Taylor HarrisCuando llegó Lawson, de verdad que estaba a punto de salir corriendo, pero al contarle lo ocurrido con su hermano y él disculparse, además, de pedirme que lo acompañara para que evaluara a Bárbara, volví a mi faceta profesional.Es que debo reconocer que al ver visto a Levi, caminar como Dios lo trajo al mundo, produjo en mí, diversas emociones, desde palidez, impresión, y hasta dentera, porque era el espécimen masculino más hermoso que había visto en mi vida, no tenía un solo gramo de grasa, su cuerpo era perfecto, y lo peor es que él lo sabía porque caminaba como si fuera el puto amo del mundo.Y allí me vi obligada a tomar la toalla y apretarla con fuerza entre mis manos para vencer la tentación de ir corriendo tras de él, como iban las ratas tras el flautista Hamelín, apreté los dientes y en su lugar le propiné un insulto.—¡Idiota! He visto cuerpos mejores —grité y me di la vuelta para poner distancia entre nosotros.Volviendo al presente, evalué a Bárbara y los res
Levi HallAunque a decir verdad poco me importaba Bárbara, y aunque mi relación con ella era nula, decidí irme al hospital para mantenerme cerca de Taylor.—Ya estoy ansiosa por ver a la doctora, quiero comprobar por mí mismo que es la octava maravilla del mundo como me dijiste —pronunció mi hermano Zucker y yo observé la mueca de molestia en el rostro de Georgina.Me acerqué a él, lo tomé del brazo y alejados de todos comencé a hablar con él.—Pienso que no todo está perdido entre ella y tú, porque cuando te escuchó decir que quieres comprobar por ti mismo como es la doctora, ella hizo una mueca de desagrado… yo soy un experto en mujeres y te puedo decir que la Georgina está celosa. Debes buscar la forma de molestarla… así se dará cuenta del maravilloso hombre que se está perdiendo —le dije a mi hermano y él me miró emocionado.Zucker sonrió con malicia y asintió.—¿Tú lo crees? —preguntó mi hermano y yo asentí—, entonces si tienes razón, debo hacer que Georgina note mi presunto inte
Lawson Hall Me aflojé la corbata mientras me recostaba del asiento de mi escritorio sin dejar de reírme a carcajadas al ver como mis hermanos salieron molesto. —¡Par de idiotas! Así que están enamorados… pero no se las pondré tan fácil, si aman a esas mujeres que se las ganen —expresé, pensando que ojalá a mí me llegará el turno en el amor. Pase toda la tarde firmando unos documentos y luego regresé a la casa, cuando llegué mis hermanos estaban cenando, y yo quería continuar fastidiándolos. —Levi, ¿Cuándo será que saldrás a trabajar? ¿Hasta cuándo crees que seguiré manteniéndote? —dije serio mientras mis dos hermanos me miraban molestos, les estaba tomando el pelo, para obligarlo a ser sincero con Taylor, pero él no cayó en mi trampa. —Hasta que te mueras tú o me muera yo, hermanito —pronunció con sarcasmo. —Saben qué chicas, mejor vamos a comer afuera, yo las invito. Georgina y Taylor intercambiaron miradas y asintieron, aceptando mi invitación. Nos dirigimos a un restaurante
Zucker HallDespués de haber escuchado a mi hermano, me retiré de la habitación de Bárbara con mi sobrina, sin dejar de sonreír, entendiendo que Lawson por más que intentara disimular, se había empezado a enamorar de ella.No pude evitar sentirme feliz, porque había encontrado el punto débil de mi gemelo y esperaba poder joderlo tanto como él nos lo estaba haciendo a Levi y a mí.Jugué en el jardín un poco más con la pequeña Kejsi y luego fui a llevársela a Georgina, cuando lo hice, casualmente estaba cuchicheando con mi hermano Lawson.—Es impresionante como ahora resulta que son demasiado amigos que ni siquiera pueden separarse un minuto. ¿Qué será lo próximo, compartir la ropa? —comenté con sarcasmo mientras entregaba a Kejsi a Georgina.Georgina y Lawson se separaron rápidamente y aunque trataron de aparentar naturalidad, sus rostros delataban cierta incomodidad. Sabía que mi comentario les había molestado, y eso solo aumentó mi satisfacción.—Oh, Zucker, no seas tan dramático. Es
