Vivimos de las aventuras, de los miedos, de la felicidad, de lo que nos venden sin querer indagar más allá porque creemos a verlo conocido todo sobre aquella persona que esboza de sus labios un Te Amo, sin embargo, es verdadero o es falso esa corta palabra que tiene tanto significado para las personas.
Tenemos amores que nos acostumbran a las personas, ese amor de los padres y ese amor que no puedes olvidar jamás. Ese que te marca para toda la vida, y ese amor que te disfrazan en una mentira para cubrir sus cosas. Con Damir aprendí que debes desconfiar hasta de lo que llevas puesto, tal vez, en cualquier momento te puede dejar en la calle.
Acompáñame en mi aventura de amor, desamor, mentiras y algo de dolor a comprender que todo lo que brilla no es oro y que a veces las palabras son eso, palabras.
Desde las entrañas de mi madre jugueteaba mucho, era un almidón indomable, eso decía mama cada vez que me contaba sobre mi estado en su barriga. No me quedaba quieta en ningún momento, era peor que el loco de Tazmania dando brincos en su panza. No se la hice fácil en la escuela, constantemente mis maestras la llamaban por mi comportamiento. Eran algo dramáticas mis profesoras. No veía nada grave pegarle chicle a una en su silla, encenderle unos cuantos mechones con una vela, y mordisquear algunas frutas de mis compañeros. Eso me ocasiono muchos problemas llevándome a un internado de niñas comandado por monjas.Yo creyendo que las monjitas eran buenas por ser misioneras del señor, que va, nos levantaban a las cinco de la mañana a realizar el desayuno, luego de eso asear todo el lugar, lavar los baños, cosa que en mi vida hice, estudiar y rezar como locas dementes y dormir tem
Ese chico me ha dado un susto del carajo, mi corazón late a mil por hora, observo de nuevo por la ventana y no lo veo por ningún lado. Me he quedado fría al abrirse mi puerta pensando que es Sor Josefa o Josefina quienes estén realizando la ronda, para mi sorpresa es el chico de la ventana que sonríe al verme. Tengo mis manos en mi pecho tratando de calmar mis nervios por el susto que me ha dado.— ¿Te asuste corderito de dios?— No. No mira como tiemblo, idiota. ¿Se puede saber quién rayos eres? ¿Qué haces en mi habitación?— No sabía que permitían ese vocabulario en este convento... Niña mala — Sonrió con picardía — Ahh niña.— Contesta pedazo de imbécil... ¿Qué haces en mi habitación? — Respondí un poco irritada.Él muy descarado no quita su risita de sus labios sentándose en mi cama sin verlo invitado hacerlo. Me repara de arriba abajo soltando una carcajada, le pido que haga silencio.— Es
Sonrió por lo bajo encontrándome con esos ojos cafés que sonríen con cierta picardía pasándome un casco indicando que suba a la motocicleta con él, al contrario de mí, Romí sube a la moto del chico que beso sus mejillas encantada. Acomodo el seguro del casco si debo o no subir con ese idiota en ese aparato. Pienso mejor las cosas, y ellos me pueden pasar la dirección de la casa y llego en un taxi. Estoy por decirlo cuando ese chantajista habla primero interrumpiendo mis pensamientos.— ¿No me digas que tienes miedo? — Esbozo enarcando una ceja mordiendo sus labios. — Tranquila que no muerdo... Ya mordí. — Ja, ja, ja — Solté mirándolo mal — Tras chantajista, bromista. Deberías pagar mi taxi con lo que ganaste por tu amada apuesta gracias a mi ayuda, idiota.— ¿Por qué
