Quedamos heladas al escuchar esa voz. Creía estar en una pesadilla. Toda mi felicidad se acabó en menos de una hora. En unos cuantos minutos pase al dolor. Un dolor profundo. No era un sueño, menos un espejismo, como quería creer, era la cruda realidad que golpea mis mejillas. Estamos acabadas. Mi sonrisa se esfumo al igual que mis esperanzas de ver pronto a mi chico. Sabía lo que nos vendría encima, hasta el mismo Lucifer se escondió para no rendir cuentas.
Somos las tres. Pez globo obtuvo lo que tanto quería, verme en el fango. Gano la guerra sin prever su ataque. Jugué mal mis cartas. Romí sujeta mis manos fuertes para darme seguridad, sabe que nadie nos salvara, no cuando fuimos vendidas por una intrigosa, mal compañera y víbora rastrera de los mil demonios que jugo bien sus cartas. Sello nuestro destin10 Años Después.Reviso entre mi amplio armario que debo usar para la boda de Romí y Roxana que decidieron dar el sí. Admiro su amor. Es un amor duradero, hermoso, cómplice, lleno de sinceridad y mucho amor.Estoy tan zumbido en mis cosas que no he notado la presencia de mi esposo que me tumba a la cama haciéndome cosquillad en todas partes dejando besos en mi rostro. Muero de risa a tal punto de sentir mis bragas húmedas pidiendo que pare su ataque invasivo. Parezco un tomate de lo roja por tanto reír. Vuelve a dejar besos en mi rostro mirándome con admiración. Besa mis labios con una ternura pidiéndome un gran favor. Nada de él es gratis.Me carcajeo en su cara por su pedido.— Minions, no seas así — Sentí un vacío en mi estómago al escuchar esa palabra. Después de tanto
El ruido de la lluvia cayendo me hizo despertar soltando los brazos cálidos de mi esposo que duerme profundo. Como un fantasma se cuela esa voz mencionado aquel nombre que olvide. Observo por la ventana como las gotas empapan el vidrio trayendo consigo aquellos recuerdos del primer hombre que ame, hasta la lluvia parece dibujar su rostro en mi ventanal.No es real.No es real.No es real, me digo a sí misma.Odio mis recuerdos, lo odio por que duelen aún después de tantos años.Recuerdo.— Maciel Miranda, ha pasado tres meses desde que saliste de ese orfanato y quieres estar encerrada en tu cuarto sin salir. Olvida a ese mal chico, no merece tus lágrimas, nieta. Sal y explora el mundo, muchos chicos esperan por ti.— Déjame en paz, Anabel. Chicos co
Estoy por abrir la caja cuando escucho un ruido extraño. Eso me recuerda aquella caja que me enviaron dos años antes resultando ser un explosivo que por poco acaba con mi vida.Me detengo en el intento retrocediendo lejos de mi escritorio dejando la caja intacta pidiendo a Marcela, mi asistente, que llame de inmediato a la policía y pida un grupo antiexplosivos y mandar vaciar el edificio de inmediato.Marce queda pálida como un papel con lo que acabo de esbozar. Su rostro da miedo por el susto que la invade en estos momentos. No puedo dar chance de nada, activo la alarma de incendios haciendo que todos evacuen de inmediato el edificio.Roger se encarga de realizar la llamada, al igual que a los medios de comunicación para que registren la nota de un posible atentado en mi contra horas después del altercado con el señor Petrovic.— ¿Los medios?... Es en serio, Ro
