Ingresó al café de Mariana aquel día, como de costumbre estaba bastante concurrido. Le resultó difícil encontrar un momento a solas para hablar con ella, ya que estaba muy ocupada atendiendo a las personas. Se armó de paciencia, algo que no solía tener, y esperó por ella en una de las mesas sin atreverse a pedir algo porque no tenía dinero para pagarlo.Una hora después, finalmente apareció Mariana.—Vaya, por fin estás aquí. Por cierto, en la fiesta te fuiste sin decirme nada. Si no fuera por Harry, no habría sabido dónde estabas. ¿Puedo saber por qué te fuiste de repente? Parecía que estabas pasándola bien, al menos eso parecía.—No he venido a hablar de eso, pero sí sobre Harry. ¿Por qué le diste mi número? Esta mañana me llamó y quiere salir conmigo a pesar de que le dije que estoy en una relación. Parece que terminó con su novia y ahora quiere que le dé una oportunidad, incluso mencionó que se conformaría con ser solo amigos. Pero ni siquiera quiero ser su amiga, desde que lo vi
—¿Ha surgido algo malo? — inquirió mirándose en aquel espejo de cuerpo completo.El vestido escarlata de tafetán que le había enviado Hasan le quedaba perfecto, sin mencionar aquellos pendientes hermosos de la marca Tiffany y los zapatos de aguja.—Sí, lo siento mucho. No te avisé antes porque apenas me enteré de lo sucedido. Tengo que posponer nuestro encuentro, en este momento no puedo ir al lugar, no estoy en condiciones. Te llamaré tan pronto resuelva algunas cosas —informó.—Lo entiendo. No te preocupes. Que todo se solucione, Hasan.—Sí, seguimos en contacto. Buenas noches.—Buenas noches.Gruñó al finalizar la llamada, sí, estaba enfadada por haberse arreglado para nada. ¿Qué tan importante era lo que había pasado? La incertidumbre la estaba consumiendo....—Cami, despierta, vamos, ya hemos llegado.En respuesta, la joven gruñó y no se movió. Decidió recogerla en brazos. Se veía tan vulnerable que sintió mucha pena por ella. Se había quedado sin nadie en el mundo, desamparada
Camila se sentó en el asiento del copiloto y se abrochó el cinturón de seguridad con la ayuda de Steven.—¿Quieres que vayamos a comer a algún lugar? Puedes darme ideas.—¿Podemos ir a McDonald's?—Claro. Oye Cami, recuerda que tienes que ir a la cita con el psicólogo, ¿está bien? Sé que no te agrada la idea, pero es necesario.—Pero yo no estoy loca —bufó y se cruzó de brazos.—No, en ningún momento he dicho que estés loca, de hecho, las personas que necesitan ayuda por algún suceso que las haya marcado profundamente y las afecte emocionalmente, deben, en la mayoría de los casos, acudir con un psicólogo para que les ayude no solo a afrontar la situación, sino también a superar lo ocurrido. Es normal, créeme. No significa que seas una lunática. Para nada —le explicó, dejándola más tranquila y convencida de que era lo mejor para ella.—Si es así, entonces sí quiero ir.—De acuerdo. ¿Te gusta la música?—Sí, un poco, pero ahora no quiero escuchar nada —se recostó en el asiento, desviand
Ya era muy tarde cuando recibió la llamada entrante de Hasan. Debía ser algo importante para llamarle a esa hora. Se frotó los ojos y parpadeó varias veces antes de coger el teléfono de la mesita de noche.—Dime, ¿ha pasado algo grave? —averiguó con un dejo de preocupación.—No, no ha pasado nada malo. No tienes de qué preocuparte. Solo quería decirte que vengas a vivir conmigo al piso. Si vamos a llevar esta farsa al siguiente nivel, debe ser lo más creíble posible, ¿de acuerdo?—Sí, es cierto —respondió, aún un poco adormilada—. Entonces mañana empaco mis cosas. ¿Alguien pasará por mí?—Sí, yo iré por ti.—Vale. Estaré esperando....Se levantó temprano, ya que Hasan quedó en buscarla en la mañana. Se arregló y se puso en la tarea de recoger lo que necesitaría.Sarah empezó a empacar sus cosas, ya no estaría más allí. Sabía que lo mejor era eso. Tenía mucha suerte de irse a vivir al piso de Hasan, ya no tendría que pasar por las penurias que había allí, ni verle la cara a Maritza.P
