Casi muero de un infarto creyendo que era pez globo que husmeaba mis pasos, no sería raro en ella, ya que su amor es único por mí. No puedo entender a esa mujer. Desde que llegue a la pocilga no ha dejado de joderme en todo momento, soy un angelito de dios que no rompe ni un plato, pero ella se ha encargado de sacar mi modo travieso por sus constante acosos conmigo, y yo, yo disfruto hacerle maldades.
Para mi suerte quien husmeaba no era mi insoportable custodia, Sor Josefina, sino Sergei, el amigo del idiota que nos traía malas noticias. Hice un puchero de disgusto. No con él, sino por lo que nos comentó.
— Siento arruinarles el rato. La reunión llego a su fin. Deben unirse a las demás chicas, antes que sospechen.
— Gracias, amigo, te debo una. Es hora de despedirnos, mi Minions bello.
— Eso creo.
No quería irme, tampoco, quería ser descubierta y ca
Estoy hecha puré por pez globo que mando a parar el autobús para pasar a mi lado a revisarme. Pedro me observa por el retrovisor, pudo notar en mi cara el pánico que tengo. Estoy perdida en estos momentos. Aceleró un poco el auto frenando en seco creando una distracción en pez globo para que pueda apagar el aparato.— Estás loco, Pedro. Pudiste lastimarnos. — Gruñe pez globo. — ¿Acaso olvido manejar?— Lo siento, Sor Josefina. Me pareció ver visto algo en la carretera. No volverá a pasar.— Eso espero. La próxima hago que lo despidan.¡Bruja!Eso quería gritarle en estos momentos a pez globo. Es irritante. Tiene un complejo de superioridad ante los demás que no lo soporto, sin darse cuenta que es una servidora más al igual que Pedro que se ha ganado mi cariño por este acto. No imagine que ese viejito cascarrab
Ver caer en cámara lenta los huevos pichos en la cabeza de Sor Josefina fue una de las mejores cosas que he visto en mi vida. Era como si los hubiera arreglado para que dieran justo en el blanco.Todos se parten de risa al verla tapando su nariz por el olor putrefacto que emana. Yo no soy la excepción. Festejo mi primer triunfo, porque le tengo algo más preparado a mi querido pez globo. Una sorpresa más para alegrar mí tarde.No se puede quejar Sor Josefina que la sorpresa fue única. Me mantendré algo alejada del pastel, no quiero que me salpique. Aitor me regala una mirada de complicidad acompañada de una carcajada traviesa. El olor apesta, al igual, que Sor Josefina.— Es mejor partir el pastel y se de una ducha, hermana Sor Josefina... Apesta — Esbozo nuestra madre superiora, Sor Josefa. — Por favor, cortemos el pastel.— Antes encendamos la vela. — Comenta Sor
— Pensé que sería el único en morir en esta aburrida fiesta, pero veo que no. — Refuto esa voz varonil — Tendré compañía con una linda dama.— Me invitaron a una fiesta de un chico de 18 años no a la de un anciano. — Exclame. Ese chico soltó una carcajada haciendo que lo mire fijo a los ojos. — Lo siento.— Será nuestro — Mencionó — Damir Yankow, un gusto. El anciano de 18 años.Mis mejillas se ruborizaron por completo. A veces soy una experta en meter la pata. Extiendo mi mano para estrecharla con el festejado.— Maciel Miranda, — Dije — Un gusto, Damir.— Así que tú eres la nieta de Anabel. Se ha quedado corta al decir que eres muy linda, eres hermosa.Veo que le ha hablado de mí a Damir. Anabel haciendo de las suyas.— Gracias. —
