En el apartamento de Luisa

—¡Deja de llamarme así! Yo no soy tu amor o es, ¿qué se te olvidó, que te casaste conmigo para vengarte de tus hermanas? — Gritó ella interrumpiendo violentamente y dejando a este, con la palabra en la boca.

»Además, no seas tan cursi ¿Crees que por arrodillarte te voy a perdonar? ¡¡Ni lo sueñes!! —afirmó ella, haciendo una seña a Alicia para que se llevara al bebé.

Ante estas palabras, Mateo quedó mudo, sin habla, totalmente sorprendido. Era lo que menos esperaba escuchar de sus labios. Él, ignoraba que se hubiera enterado de los motivos por los cuales quería casarse inicialmente con ella.

Mientras tanto, Adriana entregó el bebé a Alicia para que lo llevara al dormitorio. De esta manera, no lo podía ver. Por otra parte, él seguía arrodillado y pidiendo perdón.

—¡Adriana! Todo tiene una explicación —expresó él arrepentido, levantándose y tratando de justificar esa acción del pasado.

—¡No lo necesito! Y a estas alturas de mi vida, menos ¡No te quiero oír! —gr