Con el altercado que paso con el señor Petrovic en el juicio que lo llevo a pagar una fianza por una gran suma por agresión para no pasar unas cuantas horas en prisión que lo llevaron a perder el control. Sé que teme que se revelen cosas en el juicio que pueden acabar con él y su imperio.Una de las dudas que me asaltan en mi cabeza es: ¿Acaso tiene que ver con este caso? ¿Sus manos están involucradas? Creo que este caso me está consumiendo por completo y me tiene volando la imaginación a tal punto de imaginar aberraciones. Los padres cuidan y protegen, no maltratan, y menos hacen daño. No uno de esa magnitud.¿Si tiene algo que ver con ese hecho?¿Si fue capaz de dañar a su propio hijo?Esas preguntas brotan en mi cabeza como dardos dando en el blanco, me niego a pensar eso. Trato de armar el rompecabezas que me lleve al culpable sin descar
Debe ser una mentira, esto no puede estar pasándome. Esto es un mal chiste más de la vida que me golea de frente en la cara. Soportaba que estuviera lejos aun sabiendo que estaba bien, que tendría algún día la oportunidad de verla de nuevo, arrullarme en sus brazos como cuando era niña y reír con ella por cualquier cosa, sin embargo, eso ya no podría ser. Él me la arrebato de mis brazos y mi vida. Olvido que ya no soy esa niña estúpida, que soy ya una mujer, una que le hará ver su propio infierno.—No me gusta que hables de esa forma, Maciel. Ya está en la cárcel pagando por la muerte de tu madre… en unos días será su juicio.—No pude salvarla de su depredador, abuela, pero si hare justicia para que su crimen no quede impune. Seré la voz de las mujeres que callan reprimidas por sus maridos. Hare justicia
Me siento mal mandando a seguir a Damir cuando se ha portado tan bien como un buen esposo, amigo y confidente. Solo que esos mensajes se han intensificado a tal punto de mandar todo a la mierda.Hace algunos días hice los papeles del divorcio. No me siento feliz con esto sin consultarlo con Damir, al menos, debo darle la oportunidad de explicarse, de decirme toda la verdad. La duda me consume por completo. He perdido la confianza en mi esposo y es algo que me ahoga por completo.Tal vez Romí tenga razón y deba hablarlo con él. No le he comentado a Tania, mi otra mejor amiga de esto, no por falta de confianza, sino que Nolan es su prometido y mejor amigo de Damir.Quiero evitarme rumores también que se entere de mala manera de mis sospechas. Creo que me volveré loca con esto cuando puedo hablarlo con el mismo Damir.Tome valor para encarar a mi esposo.— Cariño.
No sabía dónde meterme o que sentir en estos momentos.No se siente nada bien cuando derrumban tu mundo entero.No es nada agradable cuando se burlan en tu propia cara por no sé cuánto tiempo.Esto dolía como nunca. Una brecha se abrió en mi corazón. Quise darle una sorpresa a Damir y la sorprendida fui yo; de qué forma lo hizo. No soy capaz de mencionar palabra alguna, mi habla se entrecorto. Unas cuantas lágrimas se hicieron presentes en mi rostro que arrebate con odio, decepción, asco, era un tumulto de sentimientos que me ahogan en estos momentos. Su rostro cambio de colores al verme observando el espectáculo que me da junto a su amante que palidece.No quiero ver más, es suficiente; aunque una selfie del momento no estaría de más. Me sirve mucho para el juicio. Lo bueno de nunca soltar tú móvil. Nunca sabes cuándo te puede ser
— ¿Me estas siguiendo... Nada?— Tú... ¿Qué haces aquí? — Dije mirándolo fijo buscando algo que me diga que no es él. Aunque él se llama Alejandro o eso es lo creo. — ¿Tú serás mi médico? Mi psicólogo... Que gran sorpresa.— Es una sorpresa verte en mi consultorio.— Le hice caso a un extraño. — Dije con un hilo de tristeza — Realmente necesito soltar todo esto que llevo dentro o morire envenenada.— Veo que no me equivoque, sigue por favor.Entre al consultorio golpeándome de frente con una linda foto familiar de un niño hermoso sonriendo sentado en las piernas de su padre, aún es un bebé. Aparenta un año o más.— Linda familia, doctor Bass.— Gracias. Comenzamos señora Yankow.<