Los herederos de la empresa de tecnología fundada por su padre Alejandro Clark, se encuentran reunidos en la sala privada de la mansión. Los cuatro hermanos se encuentran reunidos. Ethan, el primero en nacer. Con una expresión seria y con un sentimiento encontrado en su pecho.
Nathan el segundo en nacer se encuentra al lado de Alejandro y Lucas los últimos en nacer del parto de cuatrillizos. Los tres últimos se encuentras conversando acaloradamente sin prestar atención a Ethan, que se siente desesperado por la manera en la que sus hermanos intentan tomar la decisión sobre la secretaria Saori.
Ethan, con un tono serio y fuerte. —¡Esto se nos está saliendo de control! Saori es muy inteligente, demasiado lista. ¿Si continuamos improvisando? Va a descubrir nuestras identidades más pronto de lo que creemos.
Nathan, mostrando irrespeto y su verdadera intención, no dejo de mencionar con una sonrisa cruzada de malicia en su rostro. —¿Y cuál es el problema? Talvez sería mejor decirle la verdad. ¿No crees que ella tiene derecho a saber con quienes ha estado lidiando todos estos meses?
Los ánimos estaban caldeados y Lucas que llevaba intenciones de acostarse con Saori, respondió a toda prisa. —¿Por qué se atormentan? Esto no debe ser complicado, necesitamos reforzar nuestro sistema.
Alejandro desconcertado por la propuesta de Lucas, preguntó con desconcierto. —¿Reforzar nuestro sistema? —Se ríes de manera sarcástica y pronuncia. —¿De que estas hablando?
Lucas con un tono de voz más despreocupado y deseando que su encuentro secreto con Saori se lleve a cabo cuanto antes, les hace saber su sistema mejorado. —¡No es complicado! Ethan se encuentra con Saori los lunes y miércoles, me encargaré de los martes. Nathan los jueves y viernes. Alejandro podría cubrir los fines de semana sin problema. De mi parte no necesito más que el martes para estar con ella.
Alejandro mostrando su total desacuerdo, mencionó sarcásticamente. —¿En serio ese es tu plan reforzado? ¿Si Saori se entera? ¡No solo se sentiría traicionada! Sino que también podríamos poner en riesgo la estabilidad de la empresa. ¡La competencia aprovecharía cualquier escandalo para hundirnos!
Parecía no existir un punto muerto en la conversación y era más que obvio que cada uno buscaba su propio beneficio. Alejandro más enfocado a la empresa, pero Nathan hacia Saori de una manera más sentimental, sin contar que Ethan en verdad se encontraba perdidamente enamorado de Saori.
Ethan frunció el ceño y levantando la mirada mencionó. —¿”No es complicado”? Lucas, esto no es un juego. Estoy hablando de sentimientos reales, Yo… me importa Saori, no desearía que ella se llegara a sentir manipulada y traicionada como lo mencionó Alejandro.
Nathan sintiendo celos por las palabras de Ethan le hace mención con una mirada seria y calculadora. —Entonces, ¿Por qué no te retiras? Si de verdad te importa, ¿Por qué someterla a esto?
Ethan hizo sentir un destello de enfado al instante. —¿Y dejarla en tus manos? Por favor Nathan, no te engañes. Todos sabemos que no es solo un tema de negocios para ti tampoco. ¿La amas verdad? Pero, dudo que sea un amor de verdad.
Alejandro observando el altercado serio entre Ethan y Nathan, intervino para calmar los ánimos. —¡Basta! No tiene sentido discutir por una mujer. El pacto está claro: Ninguno de nosotros debe o debería comprometerse con Saori más de lo permitido, estamos aquí para proteger lo que hemos construido y el secreto que nuestros padres guardaron por el bien del negocio. Que les quede claro. ¡Saori no puede descubrir que somos cuatrillizos! No mientras nuestras identidades sean nuestra mayor fortaleza ante la competencia.
Con una sonrisa pícara y desbordada de deseo por Saori. Exclamó. —¡Exacto! Y, además, seamos honestos, esta dinámica tiene su lado divertido. cada uno tiene su estilo, pero, por lo que he visto, Saori parece estar completamente encantada con esto.
