Capítulo 464
Tras envolverla con su abrigo para darle algo de calor, Simón se dirigió hacia aquel extractor que había visto.

«Debo darme prisa». Por más que la abrigara, Luciana no resistiría mucho tiempo en un espacio tan gélido.

A la tenue luz del celular, descubrió los cables del extractor; tiró de ellos hasta romperlos y esperar que el ventilador se detuviera. Después sacó de su bolsillo una navaja multiusos, de tipo militar, y comenzó a desmontar la pieza. Le tomó casi media hora desenroscar los tornillos y forcejear hasta arrancarla por completo.

—¡Lo logré! —exclamó, sin alzar demasiado la voz para no asustar a Luciana.

Corrió de inmediato hacia ella:

—Luci… —pero se detuvo al ver que ella balbuceaba algo con la voz casi inaudible.

Al acercar el oído, captó la palabra que murmuraba:

—Alejandro…

—¿Extrañas a Alejandro? —susurró él, apretando los labios—. No te preocupes, te sacaré de aquí y te llevaré con él, ya verás.

Con cuidado, la levantó en brazos, y ella se acurrucó contra su pecho, tem
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