerme, es quien secretamente desea mi muerte si no cumplo su mandato de casarme.–¿Con quién me casaré si apenas conozco a algún hombre al que pueda dominar, además de Cristóbal?– me pregunto a mi misma en voz alta, mientras me observo en el espejo. Mis ojos reflejan la confusión y el enojo que siento. No comprendo por qué debo someterme a esta farsa cuando sé que soy lo suficientemente capaz de tomar mis propias decisiones y forjar mi destino por mí misma.Necesito aire, necesito claridad. Me dirijo hacia la ventana y la abro, sin pensar en las posibles consecuencias, sin importarme que un disparo podría acabar con mi vida, estoy dispuesta a cualquier riesgo. Salgo al balcón y me quedo observando detenidamente a Liam y a su compañera, tratando de entende
NARRA LIAMCada fibra de mi ser vibra con la propuesta tentadora de Amara. Desde hace horas, un inquietante presentimiento ha estado creciendo en mí, clamando que la proteja de los tormentos que puedan acecharla. Esta oferta también resuena en lo más profundo de mi alma porque vislumbro cómo podría beneficiar a mi amada hija, Lucero. Sin embargo, un obstáculo monumental se interpone en nuestro camino: Aislyn. Ella, con su sombra oscura y posesiva, nunca permitirá que mi corazón vuelva a latir por otra persona. –Me encantaría aceptar, pero mi vida es un auténtico laberinto de complicaciones– confieso con una sinceridad que pesa en cada palabra que pronuncio. Mis ojos reflejan la tormenta de conflictos internos que me aquejan mientras hablo. –Si mi ex mujer llega a enterarse de que estoy a punto de rehacer mi vida, no dudaría en arrebatarme el derecho de ver a mi hija– le explico a Amara, con la pesada conciencia de que Aislyn es una experta en manipular mis debilidades y usarlas en
–Lo que escuchaste– respondo con simpleza, sintiendo el peso de lo que acabo de compartir . Mi corazón late con fuerza, consciente de que acabo de adentrarme en un territorio peligroso. –Y quiero que sepas que eres la primera en saberlo. Así que te pido que guardes el secreto hasta que ella decida que sea hora de que todos lo sepan– le imploro, sabiendo que aún no me he comprometido completamente a aceptar la propuesta que se me ha hecho.Kate me observa con incredulidad y su rostro refleja la duda que danza en su mente. –¿Liam , estás bromeando conmigo?– pregunta, buscando cualquier indicio de que esto pueda ser una farsa. Pero no cedo y mantengo mi expresión seria –Nunca en mi vida he sido más sincero de lo que estoy siendo ahora mismo– miento audazmente, sintiendo la carga de la culpa asentándose en mi pecho. –Si esto es una broma te pido que te detengas porque es de muy mal gusto– Me ordena, observándome con furia. –Kate no es una broma, entiéndelo– Aseguro, pero la amista
–Señorita Amara, vengo a decirle que acepto su propuesta, pero tengo un par de condiciones que me gustaría discutir– informo, sin permitir que la urgencia sea eclipsada por formalidades innecesarias. –Habla, te escucho– me ordena. Ella se sienta con una elegancia que parece sacada de otro mundo, como si su presencia misma dominara el aire. Sus ojos, oscuros y calculadores, me atraviesan con una mirada tan penetrante que siento como si estuviera desnudo ante ella. Con un movimiento lento y deliberado, cruza sus piernas, una acción cargada de seducción, pero también de desafío.Cada fibra de mi ser reacciona ante su proximidad, pero a pesar de la atracción y la confusión que me consume, sé que no estoy aquí para ceder a sus encantos. Estoy aquí para imponer mis condiciones, para establecer un límite que, aunque fundamental para mi paz mental y el bienestar de todos los involucrados, es un paso arriesgado, un salto hacia lo incierto. Estoy pisando terreno desconocido, y cada palabra
NARRADOR OMNISCIENTE Tres interminables horas transcurren antes de que Liam , sintiendo el peso de la responsabilidad, decide dejar atrás el sillón y levantarse. Con cuidado para no perturbar el sueño de su futura esposa, se calza sus robustas botas de trabajo, consciente de que un nuevo día colmado de desafíos lo espera.Al salir del cuarto, Liam desciende las escaleras con pasos firmes, determinado a enfrentar lo que el destino le depara. En la cocina, el aroma reconfortante del café recién hecho se entremezcla con el silencio de la casa. Kate, con su rostro impenetrable y concentrado, prepara una taza de esa mágica poción que, en momentos como este, parece ser lo único que podría despertar no solo los sentidos, sino también las almas.Liam entra, pero Kate no le dedica ni un solo vistazo, como si su presencia fuera tan irrelevante como una hoja que cae y desaparece sin dejar huella. Ella está atrapada en sus pensamientos, inmersa en el vapor que se eleva de su taza, ajena a la t
NARRADOR OMNISCIENTEAmara, en un gesto sorprendente de amabilidad que rara vez mostraba hacia sus empleados, se levanta de su asiento con una elegancia innata. La sutileza de su movimiento contrasta con la intensidad del momento, como si la calma precediera a la tormenta. Con paso decidido, se dirige hacia una estantería donde reposan finas botellas de Chambord Liqueur Royale, un licor selecto.Con maestría, llena dos copas de cristal con el licor de color rubí que brilla con una cualidad seductora a la luz tenue de la habitación. Cada movimiento es medido y preciso, como si estuviera orquestando una danza delicada y ritualística en este escenario lleno de tensión latente.Luego, con las copas en sus manos, se acerca nuevamente al escritorio y le ofrece una a Kate . La sorpresa se refleja en los ojos de Kate , aún atónita por la situación, mientras acepta el gesto y se acomoda en su asiento. La copa, fría al tacto, se convierte en un símbolo inesperado de paz en medio de la torment