A la mañana siguiente, Mario se despertó y al recordar que su amada duerme a su lado la quiso abrazar, pero no la encontró, en la cama solo está él y las sábanas, buscó en cada rincón, pero ella no está, ni su maleta. Ella se ha marchado, y su corazón se entristeció porque sabe que ella se ha arrepentido de haber tenido relaciones sexuales con él, aunque ella se mostró muy feliz la noche anterior, hasta pareció que lo estaba disfrutando. — No entiendo que es lo que ha pasado, ¿cómo es que ella se aparece en mi habitación y luego desaparece? —¿Cómo es que ella supo que yo estaba en esta ciudad y más en este hotel y habitación? —Será que, ¡sí, el autor de todo esto debe de ser mi hermanito! Él fue quien planificó este encuentro porque solo él sabe en donde yo me estoy hospedando. — Gracias por echarme la mano hermanito, pero mi chica se ha marchado. —Él le envió un mensaje de texto para agradecerle su buen gesto. — ¿Cómo así? Se supone que no la tendrías que dejar salir de esa habit
En el hospital le dijeron al joven Owen, que no podía entrar porque la hora de visita ya había acabado, le recomendaron regresar hasta en horas de la tarde que se vuelva a habilitar la hora de visita. Él se regresó, no les quiso insistir que lo dejaran pasar porque su hora de entrar a la escuela ya se le estaba acercando y no quiere quedar como faltante desde los primeros días.No le quiso llamar a Ángela para preguntarle sobre su hijo porque no la quiere alarmar, —si ella no nos ha comentado que tiene dos hijos, es porque desea mantenerlos en el anonimato. Pero al salir de la escuela voy a volver para interrogarla de frente, si ella está casada debe de decírselo a mi hermano para que él no siga insistiendo con la esperanza de reconquistar su corazón.En la escuela hay un niño que su carita se le hace muy familiar, ya le preguntó su nombre porque no se aguanta la curiosidad. Y vaya sorpresa, al estar de cerca ese niño es… es idéntico a su hermano Mario José.— ¿Qué edad tienes pequeño?
Mario José no estaba en la habitación del hotel, ha salido a hacer unas compras que necesita con urgencia. Bueno, más que nada es su computadora portátil que se le dañó y anda en busca de una nueva para reemplazarla y poder seguir minuto a minuto el progreso de sus negocios. Es un hombre demasiado desconfiado y aunque ya ha comprobado que la mayoría de sus empleados están dispuestos a dar la vida en su empresa, aun así no se confía.Su celular lo dejó olvidado en la cama donde durmió, no fue hasta que ya estaba lejos de su hotel cuando se dio cuenta de que no lo traía con él. Le pidió al hombre del taxi que lo trajera de nuevo a donde lo recogió, él no puede andar sin su aparato celular, para él es como si anduviera sin unos de sus brazos.En el hospital…Ángela está sentada en el pasillo sobre un viejo sillón casi inservible que allí se encuentra, se nota que es un hospital en donde solo asisten las personas con recursos económicos bajos, de esos que no se pueden dar el lujo de irse a
En el hospital…Ángela regresó con el escaso medicamento que le dieron de a gratis en la farmacia, los demás tendrá que comprarlos por su cuenta porque no hay por el momento. Owen, siempre está sentado en el mismo lugar que quedó cuando ella se fue.La muchacha no tiene más remedio que entrar a la habitación donde su hijo está, tendrá que hacerlo frente al tío de su hijo y por lo que parece, él no se va a quedar de brazos cruzados hasta hacerla confesar.— ¿Quién es Alex y por qué tú eres la responsable de cuidar de él? —Le interrogó sin rodeos el profesor.— Vete Owen, en la oficina sí me puedes interrogar sobre nuestro trabajo, pero a lo que mi vida personal se refiere, eso es algo que a ti no te concierne y te pido que no te metas.— Tranquila pelirroja, no es para que te pongas tan agresiva, ni que me estuvieras ocultando algo muy importante para mi familia.— En primer lugar, no me llames pelirroja como lo hace el imbécil de tu hermano, en segundo lugar, tú no eres nadie para pedi
