Lawson HallMe acerqué a Georgina, y me quedé viendo a mi hija que me miraba con sus grandes ojos azules, como si estuviera tratando de comprender el mundo que la rodeaba.—¿Puedo alzarla? —pregunté nervioso. Georgina me miró y terminó asintiendo.—Puedes alzarla, con cuidado —dijo.Cuando tomé a Kejsi en mis brazos, una oleada de emoción me invadió de inmediato. Mi hija, pequeña y frágil, estaba ahora en mis brazos, y no podía evitar que las lágrimas rodaran por mis mejillas. Era un momento que había esperado durante tanto tiempo, hasta lo había soñado, un momento que pensé que nunca llegaría.La pequeña Kejsi me miraba con sus grandes ojos azules, como si estuviera tratando de saber quién era yo y por qué estaba allí. Sus pequeñas manos se agitaron acariciando con suavidad mi rostro, mientras una leve sonrisa se dibujó en sus labios.Tomó mi dedo y se aferró a el, y una sonrisa temblorosa se formó en mis labios mientras sentía una profunda conexión con ella.—Hola, cariño. Soy tu p
Zucker Hall Cuando vi a Georgina, primero creí en las palabras de Robert, pero cuando le habló con tanta firmeza diciendo que no era su novia, sentí alivio, y me di cuenta de que necesitaba darle el beneficio de la duda, que si hubiese actuado de otra manera en el pasado ahora no estaría en esa situación con ella. Veía tanta determinación en Georgina que temí que en verdad nunca me perdonara. Me arrodillé suplicándole perdón. —Vamos a empezar de nuevo, por favor —pronuncié en tono suplicante. Georgina me observó mientras me arrodillaba delante de ella, con los ojos llenos de tristeza y arrepentimiento. Mi corazón latió con fuerza, y las emociones se agolparon en mi interior. La tensión en la habitación era palpable. Vi una expresión de duda en su mirada, como si estuviera conmovida por mis palabras, la vi cerrar los ojos por un momento, como si intentara ordenar sus pensamientos y emociones. —Sé que me equivoqué, pero por favor, dame una oportunidad de estar cerca de mi hijo,
Lawson HallLe indiqué a mi hermano la habitación donde iba a dormir, y me fui con una sonrisa en los labios, lo conocía lo suficiente para saber que se sentía molesto al ver mi intercambio con Georgina, pero trataría de no ponérselo fácil, debía dar muestra de un cambio, genuino.Aunque sabía que mi hermano estaba luchando con sus propios demonios y deseos, pero también era consciente de que había causado mucho daño, especialmente a Georgina. Mi prioridad en ese momento era ser un apoyo para ella y cuidar de mi hija, Kejsi, y buscar a Bárbara, porque a pesar de haber sentido solo odio por ella en los últimos meses, saber su estado y lo que había pasado por traer mi hija al mundo, me hizo comprenderla, y atenuar mi rabia hacia ella.Dediqué dos días a organizar todo mi trabajo en la oficina, para poder ir por Bárbara, y cada tarde que llegaba, veía todos los intentos de mi hermano de conversar con ella, acercársele o llamar su atención, pero ella terminaba yéndose a otro lado.Entreta
Lawson HallDespués de que acordé con la enfermera Alina los detalles del traslado de Bárbara, salí de la habitación con una mezcla de emociones abrumadoras.Mi mente estaba llena de pensamientos y sentimientos encontrados. No podía negar que sentía una conexión con Bárbara, a pesar de todo lo que había sucedido entre nosotros, pero yo me negaba a dejar florecer esas emociones en mi interior.Me fui a duchar, mientras Alina la preparaba y en menos de dos horas mientras la ambulancia la trasladaba al aeropuerto, yo iba en un auto más atrás, queriendo evitar cualquier contacto con ella.Durante el vuelo de regreso, intenté mantener la mente ocupada con el trabajo y no prestar atención a los detalles en el traslado de Bárbara.Incluso como mi mirada se iba continuamente a la camilla donde iba, decidí cerrar los ojos, para evitar verla, pero por más que lo intenté, no perdía detalle de todo lo que hablaban. En el fondo, no podía evitar pensar en ella y en lo que significaba su presencia e