Georgina HarperAl principio, Georgina respondió al beso con la misma intensidad, sus manos aferrándose a mi camisa. El tiempo pareció detenerse mientras nos entregábamos a la pasión del momento.Finalmente, nos separamos, nuestros alientos entrecortados y nuestros corazones latiendo con fuerza. La miré a los ojos, con un torbellino de emociones debatiéndose en mi interior.—No puedes venir y besarme cuando quieras… ¿Acaso piensas que puedo perdonarte tan fácilmente? Tus palabras son como pequeñas y filosas dagas clavadas en mi corazón y hasta en lo más profundo de mi alma.Sus palabras terminaron en un sollozo y salió corriendo rápidamente hacia el automóvil, yo la llamé y comencé a correr detrás de ella.—¡Geo! ¡Georgina! Por favor, detente.A pesar de mis gritos, ella no se detuvo, corrió hasta pararse frente al hospital, donde detuvo un taxi y este arrancó de inmediato. Me quedé paralizado en la entrada principal, sin dejar de ver como se alejaba de mí y sin entender completame
Michael HallPor fin dieron de alta a Sarah, después de varios días internadas. Para alivio de todos se había recuperado de manera satisfactoria. Georgina la había visitado durante todos esos días y justo en ese momento, apareció en la habitación cuando estábamos recogiendo..Llegó alterada, lo que hizo preocupar mucho a mi esposa. —¿Qué pasa hermana? ¿Te ocurrió algo? —preguntó con ansiedad.—¡El idiota ese me besó! —dijo nerviosa.Yo simulé no escuchar, pero no quería irme, deseaba enterarme con quién se había besado, tratando de hacer creer que estaba entretenido recogiendo las cosas.—¿Quién te besó? —preguntó mi esposa sosteniendo a la niña, hasta que Georgina la tomó de sus brazos y empezó a alzarla ella.—Zucker… aprovechó que nos dimos un abrazo después del eco de nuestro bebé, y cuando salimos del consultorio ¡Me besó! Yo de idiota le correspondí… me sentí flotando, fue mucho mejor que cómo recordaba… pero Sarah, no puedo ignorar lo que me hizo… sería una idiotez de mi parte
Lawson HallMe quedé paralizado, confundido por su respuesta. ¿Por qué me había llamado Zucker? No era él quien la había besado, sino yo, Lawson.Me miró con expresión atónita mientras parpadeaba, como si estuviera tratando de enfocar su visión y segundos después agregó.—No… no… eres Zu…cker, eres… su gemelo. ¿Por qué… me besas? No tienes… derecho… a besarme —dijo con voz débil y temblorosa.Me quedé sin palabras por un momento, sin saber cómo explicar lo que acababa de suceder, pero en vez de responderle a su pregunta, la ignoré.—No te muevas, espérame aquí que voy a avisarle a la doctora que te está tratando que ya despertaste.Salí corriendo de allí con toda la rapidez que daban mis piernas, mientras sentía que mi corazón palpitaba como si quisiera salirse de mi pecho.Subí las escaleras de dos en dos hasta llegar a la habitación donde estaba hospedándose Taylor.Toqué con suavidad la puerta y ella no tardó mucho tiempo en abrirme, apenas se asomó, le di la noticia.—Taylor debes
Bárbara Summers. Recibí el abrazo de la chica con alegría, era tan hermosa que parecía un ángel, su cercanía me producía una emoción y una familiaridad, que no sabía de donde venía. Vi su vientre y cerré los ojos tratando de capturar un recuerdo que pasó por mi mente, pero que no pude mantener. El abrazo de la chica me hizo sentir una extraña mezcla de calma y emoción. A pesar de la confusión que reinaba en mi mente, su cariño y su presencia me reconfortaban de alguna manera. Era como si alguien hubiera estado esperando por mí, aunque no pudiera recordar quién era ni por qué. Observé a la muchacha con atención mientras ella seguía abrazándome, sus ojos reflejaban comprensión y paciencia, vi las lágrimas brotar de sus ojos y sentí angustia. —No tienes idea de cuánto te extrañé, cuánto esperé este momento. A pesar de que no podía recordarla, mi corazón se sentía feliz con una sensación que nunca recordaba haber experimentado. —¿Quién… eres? —pregunté de nuevo con la voz tembloros