Sarah tuvo una fuerte corazonada cuando se dirigía el pórtico. Y por esa razón se detuvo un momento, llevó una palma abierta a su pecho, pero pasado algunos segundos el mal presagio se había extinguido, quedándose una estela de duda en su cabeza que le impidió seguir rumbo a la salida. ¿Tenían que hacerle caso a su corazón y devolverse al piso? Pues no, porque es que también tendría que quitarse esas ideas locas de su cabeza. Nada malo le pasaría, solo saldría un rato por allí y volvería pronto al piso, además andaría con mil ojos, evitando cualquier peligro al acecho. Eso sería todo. No tenía por qué preocuparse. Cuando su teléfono comenzó a sonar de repente se alarmó, de verdad que sí estaba bastante alerta y debía sacudirse ese miedo tonto. Otra vez Maritza. ¿Es que no iba a dejarla en paz? Decidió apagar el teléfono, no le importaba nada. No, en absoluto, esa chica parecía más bien una acosadora. Ya luego la bloquearía de su teléfono. Rodó los ojos y por fin salió del edifici
—¿Por qué? Me gustaría saber por qué de pronto haces todo esto, yo jamás te había visto en persona, solo en una foto y tampoco tenía el deseo de conocerte nunca en mi vida, porque estoy al tanto de la clase tipo que eres y lo que haces. Créeme que solo me siento avergonzada por ser tu hija. No hay otro sentimiento en mí, ¿por qué demonios haces esto, eh? —señalo hastiada. Aquel hombre la miraba en silencio se llamaba Tony Ford, alguien involucrado en diversos crímenes, de hecho era el líder de una mafia muy buscada, un tipo rudo una persona sin corazón y frívola que no le temblaba el pulso, a la hora de llevar a cabo cada uno de sus actos sórdidos. De hecho era conocido como, "mano de hierro". Así dices rudo imponente era aquel sujeto.—Aún no me dices si te agrado el regalo que te envié. —¿Estás hablando en serio? No puedo creer que realmente te importa saber mi opinión sobre un estúpido vestido, pues fíjate que me importa un bledo, no pienso usar nada de lo que me des de hecho lo
La muchacha estaba asustada y comenzó a pedir ayuda. No entendía por qué la joven se había desmayado en el suelo, pero luego recordó que le había mencionado su embarazo y esa podría haber sido la razón del desmayo, algo que ocurre frecuentemente en las mujeres embarazadas. Aunque esto no sería extraño, aún tenía miedo de que algo malo le hubiera sucedido.—Oh Dios mío, ¡no puedes! ¡Ayuda! Se ha desmayado —le informó a las dos mujeres que se acercaron a ayudar.—Yo estaba hablando con ella y de repente le pasó esto. No sé la verdad, pero está embarazada.—Ella estará bien, soy doctora. Déjenme verla —pidió una mujer baja y de cabello corto sobre los hombros. Realmente parecía ser una doctora.Afortunadamente, estaba en el momento y lugar adecuados para atender la caída. Isabel esperaba que no fuera algo grave, pero ya no podía seguir así.Bajo tanta presión, Sarah decidió irse de allí. También comenzaba a sentirse un poco mal con toda la situación. Además, la doctora dijo que estaría b
Ninguno de ellos le dio una respuesta sino que le ordenaron caminar más rápido para adrentarse a una propiedad gigante. Aquel terreno grande era realmente espeluznante y mucho más con aquel aspecto que tenía la fachada de la enorme mansión. Había más hombres custodiando la entrada, armados. Era como una película de terror y acción. No quería ser la víctima de una cinta tan real como esa. Nunca en su vida lo había visto en persona, tan solo en una foto, así que todo se volvía con mucho más suspenso. ...Candace llegó a casa sintiendo un terrible dolor de cabeza, además de mareos y esas ganas urgentes de vomitar. Todavía tenía el mal sabor en la boca sobre aquella noticia. No podía creer que su jefe estuviera a punto de casarse con otra mujer. ¿Cómo demonios era eso posible si él no tenía a nadie? Nunca se la había visto con una persona, de otro modo ya lo habría sabido. Eso no podía ser cierto pero también era algo increíble que otra persona tuviera el mismo nombre y apellido y encim