Ethan le lanzó una mirada llena de irritación a Lucas por su comentario que consideró fuera de lugar. —¡Lucas! Estamos de su confianza y de una persona, que siente, que ama y es capaz de dar la vida por nosotros. ¡Aunque piense que somos uno! Ella nunca nos lo va perdonar.
Nathan no dejaba de escuchar y un poco más calmado, les hizo saber. —Entonces tal vez deberíamos hacer algo más estructurado. Reforzar las historias personales, asegurarnos de que nuestros estilos no sean demasiados diferentes. ¿Si tomos somos Ethan Clark? Debemos ser consistentes y lo más apegados al estilo de Ethan.
Alejandro, sabiendo que era lo más conveniente para los negocios personales a escondidas de sus hermanos a excepción de Lucas. Asentó la cabeza. —Estoy de acuerdo. Cada uno debe seguir el protocolo. Nada de improvisaciones ni detalles personales innecesarios. Cualquier desliz y ella lo notará de inmediato.
Lucas de manera sarcástica y molesto, mencionó. —¡Oh, claro! Porque una relación llena de reglas y protocolos siempre termina saliendo bien.
Ethan dirigió su mirada a sus tres hermanos, serio y fijamente. —¡No me importa lo que tengamos que hacer! Solo asegúrense que Saori no sufra por todo esto. ¿Si algo sale mal? ¡Será culpa y responsabilidad de todos!
La reunión se rompió de inmediato y Alejandro mientras observaba a sus hermanos alejándose, susurró. —Entonces, más nos vale no equivocarnos.
A la mañana siguiente… Saori decide ingresar con determinación al despacho del CEO Clark. Ethan se encuentra en compañía de Nathan, sentados en su amplia oficina, reacondicionada para cuando los cuatro hermanos decidieran estar reunidos. Nathan, tras escuchar los pasos de Saori desde el pasillo, se ocultó rápidamente tras la puerta lateral que conecta con la sala privada de los cuatrillizos.
Saori cerrando la puerta tras de sí, saluda con una sonrisa y una mirada apasionante al CEO Ethan. —Buenos días, señor Clark. Espero no interrumpirlo, pero necesitaba hablar con usted.
Ethan levanta la mirada, sorprendido por el tono directo de Saori y de una manera muy formal. Por lo que devuelve el saludo de la misma manera, sabiendo que Nathan se encontraba al lado. —Buenos días, Saori. Nunca interrumpes. ¿Qué sucede?
Saori antes de acercarse, respira profundamente, intentando controlar sus nervios. Para posteriormente susurrarle al CEO. —Hay algo que he estado sintiendo y no puedo continuar ignorándolo.
Ethan se comienza a sentir nervioso, deja los papeles a un lado, enfocándose completamente en ella. Aunque no deja de pensar en Nathan. —¿Qué sucede Saori? ¿Qué es lo que no puedes continuar ignorando? Te escucho.
Saori da unos pasos hacia él. Ethan se hace sentir nervioso y Saori siente que es el momento apropiado para dar el paso que deseaba dar en la relación. Con un tono sensual y feroz, le hace saber a Ethan. —Desde que empecé a trabajar aquí, he intentado mantenerme profesional, pero usted… —Ethan interrumpe y visiblemente tenso, pero tratando de mantener la calma, menciona. —Saori… creo que…
Saori lo interrumpe estrepitosamente, plantándole un beso profundo y lleno de sensaciones cálidas y excitantes. —Usted me hace sentir cosas que nunca había sentido antes.
Ethan conmocionado por el beso inesperado de Saori, trata de alejarla de su pecho y desviando la mirada le susurra. —¡No deberías de hacer esto Saori!
—Déjeme terminar, por favor. —exclama Saori sin dejar que Ethan se aleje de ella.
Saori lo toma fuertemente de las manos y con una mirada tierna, pero lleno de lujuria le hace saber. —Sé que esto podría ser inapropiado, pero no puedo ignorar lo que siento. Hay algo en usted, en la forma en que me mira, en la manera en que me habla… no puedo evitar pensar en usted fuera de esta oficina, como algo más.
