En la mansión, en CabimasMateo, que había estado como espectador, observando todas las reacciones de Adriana, se sonrió satisfecho porque lo que vio fue una escena de celos. El rostro de ella mostraba la misma imagen de cuando abofeteó a Lila, celosa.—El día antes de irme de viaje, planee pasar todo el día aquí, para enseñar al bebé a nadar, y saliste con Don Kelvin y Julio. Hoy, llego loco por estar con ustedes y de inmediato te vas a la mansión de Julio ¿Entonces? ¿De qué te quejas? —cuestionó él, con rabia.Ella, lo miró asombrada, porque en esa respuesta había otra verdad: «era cierto que había estado primero en la mansión de Kelvin y luego salieron a la de Julio. Entonces, ¿cómo lo supo? ¿Le estaba siguiendo?», analizó ella, convenciéndose que era así.«¡Con que esas tenemos!», pensó.—Cambia a Mateo, por favor —ordenó él— que lo meteré en la piscina climatizada, prefiero que sea en aquella que tiene más cuidados y está menos expuesta a contaminaciones de cualquier naturaleza.
En la piscina interior de la mansiónAdriana, dejándose llevar por las emociones que él despierta en ella, abrazó a Mateo por el cuello, pegando su cuerpo al de él. Si algo le excitaba, era sentir su masculinidad en plena potencia contra su cuerpo. Cuando lo sintió, se estremeció y se sacudió fuertemente, ante este arrebato pasional.Aunado a esto, experimentó las fuertes contracciones uterinas y vaginales, como la humedad dentro de su parte íntima, que desde hace casi dos años, no sentía. Si él estaba desesperado por estar dentro de ella, esta sentía la misma desesperación, por recibir a este.Mateo, acarició su cuerpo totalmente. Ella, no sabía con precisión donde estaban las manos de él, porque de repente estaban arriba, tocando sus cabellos, como abajo acariciando sus piernas, sus nalgas o entrepiernas. En fin, este palpó su cuerpo por encima del traje de baño, hasta que logró soltar el bikini, quedando está completamente desnuda.Luego, él subió las piernas de ella hasta su cintu
Mateo, convencido que esto fue un grave error de su parte, abrazó a su hijo hablando y asegurando a este, como si le entendiera, que lo amaba y estaba seguro que era su amado hijo. El bebé feliz de estar en los brazos de su padre, solo sonreía fuertemente.Por su parte, Adriana subió a su habitación e hizo dos maletas. Buscará donde mudarse, así que hablará con Alicia. Esa mañana, hizo unos contactos y salió sola para ver un apartamento, el cual estaba disponible desde antes de mudarse con Mateo.(***)Ella, regresó como a las dos horas, habló con Alicia y le pidió tener todo listo porque apenas Mateo saliera de la casa se irán. Esta, quedó desconcertada, porque después de lo ocurrido la noche anterior, pensaba que se habían acabado los problemas entre ellos.En horas de la tarde Mateo salió, lo cual fue aprovechado por Adriana para irse de la casa. Al regresar este, cuando fue buscar a su hijo no lo encontró, ni a Alicia y tampoco a Adriana. El, bajó corriendo las escaleras al preg
En Cabimas—Tú, solo da la orden y te tengo la persona, para eso —le comentó Nava a Mateo.—Haz eso de una vez, no la puedo arriesgar —ordenó Mateo, preocupado por ella.—Como digas ¡Ah, se me olvidó decirte! Al parecer rompió todo vínculo también con la señora Luisa —aseguró el detective.—Sí, ya lo suponía —confirmó Mateo recordando su comportamiento ante la presencia de Luisa cuando estuvo en la casa.«Estaba hecha una fiera de los celos» pensó él, sonriendo.—Bueno, me despido ¡hasta mañana! —colgó Nava.—¡Vale! Te espero —se despidió Mateo y colgó la llamada(***)Al día siguiente, ellos se trasladaron al Laboratorio. Mateo estaba dispuesto a pagar lo que sea con tal de averiguar si el bebé era o no su hijo. En todo caso, el sentía en su corazón, que sí era suyo. Era obvio, el enorme parecido entre el niño y él.Nava, trató de sobornar a la joven del laboratorio como a la recepcionista para que le consiguiera una copia de los mismos. Estas, lo amenazaron con llamar a la policía y
