Ver la furia en sus ojos hizo que me acobardara de inmediato. Salí corriendo a la habitación, la cerré con llave y me senté en la cama. Tal vez me pasé un poquito con lo que hice, ¿pero se supone que él tiene mucho dinero, no? ¿Por qué estaba tan enojado? Él podía simplemente comprar más cosas. ¡Carajo! Yo había actuado como lo haría él. Se me estaba pegando su inmadurez.—¡Abre la puerta, Muriel! —gritó él con rabia.Yo empecé a morderme la uña; si seguía así, iba a quedar sin dedo. Pero era mejor eso a lidiar con un Mikhail enojado. Él empezó a darle golpes a la puerta. Yo me levanté de la cama y abrí la puerta; él cayó al suelo, se levantó rápidamente y me miró con furia.—Tú me diste permiso de cambiar lo que yo quisiera. Ahora no entiendo por qué estás tan enojado. Es tu culpa, así que deberías estar enojado contigo mismo —le dije.Él se acercó a mí y yo cerré los ojos, esperando algún golpe, pero nada. Abrí un ojo lentamente; Mikha me estaba mirando con los brazos cruzados.—Nun
Iba a morir congelada, y todo por culpa de ese orangután. Me detuve a mitad de la calle y miré a ambos lados para cruzar. Todo se veía blanco. Traté de respirar profundo, pero el aire frío era tan cortante y doloroso. Un coche de lujo se detuvo a mi lado; su ventanilla empezó a bajar. Mikhail tenía una cara de pocos amigos.—Sube al maldito coche, no me cabrees más —me gritó Mikhail.Yo lo miré con desprecio y crucé la calle. Él no iba a gritarme, y también estaba segura de que no me iba a dejar tirada aquí, así que iba a hacerme de rogar lo más que pudiera.—¿Es en serio, Muriel? Estamos a menos cuatro grados, deja de ser tan terca y sube al coche, te vas a congelar —me dijo en tono más calmado.Yo no le presté atención y seguí caminando. Mikhail se bajó del coche y yo empecé a correr. Me resbalé con el hielo y terminé en el suelo, con una horrible raspadura en la rodilla.—¿Estás bien? —me preguntó él, tratando de tocarme.Yo lo empujé.—Lo siento —le dije.Él miró la herida en mi p
La enorme y gruesa polla de Mikhail estaba en lo más profundo de mi coño, haciéndome sentir mil sensaciones a la vez. Mikhail apretó con fuerza mi cuello y yo jadeé de placer. sus ojos gélidos parecían querer incendiarlo todo. Mi cuerpo estaba ardiendo por él.—Seré gentil — Me dijo él mientras acariciaba mi trasero.yo apoyé mi cabeza en su hombro y miré por la ventana del coche. Podía ver a algunas personas pasar por el lugar, inocentes de lo que estaba haciendo en estos momentos. Mikha empezó a embestirme con lentitud, pero sentía que faltaba algo. yo lo miré y pude notar que se estaba conteniendo.— Quiero que lo hagas a tu manera, Mikhail, follarme como un salvaje — le pedí.Él me agarró fuertemente por el cuello y con su otra mano hizo que abriera la boca, después metió dos dedos profundamente hasta llegar a mi garganta; yo empecé a toser, pero eso en conjunto con su polla me hicieron desear mucho más. Él me sacó los dedos y me besó, fue un beso totalmente dominado por él.Mikha
Al día siguiente amanecí entumecida, los músculos de mi cuerpo estaban hechos polvo, me dolía hasta la pestaña y todo por culpa del hombre que estaba todo encima de mí. yo traté de mover su cuerpo aunque sea un poco, pero él estaba pegado, ¿acaso no era consciente que él pesaba unos cincuenta kilos más que yo?— Mikhail, me estás ahogando — me queje.Le di un duro golpe en la espalda y de esa manera se movió un poco. Él quedó boca arriba, así podía ver toda su fisionomía, estúpido hombre sexy.—Buenos días, mi dulce — me dijo somnolientamente.yo me senté en la cama y lo observé. Mikha se estiró en todo su esplendor. Ya entendía por qué pidió esta cama, él era enorme.— ¿Cuándo mides?— Le pregunté con curiosidad, él sonrió malévolamente.— 25 cm — me contestó.Yo puse los ojos en blanco y le di otro golpe.— ¡Estatura! ¿Por qué todo lo tienes que llevar para ese extremo?—le reclamé.Él me sonrió y levantó la ceja varias veces. ¿Este tipo acaso nunca era serio?— 1.98, no me digas que