Nathan escucha cada palabra desde el escondite, apretando los puños en silencio. Su rostro refleja una mezcla de celos y frustración. Sabiendo que era el, quien deseaba ese encuentro más privado y cercano con la secretaria Saori.
Ethan, no es capaz de sostenerle la mirada a Saori, tras toser levemente y sabiendo que Nathan podría reaccionar de manera inesperada, intenta calmar la situación. —¡No sabes cuánto significa para mí escuchar esto! Pero quiero que entiendas algo… ¿si seguimos por este camino? No habrá vuelta atrás. No desearía que salieras lastimada.
A Saori no le importó que Ethan tratara de distanciarse, por lo que se acercó nuevamente con determinación y sintiendo en su corazón que Ethan, ¡el verdadero Ethan! Se encontraba frente a ella. —No quiero vuelta atrás. Estoy dispuesta a asumir el riesgo, porque sé que lo que siento es real. Contigo Ethan Clark, es con quien deseo estar.
Nathan, al borde de intervenir, respiró profundamente para calmarse, consciente de que cualquier movimiento podría arruinar el plan de los hermanos. Pero aún más, el plan de asegurar la empresa para sí mismo.
El amor de Nathan hacia Saori era real, pero su ambición por consagrarse como el CEO y dueño de la empresa, era lo que más deseaba en su vida. ¡Más si era al lado de Saori!
Ethan observa intensamente a Saori, su voz se vuelve más baja y cargada de emoción, no deseando que Nathan alcanzara a escuchar. —¿Estás segura de esto, Saori? Porque yo…
Ethan hace una pausa repentina, queriéndose frenar, pero su impulso era tan fuerte como el de Saori. Aun así, mencionó. —Yo también he estado luchando contra esto. Pero necesito que entiendas que mi mundo es complicado. Hay cosas que no sabes, cosas que podrían cambiarlo todo. Aunque te confieso que desearía estar más cerca de ti.
La ilusionada secretaria con una mezcla de ternura y pasión, se acerca al odio del CEO y le susurra tras un pequeño beso en la mejilla. —No me importa lo complicado que sea. Estoy dispuesta a enfrentar cualquier situación, ¡si eso significa estar contigo! No me importa renunciar a ser tu secretaria, si con eso podría estar a tu lado para siempre.
Los sentimientos profundos de Ethan hacia Saori, no lo dejan acercarse más de lo que debería, pero su deseo era besarla apasionadamente en ese instante. Ethan no lo duda más y se abraza a la cintura de Saori. Ambos se desbordaron entre los besos de pasión, pero Ethan se detuvo y se alejó de ella de inmediato, pronunciando con una culpa saliendo de su corazón. —Saori, tú no mereces menos que la verdad.
Saori sonrió misteriosamente y mirándolo con intensidad. —No quiero que digas nada más. Así está bien. Pero espero que sepas que estoy aquí, esperare… por ti. ¡Ethan Clark!
Saori se despidió en ese instante de Ethan, dejándolo pensativo por lo mencionado. Ethan observó cómo Saori se da la vuelta y se dirige a la puerta, dejándolo solo con el peso de sus secretos y el latente deseo de corresponderle.
Nathan en voz baja para sí mismo, exclama con furor en el silencio del susurró de la sala privada. —Esto no puede seguir así. Ethan no tiene idea de lo que está jugando… ni de lo que yo estoy dispuesto a hacer.
Ethan por un momento olvidó que su hermano se encontraba en la sala de al lado. Susurrando con frustración. —Saori… algún día lo entenderás todo. Pero, ¿estarás dispuesta a perdonarme?
Saori tras haber abandonado el despacho del CEO, se dirige hacia el estacionamiento para tomar aire y respirar profundamente. Saori entonces tras cerciorarse que se encontraba a solas, con una sonrisa en su rostro y a la vez llena de satisfacción, exclamó para sí. —¡Estoy segura que era el verdadero Ethan Clark! Estoy muy cerca de averiguar la verdad del CEO Clark.