Zucker HallCuando vi a Alina en el pasillo, decidí ir a ver a Bárbara, para acompañarla mientras ella no estaba, le dije que no se preocupara que yo me encargaría de ella por las próximas horas.Entré de manera silenciosa, no puedo negar que al entrar y verla acostada entre cables, pálida, me dio un profundo pesar, a pesar del dolor y el sufrimiento que me causó en el pasado, ya no sentía ningún odio por ella.Me senté a un lado, sin dejar de ver un solo momento su rostro, le tomé la mano y comencé a hablarle.—Lamento mucho verte así… quizás me heriste demasiado en el pasado, mucho, tanto que terminé pagándola con una persona inocente, pero el mayor culpable de eso soy yo, debí haberme dado cuenta.Me quedé en silencio, recordando los indicios de lo que ella realmente buscaba, pero en ese momento estaba cegado y seguro de estar enamorado que no los pude ver.—Fui un tonto, pero bueno, ya eso quedó en el pasado… una de las ventajas que trae el perdón, es tranquilidad a uno mismo y no
Lawson HallZucker soltó una risa suave, pero llena de sarcasmo, y negó con la cabeza.—Oh, claro, viniste a ver cómo estamos y por eso tocaste la puerta, ¿verdad? No estabas chismeando para espiarnos, y de alguna manera terminaste cayendo en el suelo. Muy convincente, Lawson —comentó burlonamente.Mi rostro se enrojeció de vergüenza ante su comentario. Sabía que no podía negar lo obvio, pero tampoco quería admitir que había estado tratando de escuchar su conversación.—No era mi intención... solo estaba preocupado por Bárbara y como vi a Alina caminando por fuera estaba preocupado por ella. . Quería asegurarme de que todo estuviera bien —insistí, aunque mi voz sonaba débil y poco convincente.Extendí mi vista hacia dónde ella estaba y me quedé observándola en silencio.—Relájate, Lawson. No le voy a hacer daño a Bárbara, solo estoy recordando, quizás eso pueda hacerle reaccionar, así que no tienes por qué preocuparte, pareces un hombre celoso—dijo, tratando de calmar la tensión en la
Levi Hall La verdad me habría gustado no ir, porque eso me retrasaba, me parecía una pérdida de tiempo tener que ir a buscar a un hombre que ni siquiera conocía, mejor habría sido que lo buscara con un chofer o le pagara el taxi. Así que ante la insistencia de mi hermano no tuve otra opción, sino acceder a buscar al doctor. Subí a mi auto, y conduje hacia el aeropuerto, refunfuñando, dejé el carro estacionado frente, y bajé corriendo, no tenía idea si venía en un avión privado o comercial, me golpeé la frente de mal humor. Tomé el teléfono le marqué a mi hermano, pero este no respondía. —¡El idiota este! ¡Carajo responde! —exclamé furioso. Mi llamada a mi hermano, Lawson, parecía ser en vano, porque ya no respondía al teléfono. Me sentía frustrado mientras caminaba por el aeropuerto, buscando señales de la llegada del Dr. Harris. Sabía que venía desde Houston, pero no tenía información adicional sobre el vuelo o la aerolínea en la que podría estar. Así que una vez entré, allí
Taylor Harris. —No, puede ser… el neurocirujano ¿Es una mujer, no es un hombre? —inquirió y no pude evitar molestarme. —Pues ya viste que soy mujer, y la mejor neurocirujana del mundo, niño bonito —escupí con desprecio. Un segundo después, me di la vuelta dejándolo con la palabra en la boca y moviendo mis caderas de un lado a otro de manera provocativa, hasta que me subí en otro taxi. Suspiré tratando de calmarme, porque a decir verdad, estaba bastante molesta. Durante toda mi vida, he tenido que luchar para abrirme camino, y demostrar que soy buena y que el sexo no define la capacidad de una persona, porque en mi medio, piensan que el ser hombre te hace mejor profesional y ahora venía este niño bonito frente a mí a querer humillarme, ¡Eso no se lo iba a permitir! No pude evitar que su reacción, me hiciera recordar el pasado. Aunque todos en mi familia tenían profesiones en la rama de la salud, las mujeres eran enfermeras, odontólogas, y si eran médicos solo les estaba permitido