En el despacho de Kelvin Fuenmayor—¡Malísimos, sufrió mucho! Cuando conocí a Adriana, ya estaba en su fase terminal el cáncer e incluso le inyectaban morfina para el dolor —aseguró Mateo.»Solo que como me las llevé para uno de mis apartamentos, les mejoró su calidad de vida y duró unos días más, hasta el día que me casé con Adriana —explicó él, con suma tristeza.—¡Sí, así me comentó, Adriana! Que el mismo día que se casó, su madre murió y al año exacto, nació su hijo. Ahora, lo que no entiendo, es ¿qué tiene que ver esto contigo? ¿Por qué te pusiste así? Sí, el problema es mío, no tuyo —aseguró este.—Cómo te estaba vigilando, porque no sabía qué intenciones tenías con ella, cuando el detective me refirió que te hiciste una prueba de ADN con mi hijo, perdí la cordura…»Los celos se apoderaron de mí, me cegaron y bueno le dejé entrever que Mateo pudiera no ser mío. Después, que casi la logre conquistar de nuevo, me volvió a abandonar. Lo que menos, me pude imaginar es que eras, su p
En el apartamento de Adriana—Él, no me dejó, fui yo quien lo dejó —aseguró Adriana—. Este, al principio estaba muy pendiente de Mateo y de mí. De repente, de la noche a la mañana cambió, sentí como si dudara que el bebé fuera su hijo —comentó ella, ahogándose en sus sollozos.—¡Ya, hija! ¿Podrías calmarte por favor? ¿Quieres que hable con él? —preguntó Kelvin sintiéndose culpable, porque según lo que le explicó Mateo, ellos se separaron por los celos de él, al enterarse que este, había hecho una prueba de ADN con el bebé.—¡No, no quiero saber nada de él! ¡Lo detesto, lo odio! Así como pude tener a Mateo sola, así será con este bebé —aseguró ella, sintiéndose más calmada.—Cuentas conmigo para lo que quieras ¿Dime que quieres hacer? —interrogó Don Kelvin, cada vez más preocupado y con mucho sentimiento de culpa.—Permite que busque agua y disculpe ¡por favor! Creo que estoy abusando de usted —replicó ella y salió hacia la cocina.—¡No te imaginas la felicidad que representa para mí,
Mateo, conociendo y sabiendo que no era una simple amenaza, le solicitó ver a su hijo Mateo. Pero ella, le explicó que estaba dormido desde hacía como una hora.—Solo lo veo y salgo —aseguró él—. ¡Lo extraño! Te prometo que no lo despertaré —afirmó, no queriéndose ir del apartamento sin una promesa de algo.—¡Ven, sígueme! Él caminó detrás de ella detallando el apartamento, el cual a pesar de ser pequeño se veía cómodo. Fue así como se le ocurrió una nueva estrategia.—¡Trabaja para mí! Tú conoces el ramo porque estuviste conmigo como cuatro meses ¿Aceptas? —inquirió él, con una mirada seductora y cómplice.—¡¿Contigo?! Ni a la esquina —exclamó ella, bajando la voz para no despertar a su hijo.—¿Por qué? Si nosotros hicimos un buen equipo, ¿recuerdas? —interrogó él.Ella, ignorando la pregunta y los comentarios formulados por él, contestó…—Entra muy despacio, sin hacer ruido, recuerda que después cuesta mucho hacer que se duerma. Tienes un minuto para estar con él y salir ¡No te tard
Tanto Mateo como Kelvin, sentían lástima por Luisa, pero su hijo debía asumir las consecuencias de sus actos. Ellos se pusieron de acuerdo, él pagaría los honorarios del abogado mientras, su padre ofrecería la ayuda y protección.A partir de ese momento, todos aportaron pruebas mediante videos y testimoniales para que Adriana ganara el caso y con eso dar una lección a Nilo. En el mismo restaurante, donde él prestaba servicios como gerente, había personas dispuestas a declarar, sobre todo las mujeres que han sido en otros momentos, acosadas por este.Adriana, junto a Kelvin y el abogado se preparó para llevar a cabo este proceso. Entretanto, Julio desconociendo el nuevo embarazo de Adriana, seguía en su plan de conquista, por lo que apenas se enteró de que esta era la nueva gerente del restaurante de Kelvin, comenzó a enviar un ramo de flores a diario.Ella, le tenía mucho cariño, no obstante, no podía dar esperanzas a Julio, y menos cuando estaba en la dulce espera del segundo hijo de