Saori permaneció en el estacionamiento, su corazón palpitando con una mezcla de emoción y adrenalina. El beso con Ethan había sido un punto de no retorno. Pero lo que realmente alimentaba su determinación era esa certeza, esa pequeña chispa que le decía que estaba desenmascarando algo mucho más grande que un simple secreto de un hombre que parecía ser único y solitario.Mientras tanto, en el despacho. Nathan emergió de las sombras con el rostro endurecido. Su mirada chocó con la de Ethan, que se giró al escuchar sus pasos y lo que pronunciaba al momento que se dirigía hacia él. —¿Qué crees que estás haciendo, Ethan? —Nathan escupió con desprecio, sus ojos brillando con ira contenida. —¿Cómo te atreves a romper el acuerdo que hicimos? ¿Ella significa tanto para ti como para arriesgar todo? Ethan se levantó de su asiento, firme, pero con un reflejo de culpa en sus ojos. —No tienes idea de lo que significa para mí, Nathan. Y no es solo un capricho. Es real. Algo que ninguno de nosotro
Todo parecía indicar que Nathan había logrado su objetivo con Saori esa mañana en la que salieron de la empresa y Ethan estallaba en rabia tras haber recibido las muestras de burla de parte de su hermano Nathan.El día transcurrió y Ethan no encontraba sosiego, hasta que la noche lo arropó en su habitación y el sentimiento de traición y decepción fue su peor acompañante durante la noche, sabiendo que al día siguiente debería enfrentar a Saori. Sin saber realmente lo sucedido con Nathan.A la mañana siguiente Ethan encontró a Saori en la sala de reuniones vacía, revisando algunos documentos. Había algo diferente en ella, una serenidad calculada que él no terminaba de entender. Con el corazón aún pesado por la furia del día anterior, decidió enfrentarla con la verdad que tanto lo atormentaba. —Saori. —dijo con firmeza, cerrando la puerta detrás de él. —Necesito hablar contigo. Es importante. Saori levantó la vista, su rostro sereno, aunque sus ojos brillaban con una intensidad que del
Esa noche, mientras la lluvia tamborileaba contra las ventanas, Saori repasó su plan una y otra vez. Había decidido que, ¿si los cuatrillizos querían jugar con su mente y su corazón? Ella les demostraría que no era una simple espectadora en este juego. Sabía que cada uno de ellos tenía su propia personalidad, sus propios secretos. Ahora su misión era descubrirlos.Al día siguiente, Saori llegó a la oficina con la determinación de encontrarse con el CEO Ethan para tomar un café. Apenas llegó, notó que algo estaba diferente en su actitud. Más serio, más analítico. Se trataba de Nathan, estaba segura. Decidió probar su teoría lanzando preguntas sutiles. —Ethan, ¿recuerdas cuando hablamos de tus planes de abrir una galería de arte? —preguntó con una sonrisa inocente, pero estudiando cada detalle de su reacción.Nathan parpadeó, incómodo, antes de responder con evasivas. No era el soñador apasionado que Ethan siempre mostraba ser. Antes de dar una respuesta, Nathan sonrió con sarcasmo. —¡
Ethan sostuvo la mirada de Saori, sus ojos cargados de emociones que parecían demasiado intensas para ser falsas. —No eres parte de ningún juego, Saori. Nunca lo has sido. —Su voz era baja, casi un susurro, pero cada palabra parecía resonar en el alma de Saori. Ella lo miró, buscando desesperadamente una grieta en su fachada, algo que revelara si sus palabras eran sinceras o una nueva jugada en el tablero que los hermanos habían diseñado tan meticulosamente. Pero lo que encontró fue algo que no esperaba. ¡Vulnerabilidad! Miedo y temor a ser descubierto. —Ethan… —comenzó a decir, pero él la interrumpió, llevando una mano a su mejilla y acariciándola con ternura. —Déjame demostrarte que mis sentimientos por ti son reales. —Ethan la sostuvo entre sus brazos, inclinándose para rozar su frente con la de ella. —No importa lo que pienses de mí ahora. Te demostraré que soy más que un hombre atrapado en una mentira. —añadió con franqueza en su voz.Saori cerró los ojos, dejándose llevar po
