Capítulo41
Camila quedó atónita al escuchar esas palabras, como si hubiera recibido un fuerte golpe. ¿Cómo podía él decir algo así? Dejó de llorar y miró de reojo a Mateo con ojos de tristeza, completamente incrédula. Este no era el hombre que ella conocía. Antes, él se preocupaba tanto por ella, nunca permitiría que sufriera ningún tipo de injusticia. Ahora parecía otra persona, sin compasión alguna, ni siquiera intentaba consolarla. No podía creer que este fuera en verdad Mateo. Seguramente tenía sus razones.

Camila soltó de inmediato su mano, intentando esbozar una sonrisa forzada, pero no lo logró:

—¿A mano? ¿Cómo piensas acaso quedar a mano conmigo?

Mateo respondió:

—Curando tu oído.

—¡No quiero! ¡Preferiría morir! —exclamó Camila aún más alterada, agarrando con rapidez un cuchillo de fruta cercano para cortarse la muñeca.

La asistente, al verlo, se apresuró a detenerla:

—No hagas eso, Camila...

Con los ojos enrojecidos, Camila dijo:

—Mateo, todo lo que he hecho ha sido solo por ti. Te a
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