Mario José llegó a la ciudad en horas de la noche, por su parte desde ese momento se hubiese ido a buscar a su pelirroja para que le enseñe a sus hijos quién es su papá. Le preocupa la salud del niño que se supone está en el hospital.Le pidió a su hermano que le llame a Ángela, pues, él no le puede llamar porque es obvio que lo va a rechazar, a pesar de haber pasado juntos la noche anterior y de haberse entregado por segunda vez a él, por voluntad propia, sin obligarla a hacerlo y sin rogarla tampoco. Todo sucedió por gusto propio, quizá porque ella también lo deseaba y estaba esperando ese momento de volver a recordar lo que es estar con un hombre.Sí, Ángela, desde que sostuvo su primer encuentro sexual con Mario José, jamás volvió a estar con otro hombre, ella se dedicó a estudiar mientras su tía o sus padres le cuidaban a sus hijos. Ya cuando se fue al extranjero a trabajar, se los llevó con ella a la edad de cuatro años, por fortuna, ella siempre ha contado con el apoyo de su ami
Con el permiso de su suegro, la joven Amanda, ingresó al interior de la vivienda y fue a tocar la puerta de la habitación de su prometido, pero Mario José, no le abrió la puerta. Ella siguió insistiendo, pidiéndole que si no le permitía quedarse con él, que tan siquiera la llevara a su apartamento, pues, no había traído su auto porque su suegro la había encontrado en una tienda de ropa y ella le pidió que la trajera aquí a dormir a su habitación como lo hace en ocasiones que ellos duermen juntos como comprometidos que están.— Mira Amanda, no te iré a dejar a tu apartamento porque no quiero salir de la casa, necesito descansar y también privacidad. Yo me iré a la habitación de mi hermano y tú te quedarás aquí, si tanto es lo que quieres pasar la noche conmigo, pues no hay problema que la pases en mi cama, pero sin mi presencia. ¿Estamos de acuerdo?— No estoy de acuerdo, yo quiero estar aquí contigo mi amor, quiero dormir abrazada a ti y que me hagas el amor hasta el cansancio.— Yo nu
— ¡No puede ser!, ¡no es cierto lo que he escuchado! —Dijo la chica cerrando sus ojos con fuerza y hablándose a sí misma en su mente. — Mamita, ¿qué haces aquí?. —Preguntó Alex, al acercarse hasta la mesa donde están sus padres. — ¡Hijo!… que… ¿Qué haces aquí?, ¿y tu hermanito? —Peguntó ella muy preocupada. — Está aquí también, pero por ahora ha ido al baño con el tío, Owen. — ¡Qué! ¿El tío, Owen? —Preguntó ella nerviosa, al mismo tiempo que siente que sus fuerzas le fallan. — Sí, mamá, perdón, porque no te lo dije ayer. En la escuela hay un nuevo profesor y él me dijo que le podemos decir tío, ya lo vas a conocer, él es muy amable y muy guapo, mamita. Sería bonito si él viviera con nosotros, es decir, que se case contigo. — ¡Hola jovencito!. —Saludó Mario José, interrumpiendo la amena plática que el niño se tiene con su madre y que prácticamente le está insinuando que el tío es muy guapo para ella. — Hola señor, yo me llamo Alex. —Saludó extendiendo su manito, tal y como su mad
Mario José está muy molesto, le ordenó a la chica que mejor se fueran de inmediato para la empresa. Cuando salieron del restaurante, ella le dijo que tomaría un taxi, ahora ella le tiene temor porque se nota que a él le ha afectado esa noticia. Pero no, Mario José, no la dejó que se fuera en otro auto, sino en el suyo. ¿Acaso va a perder la oportunidad de hablar frente a frente con ella, acerca de los hijos que tienen en común? — ¿Por qué Ángela? ¿Por qué no me buscaste para decirme que estabas embarazada? —le reclama, dando golpes en el volante. — ¿Y para qué lo iba a hacer?, para que te siguieras burlando de mí e incluso me despreciaras a los niños, aduciendo de que no eran tuyos. Preferí callar mejor, gracias a Dios, que siempre he contado con el apoyo de mi familia y de mi amigo Ariel. — Por Dios, Ángela, que no te das cuenta de que yo jamás hubiese juzgado o despreciado a ellos. Tu deber era decírmelo sin ponerte a pensar en que si yo los aceptaría o no. — ¡Basta, Mario José!,