Cuando los niños llegaron al auto, saludaron a su madre muy efusivamente y le contaron como fue su día de escuela. Mario José tenía temor de que ellos le dijeran que las clases no habían terminado aún, pero por fortuna no sucedió y todo su cuerpo se relajó cuando ellos por fin tocaron otro tema.— Mamá, ¿iremos a comer de nuevo con tu jefe?— No mi amor, después de volver de este lugar nos iremos directo a nuestra casa.— Si ustedes quieren, yo con mucho gusto los llevo de nuevo a comer lo que a ustedes se les antoje.— No jefe, no se preocupe. En casa les prepararé lo que ellos quieran.— ¡Pero mamá, yo quiero hamburguesas de las que salen en la televisión! Porque cada vez que te pedimos que nos hagas, tú nos dices que el dinero no nos alcanza, y si nos compras es una para los dos.— Hijos, por favor, guarden silencio. —Ella se siente con pena porque sus hijos le están sacando en cara todos sus defectos, delante de la persona menos indicada para conocer sus carencias.— Haremos rápido
Ángela le pidió a su hombre que les llevara de regreso a su casa, ella no quiere seguir escuchando las mentiras que él le está diciendo, ella no le cree, ya le tiene desconfianza y le tomará mucho tiempo volver a confiar en él como lo hiso en el pasado, que por ser una chiquilla inocente y enamorada, le creyó todo y fue presa fácil de su juego malévolo.— Mamá ¿por qué nos vamos a separar del tío Mario?, él se ha portado muy bien con nosotros. —Por favor, danos permiso para ir a comer unas hamburguesas con él.La chica se quedó en silencio, no les pudo dar una respuesta porque se siente entre la espada y la pared, ella por su parte no hubiese permitido jamás que Mario se acercara a sus hijos, pero ahora ahí están ellos que se derriten de amor y agradecimiento por él, solo porque se hiso pasar como su padre en la escuela, ellos están tan agradecidos aun sin sospechar de que él de verdad es su padre.— Hazlo por ellos, ven con nosotros y así yo aprovecho a pasar tiempo con ellos, quiero
Con sus nervios a flor de piel, Ángela, pregunta y pregunta que quién es él, y que ha hecho con Mario José. El hombre cambiando su voz le respondió que si no cerraba la boca le daría un golpe para mandarla a dormir como lo están haciendo sus hijos. Pronto ingresaron a una residencial, ella se pregunta en su mente que por qué la están trayendo al mismo sitio donde Mario José, vino a escoger su casa y precisamente allí, frente a la elegida, el hombre estacionó el auto. — Ten las llaves de la casa, ve entrando. Yo llevaré a mis sobrinos. —¡Owen! —exclamó la chica cuando vio que el chofer se quitó el pasamontañas y se trata del tío de sus hijos, ella siente un gran alivio, pero a la vez está molesta. — Así es cuñada, no hubo otra manera más bonita que traerte de esta forma. — Me has dado un susto de muerte, idiota. Ahora dime que hacemos aquí. — Esta es tu casa, aquí vivirás. — Y dale con ese cue
Ese día, como no había trabajo en la empresa, Mario invitó a cenar en su nueva casa a su madre y a su hermano juntos, ella no sabe que conocerá a sus nietos, así como Ángela, no sabe que conocerá a su futura suegra. — ¿Vamos a salir de nuevo tío Mario? —Ellos preguntan eso porque hace poco acaban de regresar a la casa porque fueron a almorzar en un fino restaurante y ahora les ha pedido que se cambien de ropa y se pongan aún más guapos, ya que les tiene una sorpresa. — No, esta vez no habrá necesidad de salir, yo les prepararé una cena especial para que la comamos aquí en casa junto a su mamá. — Tío, ¿tú sabes por qué ella no nos quiso acompañar hoy? — Ella les dijo que quería descansar, por eso ahora yo cocinaré para que ella descanse. — Tú tratas muy bien a mi mamá. Si vas a vivir aquí con nosotros, ¿podemos decirte papá, como si de verdad lo fueras? — Claro que sí pueden hacerlo, y en la escuela también. Ahora pueden gritar a los cuatro vientos, que tienen a su lado a su papá,