—Lo haces muy bien, Steven. ¿Seguro que no eres estilista? —¿Bromeas? —la miró a través del espejo mientras le trenzaba el cabello—. Digamos que soy milagrosamente hábil en esto, además tu cabello es sedoso y liso, eso me ayuda.Camila le sonrió a través del espejo. Se había puesto un bonito vestido veraniego, caído en los hombros, dejándole ver un atractivo bronceado que hacía un bonito contraste con la tela estampada. —Bueno...—Mira nada más cómo has quedado. Ya estás lista. Y yo también, ¿estás preparada para dar un paseo? —¡Estoy más que lista! —dio un salto de emoción. Santa Mónica era un auténtico paraíso turístico, donde se podía encontrar muchas cosas qué hacer para pasar un buen rato. Había numerosos clubes nocturnos, pistas de baile, teatros y otros tipos de lugares y actividades.Por ejemplo, el Club Harvelle's Blues, una increíble opción nocturna con una decoración antigua y un ambiente agradable para los amantes del blues. También ofrecían increíbles shows en vivo pa
—Tú no le encuentras el sentido, pero yo le encuentro todo el sentido del mundo. No quiero que me tengas lástima y no pretendo conseguir eso de ti. Solo quiero que estés estos últimos días, tal vez semanas, y si algún milagro sucede puede que sean pocos meses. Quiero que estés conmigo. No tengo más hijos, solamente eres tú, Sarah. —¿Por qué estás diciendo todo eso? No estoy comprendiendo, hablas como si te fueras a morir. Aunque tomando en cuenta tu trabajo es algo que puede suceder en cualquier momento, pero ya ese no es mi asunto. —Ya te lo estoy diciendo porque hace poco me han detectado cáncer, y ya no hay nada para poder salvarme. Sí, me ha llegado la hora de partir de este mundo, pero antes de irme quería verte aunque sea por primera vez. A pesar de todo y de que aún no tenía un vínculo fuerte con aquel sujeto, quién seguía siendo un simple desconocido; la sangre seguía teniendo un poder indescriptible y sintió como se le formaba un nudo en la garganta y sus ojos se llenaron
Steven decidió devolverle la llamada a Hasan una vez salió del cine con la joven.—Estaba en el cine ¿ha pasado algo malo?—Solo una falsa alarma. Nada de qué preocuparse.—Bueno, de todos modos avísame cualquier otra cosa, ¿de acuerdo? —le pidió.—Sí, eso haré. ¿Cómo está todo? —declaró.—Todo bien, Hasan. Deberías sacar tiempo y venir a Santa Mónica —le recomendó. Ya casi llegaban al hotel.—Bueno, tal vez cuando me sienta menos cargado de trabajo, por ahora eso es imposible para mí, Steven.—Lo sé. Ya tendrás tiempo para hacerlo, y de paso venir con Sarah.—¿Se te olvida que todo esto es de mentira, Steven?—No, al contrario, lo tengo presente en mi cabeza. Pero no estaría mal que vinieran los dos, en mi opinión, eso les ayudaría mucho a estar más unidos, a conocerse más, puede que así el año que deben estar juntos no se te haga interminable.Se escuchó un suspiro al otro lado de la línea, Hasan no estaba de acuerdo con lo que estaba diciendo.—No creo que todo eso sea necesario. A
Milagrosamente, apenas pude pegar un ojo durante toda la noche debido al asunto de su padre, que había aparecido de pronto en su vida y le pedía verla nuevamente, muchas veces más. No salía de su cabeza y se sentía muy nerviosa al solo imaginar que Hasan pudiera enterarse de toda la verdad. No quería ocultar algo así, pero tampoco tenía muchas opciones, ya que también representaba un peligro ponerlo al tanto de toda esa situación. Por otra parte, no podía ser sincera respecto a lo que hacía su padre biológico, ya que Hasan ya lo había conocido anteriormente y no sabía a lo que se dedicaba realmente.No, definitivamente no podía ser sincera. ¿Por qué la vida tenía que presentar una circunstancia así en ese momento? Todo se había vuelto ahora un poco más complicado que antes. Mucho más....—Esto también va a funcionar bien, ten —le dio una almohadita térmica para que se la pusiera en el abdomen bajo.Ella lo hizo.—Gracias por cuidarme tanto, Steven —le dijo, esbozando una ligera sonri