capítulo 13

El ruido de la lluvia cayendo me hizo despertar soltando los brazos cálidos de mi esposo que duerme profundo. Como un fantasma se cuela esa voz mencionado aquel nombre que olvide. Observo por la ventana como las gotas empapan el vidrio trayendo consigo aquellos recuerdos del  primer hombre que ame, hasta la lluvia parece dibujar su rostro en mi ventanal. 

No es real. 

No es real. 

No es real, me digo a sí misma. 

Odio mis recuerdos, lo odio por que duelen aún después de tantos años. 

Recuerdo. 

— Maciel Miranda, ha pasado tres meses desde que saliste de ese orfanato y quieres estar encerrada en tu cuarto sin salir. Olvida a ese mal chico, no merece tus lágrimas, nieta. Sal y explora el mundo, muchos chicos esperan por ti. 

— Déjame en paz, Anabel. Chicos co
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