Ángela se separó de los brazos de Mario José, y se acomodó el vestido, al mismo tiempo que se maldice a sí misma por ser tan floja y dejarse caer fácilmente en las tentaciones de ese hombre. Pero es que ese maldito derrite a cualquiera, con esa mirada seductora y esos labios tan apetecibles de estar todo el día y la noche prendidos de ellos.La señora Estrella, regresó a la mesa donde se encuentra su hijo y sus nietos a la espera de que les sirvan la comida. Ella va con una sonrisa que se le figura en su rostro y a leguas se le nota su gran felicidad.—¿Qué pasa, mamá? ¿Qué ha pasado por allí para que tú vengas tan sonriente? —su hijo menor acaba de colgar una llamada y la observa con confusión y quizá hasta con cierta diversión.—¡Ay hijo, no te imaginas la pena que acabo de pasar!, me he encontrado a un par de ratones en una batalla campal por probar la saliva del otro.—¡Que! —Exclamó el chico sin entender lo que su madre ha dicho.—¿Ratones en nuestra casa? —Vamos a sacarlos con la
A la mañana siguiente, ambos muchachos estaban abrazados y con sus piernas entrelazadas, cada uno, según ellos, era a su hijo a quien estaban abrazando. La chica, al sentir el rostro del otro tan cerca, le dio un beso de buenos días, como solía dárselo a sus dos hijos cuando los tres dormían en la misma cama desde su nacimiento. — Mmm, así si es rico que lo despierten a uno, con deliciosos besos matutinos. — ¿Qué haces aquí todavía y… y dónde está mi hijo? — Pues no lo sé, yo hasta que la princesa le dio el beso al príncipe durmiente fue que me desperté. — No te creo nada de lo que dices, seguramente tú lo mandaste para su habitación para quedarte conmigo a solas. — Ya te dije que no es así. —¿Sabes? Me encanta, verte enojada, mi bella pelirroja. —Te ves tan hermosa, así despeinada, que hasta dan ganas de follarte hasta el cansancio mientras te tomo de los cabellos rojizos. — ¡Fuera de mi vista, pervertido! —No sé en qué momento de mi adolescencia me fijé en ti. —Maldigo el día q
Cuando Ángela llegó a su casa, solo se encontró con el joven Owen y los niños. —Seguramente Mario José, se ha ido para la clínica a ver a su papá. —pensó ella.— Muchas gracias por cuidar de ellos, ya te puedes ir a ver que tal está tu papá.— ¿A mi papá?, ¿qué pasa con él?— ¿Qué acaso no te han avisado?— No, cuéntame lo que ha pasado.— Pues, que a tu mamá le han avisado que su esposo tuvo un ataque al corazón y está muy mal de salud en una clínica privada.— ¡Ah, ese viejo! —estoy seguro de que solo es parte de su show para presionar a mi hermano a que se case con esa loca de Amanda.— No creo que el señor esté haciendo eso solo por pura maldad, con las enfermedades no se juega.— Él juega hasta con el corazón de mi madre, no digamos para inventarse sus dizques enfermedades.— Ya que tocas ese tema, te comento que en las afueras de un centro comercial nos hemos encontrado a la prometida de tu hermano, he notado que trata muy feo a tu madre.— ¡Ay querida!, ¿y es que hasta ahora cae
Hablando de Ángela, desde que se despertó esta madrugada le ha estado llamando a Mario José, porque uno de los niños tiene dolor de cabeza y mucha fiebre, pero no ha logrado comunicarse con él, y su hermano Owen, tiene apagado su celular.— ¿Por qué me atengo a que ese imbécil venga y me ayude con mis hijos? —si él, nunca ha estado presente cuando lo hemos necesitado, a la m****a todo, de ahora en adelante yo seguiré como antes y haré de cuentas que él no existe.Ángela le habló a su otro hijo para que se levante y se aliste, porque irán a buscar atención médica a un hospital y tiene que llevarlo porque no lo puede dejar a él solito en la casa.Cerca de la casa encontró un centro de salud, prácticamente dentro de la colonia residencial en donde ellos viven. Le atendieron a su hijo y le dijeron que esa fiebre y el malestar en el cuerpo, es por inicios de la gripe que le están anunciando los repetidos estornudos. Le dieron medicamento y luego, ya más tranquila, se regresaron a la casa.M