No me esperaba que Natalia se uniera a nuestra fuga. Tres son multitud, eso siempre he pensado, y no suelen salir siempre las cosas bien, algo me decía que esto no está bien. No podemos hacer nada más que llevarla con nosotras. Arriesgarnos a ser descubiertas por su intromisión. Han pasado meses escapando de este lugar sin ser descubiertas, ni sospechas hemos dejado de nuestros escapes nocturnos, para arruinarlo por alguien más.— Te buscaremos más tarde. Pendiente — Menciona Romina a Natalia que festeja su triunfo como una beba. — No me gusta esto, Maciel — Dijo ya un poco alejadas de la chica y a mí tampoco me agradaba compartir nuestro secreto con alguien más, y menos con ella, que en su momento nos quiso hacer la guerra en este lugar.— A mi igual, Romí. Esto me huele mal.Deje mis pensamientos de lado. Debía concentrarme en terminar mis asuntos, en espe
Quedamos heladas al escuchar esa voz. Creía estar en una pesadilla. Toda mi felicidad se acabó en menos de una hora. En unos cuantos minutos pase al dolor. Un dolor profundo. No era un sueño, menos un espejismo, como quería creer, era la cruda realidad que golpea mis mejillas. Estamos acabadas. Mi sonrisa se esfumo al igual que mis esperanzas de ver pronto a mi chico. Sabía lo que nos vendría encima, hasta el mismo Lucifer se escondió para no rendir cuentas.Somos las tres.Pez globo obtuvo lo que tanto quería, verme en el fango.Gano la guerra sin prever su ataque.Jugué mal mis cartas.Romí sujeta mis manos fuertes para darme seguridad, sabe que nadie nos salvara, no cuando fuimos vendidas por una intrigosa, mal compañera y víbora rastrera de los mil demonios que jugo bien sus cartas. Sello nuestro destin
10 Años Después.Reviso entre mi amplio armario que debo usar para la boda de Romí y Roxana que decidieron dar el sí. Admiro su amor. Es un amor duradero, hermoso, cómplice, lleno de sinceridad y mucho amor.Estoy tan zumbido en mis cosas que no he notado la presencia de mi esposo que me tumba a la cama haciéndome cosquillad en todas partes dejando besos en mi rostro. Muero de risa a tal punto de sentir mis bragas húmedas pidiendo que pare su ataque invasivo. Parezco un tomate de lo roja por tanto reír. Vuelve a dejar besos en mi rostro mirándome con admiración. Besa mis labios con una ternura pidiéndome un gran favor. Nada de él es gratis.Me carcajeo en su cara por su pedido.— Minions, no seas así — Sentí un vacío en mi estómago al escuchar esa palabra. Después de tanto
El ruido de la lluvia cayendo me hizo despertar soltando los brazos cálidos de mi esposo que duerme profundo. Como un fantasma se cuela esa voz mencionado aquel nombre que olvide. Observo por la ventana como las gotas empapan el vidrio trayendo consigo aquellos recuerdos del primer hombre que ame, hasta la lluvia parece dibujar su rostro en mi ventanal.No es real.No es real.No es real, me digo a sí misma.Odio mis recuerdos, lo odio por que duelen aún después de tantos años.Recuerdo.— Maciel Miranda, ha pasado tres meses desde que saliste de ese orfanato y quieres estar encerrada en tu cuarto sin salir. Olvida a ese mal chico, no merece tus lágrimas, nieta. Sal y explora el mundo, muchos chicos esperan por ti.— Déjame en paz, Anabel. Chicos co
Estoy por abrir la caja cuando escucho un ruido extraño. Eso me recuerda aquella caja que me enviaron dos años antes resultando ser un explosivo que por poco acaba con mi vida.Me detengo en el intento retrocediendo lejos de mi escritorio dejando la caja intacta pidiendo a Marcela, mi asistente, que llame de inmediato a la policía y pida un grupo antiexplosivos y mandar vaciar el edificio de inmediato.Marce queda pálida como un papel con lo que acabo de esbozar. Su rostro da miedo por el susto que la invade en estos momentos. No puedo dar chance de nada, activo la alarma de incendios haciendo que todos evacuen de inmediato el edificio.Roger se encarga de realizar la llamada, al igual que a los medios de comunicación para que registren la nota de un posible atentado en mi contra horas después del altercado con el señor Petrovic.— ¿Los medios?... Es en serio, Ro