Cómo agradezco que Vlad haya dejado los papeles aquí. Estas dos pudieron haberse matado. ¿Pero en qué estaba pensando Muriel?—No puedo creer que estés con esa, ¡es tan sosa! Pensé que te gustaban las mujeres con carne donde agarrar, ¡ella ni tetas tiene! —me reclamó Tasha con rabia.Esta era una de las cosas que a mí no me gustaban de ella. Yo había sido más que claro en nuestra relación: ella y yo solo tendríamos sexo ocasional, pero ella quería a la fuerza ser algo más. Pero ahora con Muriel las cosas habían cambiado demasiado, yo solo la quería a Muriel.—Ese no es tu problema, ahora dime, ¿qué haces aquí? —le pregunté.Ella se acercó a mí y me abrazó, puso su barbilla en mi pecho y me sonrió. Yo la aparté de inmediato y ella puso mala cara.—Quiero coger contigo, Mikha, te extraño tanto —me dijo.Yo miré de un lado a otro; esto me pasaba por meterme con mujeres casadas y también por tener una buena polla.—Tú y yo ya no puede ser. Te recuerdo que estás casada, así que por favor v
Vlad me miró y negó con la cabeza, yo estaba furioso. pero no con ella, estaba furioso conmigo. ¿Por qué siempre tenía que dañar todo?—Te dije que ella sería un problema, mándala a Italia, es lo mejor para ella. mírate, Mikhail, casi le partes el cuello, ¿eso es lo que quieres? ¿Matarla? — me preguntó. empecé a golpear el muro de la reja; él tenía razón, yo era una bestia igual que mi padre.Vlad me empujo y yo caí de culo al suelo, miré mi mano y me había jodido el dedo medio de la mano. Me dolía como el carajo.— Ella no es de tu propiedad, no puedes tratarla como un perro, y si lo haces ella te morderá la mano, es mejor que la dejes ir — volvió a decir.Yo me levanté del suelo y fui en busca de Muriel. Cuando entré al cuarto, ella estaba con una daga dándole puñaladas al colchón. Apenas me vio, se detuvo, miré el cuarto con más atención y estaba hecho un desastre. Este pequeño cachorro necesitaba un par de lecciones de comportamiento.— ¿Terminaste? — Le pregunté.Ella tenía los o
Apenas llegamos a casa, Muriel subió primero a la habitación, yo me quedé abajo con Vlad, él me miró mal y después negó con la cabeza.— No quiero que me digas nada, yo sé muy bien en lo que me estoy metiendo, ahora vete — le dije.Vlad me quedó mirando y después agachó la cabeza.—La vas a dañar, y te vas a dañar tú — me dijo.Camine hacia él y pegué mi frente en la suya.— Voy a estar bien, y ella también lo estará, tal vez sea feliz, ¿no lo crees?— le pregunté.Vlad me abrazó fuertemente, el lazo que ambos teníamos era mucho más grande que el de la sangre. Él se apartó de mí y volvió a poner su típica cara de mal humor.— Ve a buscarla, o mejor no lo hagas, puede que esta vez sí te termine matando — me dijo con una sonrisa forzada.Vlad volvió a abrazarme, yo solo permitía este tipo de cosas con él y mi madre, y bueno también a Muriel, si ella así lo quisiera. ellos eran las personas que más amaba en este mundo, haría cualquier cosa por mantenerlos a salvo.— Mariah, te extraña, de
Mikhail estaba todo tirado sobre mí, otra vez. yo no lo golpee o lo empuje por miedo a lastimar su herida.— Mikhail, ya es tarde, y tú tienes que trabajar, y yo clases con ese pobre hombre — le dije.Mikhail levantó la cabeza y me sonrió.— ¿De dónde sacaste a ese pobre hombre? a mí me da miedo que le dé un infarto o algo — le dije.Él empezó a reír, y se levantó de la cama. Yo me asusté cuando vi sangre sobre mi pijama, y después miré a Mikha, tenía sangre seca en su hombro y brazo.—Te dije que tenías que suturar esa cosa, te has lastimado y todo por culpa de tu terquedad— lo regañé.Yo me levanté y quité el vendaje con cuidado; la puñalada se veía tan fea.—Al menos puedes decir que esta puñalada fue bastante costosa — me dijo.Él me miró mal, y yo le sonreí.—Dañaste mi daga de colección — me dijo.Yo negué con la cabeza.— No, de hecho, tú fuiste el que la dañó — le dije con una sonrisa.Él me abrazó y me dio varios besos rápidos en los labios.— Por favor, quiero que te disfrac