Días después...Camila era una chica muy inteligente, capaz de aprender rápidamente cosas que para otros podrían ser más complicadas. Era colaboradora y siempre dispuesta a probar cosas nuevas. A Steven le impresionaba su fuerza a pesar de su edad, ya que a pesar de haber enfrentado muchas dificultades, había logrado seguir adelante y sonreírle a la vida.—¿El azul es tu color favorito? —quiso saber, mientras la observaba pintar algo que le habían encargado en la escuela.—Me gusta mucho, me hace recordar el cielo y el mar. La playa es uno de mis lugares favoritos, siempre la he considerado un sitio donde encuentro tranquilidad, y mirar al cielo también me calma, ¿no crees? —Sí, yo también lo veo así, y tus ojos son celestes como el cielo, también encuentro serenidad al verte —dijo, haciéndola sonreír.—¿De verdad? Muchos dicen que tengo los ojos muy grandes.—Sí, son expresivos, pero eso los hace aún más hermosos —declaró, acariciando su mejilla—. Cuéntame, ¿cómo fue tu primer día e
En el poco tiempo que llevaba conociendo a la pequeña Camila, Sarah se dio cuenta de que era más especial de lo que imaginaba. Y eso era bastante agradable, considerando que no le había tocado una chica difícil, más bien una jovencita que parecía ser todo un ángel. Además, le parecía increíble que fuera tan inteligente y supiera tantas cosas a su corta edad.A pesar de las dificultades, le parecía una chica bastante persistente y fuerte. Ella había pasado por la terrible experiencia de haber perdido a sus padres y, por eso, la entendía también. Pero claramente la situación de Camila era más fuerte, aún así mantenía una sonrisa cálida en su rostro y la necesidad de aprender cosas nuevas. Era agradable poder ser parte de su vida y ayudarla en lo que necesitara.La verdad es que la joven Camila estaba siendo una lección de vida para Sarah.—Oye, ¿te gusta vivir aquí? —le preguntó mientras la miraba con mucha curiosidad y la jovencita parpadeó en su dirección antes de asentir con frenesí.
—¿Por qué ahora me haces dudar sobre todo? —se levantó de la silla y comenzó a caminar en círculos, parecía realmente atrapado en la duda.—¿Yo? Solo intento que tengas una solución para cada cosa que vayas a hacer y que luego no te tome por sorpresa. Sinceramente, creí que ya tenías una respuesta para todo y no habría ningún problema con llevar a cabo el plan que te has trazado. Veo que me equivoqué.—Es que yo te prometo que he pensado en todo y en ningún momento cruzó por mi cabeza lo que pasaría cuando se acabara el contrato y se rompa entre nosotros todo vínculo, aunque falso, y ella se vaya por su lado. Tampoco podría permitirle que se quede con el bebé. Espera. No hablemos más sobre ese asunto cuando ni siquiera existe algo todavía.—Pero eso es lo que estás buscando y deberías tener todo claro ahora para evitar problemas más adelante.—¿Sabes qué? Tengo mucho dinero y no tendré ningún problema con un niño, podré seguir adelante solo.—Bueno, en parte coincido contigo, es muy t
Sí, tal vez todo era una señal del destino y debía acercarse más a su jefe. La vida de alguna manera le estaba dando la oportunidad de conseguir lo que tanto quería y ella no tenía duda de que deseaba a Hasan. Un hijo era el pase directo, y encontraría la manera de ponerlo al tanto de la noticia. Puede que las cosas no salieran como esperaba, pero no veía capaz a ese hombre de dejarla sola en una situación así.Se secó el rostro y comenzó a vestirse porque ya se le estaba haciendo demasiado tarde para ir a la compañía. Durante el trayecto al trabajo se le ocurrió agendar una cita con un doctor del cual tenía el contacto guardado. Así, ese mismo día después de salir del trabajo se aseguraría de estar embarazada. Quería estar cien por ciento segura de ello antes de darle la noticia a Hasan. En el fondo tenía miedo de saber su reacción.Entonces surgían las inseguridades, dejándola en un estado de profundo miedo y nerviosismo. ¿Y si no quería apoyarla con el bebé? ¿Acaso estaba dispuesta