Todo de mí se aceleró. Mis manos, mis piernas y todo mi cuerpo temblaban del susto. No soy capaz de mirar a quien nos descubrió, mi cara de ponqué se fue al carajo, ahora solo tengo un de horror. Ni ver a lucifer sería tan terrorífico como ser descubiertas. Ahora mi abuela nunca me volverá a visitar jamás. Adiós a conocer a Damir Yankow, adiós escapadas de fin de semana, adiós idiota, adiós aventuras, adiós a todo.Romina toma mis manos tratando de calmar mis temores. Una carcajada de parte de la otra persona me hace mirarla a los ojos.— Su secreto está a salvo. Estamos a mano, Maciel. — Dijo Natalia con picardía. Al parecer no fuimos las únicas que escapamos del lugar esta noche. No me gustaba tener una desventaja. — Vuelvan a cama o serán descubiertas.— A mano. — Solté sintiendo que mi alma vol
Estoy temblando al ver al padrecito Cesar preguntándole al idiota de Aitor quien es la Minions. Él solo traga en seco quedando sin palabras, sabe que ha metido la pata hasta el fondo y no sé cómo ayudarlo en esto sin que me ponga en evidencia que soy yo esa chica. No sería justo mentirle al padre que nos está regalando un día agradable fuera de la rutina de la pocilga. Pero si digo que soy yo, estaré en problemas con Miranda y será peor.No, no puedo.No tiene que saberlo.Buscaremos otra forma.— Se refiere a mí, padre Cesar. — Menciona Romina, salvando mi culo — Aitor me dice así desde que nos conocemos hace año. Nos queremos como un par de hermanos. Se emocionó al ver que ganamos. Desde chica me dice Minions, aunque… ya crecí un poco.— ¿Es eso cierto, Aitor? ¿Conoces a Romina?— Si tí
Casi muero de un infarto creyendo que era pez globo que husmeaba mis pasos, no sería raro en ella, ya que su amor es único por mí. No puedo entender a esa mujer. Desde que llegue a la pocilga no ha dejado de joderme en todo momento, soy un angelito de dios que no rompe ni un plato, pero ella se ha encargado de sacar mi modo travieso por sus constante acosos conmigo, y yo, yo disfruto hacerle maldades.Para mi suerte quien husmeaba no era mi insoportable custodia, Sor Josefina, sino Sergei, el amigo del idiota que nos traía malas noticias. Hice un puchero de disgusto. No con él, sino por lo que nos comentó.— Siento arruinarles el rato. La reunión llego a su fin. Deben unirse a las demás chicas, antes que sospechen.— Gracias, amigo, te debo una. Es hora de despedirnos, mi Minions bello.— Eso creo.No quería irme, tampoco, quería ser descubierta y ca
Estoy hecha puré por pez globo que mando a parar el autobús para pasar a mi lado a revisarme. Pedro me observa por el retrovisor, pudo notar en mi cara el pánico que tengo. Estoy perdida en estos momentos. Aceleró un poco el auto frenando en seco creando una distracción en pez globo para que pueda apagar el aparato.— Estás loco, Pedro. Pudiste lastimarnos. — Gruñe pez globo. — ¿Acaso olvido manejar?— Lo siento, Sor Josefina. Me pareció ver visto algo en la carretera. No volverá a pasar.— Eso espero. La próxima hago que lo despidan.¡Bruja!Eso quería gritarle en estos momentos a pez globo. Es irritante. Tiene un complejo de superioridad ante los demás que no lo soporto, sin darse cuenta que es una servidora más al igual que Pedro que se ha ganado mi cariño por este acto. No imagine que ese viejito cascarrab
Ver caer en cámara lenta los huevos pichos en la cabeza de Sor Josefina fue una de las mejores cosas que he visto en mi vida. Era como si los hubiera arreglado para que dieran justo en el blanco.Todos se parten de risa al verla tapando su nariz por el olor putrefacto que emana. Yo no soy la excepción. Festejo mi primer triunfo, porque le tengo algo más preparado a mi querido pez globo. Una sorpresa más para alegrar mí tarde.No se puede quejar Sor Josefina que la sorpresa fue única. Me mantendré algo alejada del pastel, no quiero que me salpique. Aitor me regala una mirada de complicidad acompañada de una carcajada traviesa. El olor apesta, al igual, que Sor Josefina.— Es mejor partir el pastel y se de una ducha, hermana Sor Josefina... Apesta — Esbozo nuestra madre superiora, Sor Josefa. — Por favor, cortemos el pastel.— Antes encendamos la vela. — Comenta Sor