Nathan había calculado cada movimiento con precisión. Al colgar la llamada con Saori, una sonrisa astuta cruzó su rostro. Todo estaba yendo según su plan.Ethan regreso minutos después a la habitación con el pulso acelerado y disgustado por la interrupción de su hermano, a lo que Saori tras observar su rostro le pregunto. —¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien?Ethan se acercó a Saori, de frente y tras besar cálidamente sus labios, incitando al deseo entre ellos, pero conteniéndose en ese instante. —¡Lo siento Saori! Debo marcharme, surgió un asunto el cual no puedo ignorar solo así.Saori asumiendo que Ethan fue interrumpido por unos de sus hermanos, no dudo en sonreír de manera sarcástica. Tomando la parte media de Ethan con sus manos y acariciando suavemente, ella susurró. —¡Ignóralo! Quédate conmigo esta noche como lo planeamos y te juro que nunca olvidaras lo que pasara después de este beso entre nosotros.Ethan hirviendo en deseo por Saori no lograba resistirse al encanto de la bella
Saori cerró la puerta de su apartamento, el eco del clic resonando en la quietud de la habitación. Apoyó la espalda contra la pared de su habitación, dejando escapar un suspiro prolongado. Su mente era un torbellino de emociones. Había logrado lo que se había propuesto con Nathan, envolviéndolo en una red de seducción bajo la falsa fachada de Ethan. Sin embargo, la intensidad de lo que compartió con el verdadero Ethan esa misma noche seguía rondando en su mente como una melodía persistente. Se quitó los tacones con movimientos lentos, recordando cómo Nathan la había mirado, su devoción aparente y ese fuego inconfundible en sus ojos. Pero Ethan... Ethan tenía algo diferente, algo que la hacía cuestionar su propio plan.Sacudió la cabeza con decisión. No, no podía permitirse dudar ahora. Su misión era clara, desentrañar las mentiras de los cuatrillizos y controlar el juego antes de que ellos lo hicieran. Al día siguiente en la oficina, mientras Saori revisaba algunos documentos en su
En la amplia y cómoda habitación de Lucas dentro de la mansión Clark, él y Alejandro discutían con voz baja y seria. La puerta estaba asegurada, y cada palabra que intercambiaban estaba envuelta en una atmósfera de secreto. Lucas miraba fijamente a su hermano, mientras sostenía un vaso de whisky. —No podemos permitir que Ethan interfiera en esto, Alejandro. ¿Si sospecha algo de nuestra reunión con los rusos? Todo podría venirse abajo. Es un iluso si piensa que puede deshacerse de los negocios sucios de papá sin consecuencias. Alejandro asintió, su expresión grave mientras jugaba con un encendedor de oro entre sus dedos. —Lo sé. Por eso debemos actuar con inteligencia. La reunión será anónima, fuera del radar de todos. Ni Nathan ni Ethan deben enterarse. —¿Y Saori? —preguntó Lucas, levantando una ceja. —Está más cerca de Ethan últimamente, y no podemos subestimar lo que ella podría descubrir. Alejandro soltó una risa breve, casi burlona. —Saori está atrapada en su propia red de mani
La oficina de los Clark estaba llena del murmullo de teléfonos, el golpeteo de teclados y la intensidad de los tratos que se cerraban a diario. Alejandro, vestido impecablemente con un traje oscuro y el porte característico de Ethan, estaba sentado en el despacho principal revisando documentos. En el fondo de su mente, todavía saboreaba el éxito de la renovación del contrato con la mafia rusa, pero su atención se mantuvo enfocada en mantener la fachada perfecta de su hermano. Un suave toque en la puerta interrumpió sus pensamientos, y antes de que pudiera responder, Saori entró en la oficina. Alejandro levantó la mirada y se congeló por un instante, aunque su rostro no traicionó emoción alguna. —Ethan, espero no estar interrumpiendo —dijo Saori con una sonrisa encantadora, cerrando la puerta detrás de ella. —Para ti, ¡nunca es una interrupción! —respondió Alejandro con la voz controlada, inclinándose hacia atrás en la silla y fingiendo una familiaridad que sabía que Ethan habría mo