Capítulo 257
Después de entregar los regalos, Luciana tomó el plato con el pastel que aún no había terminado.

Aunque su apetito no había sido bueno en mucho tiempo, el pastel de esa noche le había sorprendido gratamente.

Ricardo, que no perdía detalle, la observó mientras terminaba de comer y raspaba con la cuchara los restos de crema en el fondo del plato.

—¿Te gustó el pastel? —preguntó con una sonrisa divertida.

—Sí, está muy rico —respondió Luciana, asintiendo con suavidad.

—Pues hay más.

Sin dudarlo, Ricardo cortó otro pedazo y lo puso en el plato de Luciana con un gesto lleno de ternura.

—Come tranquila, hay suficiente.

Desde el otro lado de la mesa, Alejandro no perdió ni un segundo de esa interacción. ¿De verdad era tan bueno ese pastel?

Mónica, al notar la dirección de su mirada, siguió su línea visual. Su corazón se hundió de golpe al darse cuenta de que estaba observando a Luciana.

***

La cena continuó durante un buen rato.

Cuando terminaron, ya eran cerca de las nueve de la noche. Alej
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