Capítulo 397
Por su parte, Mónica lo observó con un brillo de nostalgia.

—Alex, tú… aún no puedes olvidarme, ¿cierto?

Él se quedó callado un par de segundos. Con determinación, sujetó la muñeca de Mónica para despegar su mano de la de él. Ella se quedó atónita, como si el mundo se derrumbara de golpe.

—¿Alex? —musitó con voz rota.

—Mónica, estoy casado —respondió él con firmeza. No importaba lo que hubiera sucedido antes; ahora su compromiso era con su matrimonio y con su esposa.

Mónica de pronto se cubrió el rostro con ambas manos, soltando un llanto ahogado. A Alejandro se le estrujó el corazón al verla así, pero había cosas que no podía callar.

—De ahora en adelante, arregla tus asuntos con Sergio. Llámalo cuando necesites algo; él se encargará de todo —dijo con tono firme, dejando claro que ya no debían buscarse directamente.

—Alex… —susurró ella, apartando las manos de su cara. Entonces lo miró fijamente y, con una solemnidad que estremecía, preguntó—: ¿Alguna vez… sentiste algo por mí?

Alejan
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP