Capítulo 129
Sergio, Juan y Simón intercambiaron miradas y, sin pensarlo, corrieron a detenerlo.

—¡Alex! ¡Lo vas a matar!

El hombre, siempre elegante y reservado, ahora estaba cubierto de sangre, irradiando una energía tan oscura que resultaba aterradora. No era el Alejandro que conocían.

—¡No vale la pena! —gritó Juan—. ¡No por alguien como él!

A pesar de las palabras, el rostro de Alejandro seguía siendo una máscara fría, vacía. Su mirada fija en Arturo no mostraba ni un atisbo de compasión.

Simón, pensando rápido, alzó la voz.

—Luciana… parece que no está bien, primo. Ha estado gimiendo.

El nombre de Luciana fue lo único que lo hizo reaccionar. Alejandro bajó lentamente el pie que aún presionaba a Arturo, pero antes de retirarse, le dio una última patada.

—¡Ahhh…! —El gemido de dolor de Arturo resonó por la habitación.

Sergio, Juan y Simón exhalaron aliviados. Luciana siempre era la única que lograba calmarlo.

—Luciana… —murmuró Alejandro, mientras volvía rápidamente hacia ella.

La levantó en su
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo