Sarah FarfánEntonces, dejé atrás la tensión de aquel momento y me encaminé hacia la habitación de mi madre. Al entrar, la vi recostada en la cama del hospital, con una expresión serena, aunque cansada.—Mamá, ¿Cómo estás? ¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí en Montreal? —le pregunté, preocupada.Ella me sonrió débilmente y tomó mi mano con ternura.—Querida, siento haberte preocupado así. Estoy bien ahora… solo fue un susto. Venía a verte, a conversar contigo. Porque… hay cosas que no te había contado y ahora necesito decírtelas, Sara —dijo en voz baja, con una mirada que reflejaba una mezcla de tristeza, arrepentimiento y determinación.Me senté junto a ella, ansiosa por escuchar lo que tenía que decirme.—El mismo día que te fuiste de casa fue un investigador a preguntar por la hija que había tenido, iba de parte de tu padre… Sarah, yo te dije que tu padre había muerto, pero eso no es cierto... tu padre era un hombre casado y tuvimos una aventura, volvió con su esposa, y nunca le dije q
Sarah FarfánMi determinación no menguó a pesar de la reacción de Zucker. Y me urgía saber de mi hermana, así que me acerqué a una enfermera cercana y pregunté por la esposa de Gregorio Harper.—¿Habla de Georgia? —preguntó con tristeza, mientras negaba con la cabeza—, no está, la señora sufrió un infarto después de llegar del velatorio de su esposo, y su hija no aparece por ningún lado.—¿Y dónde está la señora? —interrogó.—Ella fue trasladada a la morgue —respondió la enfermera.Antes de que yo pudiera hablar lo hizo Michael.—No se preocupe, nosotros nos vamos a encargar del sepelio de la señora, llamaremos a alguien para que arregle todo.Tomó su teléfono y marcó a alguien, a quien le dio las instrucciones, nos despedimos de la enfermera y comenzamos a caminar por donde habíamos entrado.—Mi amor, ahora vamos a la estación policial a buscarla —me propuso y me tomó de la mano mientras caminábamos.—¿Necesitan ayuda? —preguntó Alexis cuando llegamos donde estaba él y nosotros negam
Georgina Harper —¡Hermana! ¡No puedo creerlo! ¡Quería tanto tener una hermana! —exclamé sin poder contener mis sollozos, aferrándome a ella como si temiera que desapareciera si me soltaba.—Yo también, Georgina, siempre quise tener una hermana, por eso este momento es tan especial para mí. Siento mucho todo lo que ha pasado, la pérdida de tu papá, bueno de nuestro padre y de tu mamá... —respondió mi hermana entre lágrimas, devolviéndome el abrazo con igual intensidad.Tarah y Michael se acercaron con gestos de apoyo y comprensión. Mi amiga también se unió al abrazo.—Soy Tarah, amiga y cuñada de Sarah. Estamos aquí para apoyarte en este momento tan difícil. Lo siento mucho por todo lo que ha sucedido. Estamos contigo, Georgina —expresó la mujer con calidez.—Gracias, no sé cómo agradecerles esto... Es tan abrumador —dije entre lágrimas, mostrando un atisbo de gratitud en medio del dolor que me embargaba.—¿Cómo te encuentras? ¿Necesitas algo? ¿Podemos ayudarte en algo más? —me pregun
Emma Leyton—Gracias por traerme, espero estén bien —expresé despidiéndome.—Emma, ¿Podemos bajarnos? Es que en verdad deseo ver a tu madre —manifestó el padre de Maxwell.Por un momento me quedé pensativa y al final accedí. Caminamos hasta la casa, y encontramos a Gregory, Lissa y mi madre, quien al vernos sonrió y se levantó a recibirnos.—Emma, llegaste… te extrañé—, me dijo mientras me abrazaba.—Mamá, también te he extrañado mucho, traje visitas Maxwell y su padre Massimo ¿Te acuerdas de él? —le pregunté y ella asintió.—Sí, es el señor papá de la hija de la bruja —respondió con seriedad mientras nosotros nos mirábamos con sorpresa.—Lo siento Emerith, yo no sé si en verdad esa joven es mi hija… vamos a esperar los resultados de la prueba de ADN —respondió Massimo.—En esa mujer mala, nunca confíes —dijo ella con seriedad.Él se acercó y se arrodilló frente a ella.—¿Te hizo daño? ¿Puedes recordar lo que te hizo? —le preguntó y ella se quedó pensativa.Se abrazó a sí misma mientr
Emma LeytonDías despuésHabía llegado el día que teníamos que buscar los resultados de la prueba de ADN, me levanté temprano, y preparé la comida para mi madre y a mi hermana.—Hola, hermanita, veo que te caíste de la cama ¿Estás bien? —me preguntó Lissa con preocupación.—Estoy bien, solo quería prepararles la comida antes de ir con los Crane a buscar los resultados.—¿Y vas a darle hoy la respuesta a Max? —no esperó respuesta y siguió hablando—. Ese pobre hombre no deja de venir todos los días a buscar respuesta ¿Cuándo se la vas a dar? —preguntó mi hermana.—¿Estás intercediendo por tu hermano? —inquirí con curiosidad.Lissa se rió suavemente.—Tal vez un poco, pero es que me preocupa. Yo que lo conozco desde hace un tiempo no lo había visto nunca así. Está como un alma en pena, Emma. Y honestamente, creo que es verdad que siente algo muy genuino por ti.Sus palabras resonaron en mi mente mientras continuaba con mis quehaceres matutinos. Había estado pensando mucho en las palabra
Emma Leyton—Así que preparaste bien tu plan, pobre Lila, no sabe con quién se metió —expresó Maxwell en tono divertido.—A mí no me jode quién quiere, sino quien puede y es obvio que ella no puede, tengo tiempo conociéndola y sé de lo que es capaz, sobre todo después de lo que le hizo a mi madre —respondí con firmeza.—Estoy muy orgulloso de ti, siempre supe que eras una chica de armas tomar, por cierto ¿Revisaste el informe sobre el caso de tu padre que te dejé? —interrogó con curiosidad.—No, porque he estado concentrada en mi madre y en su recuperación, pero hoy lo voy a leer —manifesté y él asintió conforme.—¿Quieres que te acompañe a leerlo? Con eso puedo asesorarte en lo que debes hacer —expresó.Por un momento me quedé pensativa y al final terminé asintiendo.—Está bien, puedes acompañarme.Regresamos a la casa, Maxwell y yo nos dirigimos al despacho de mi padre, saqué el sobre y me senté en el escritorio mientras él tomaba asiento frente a mí, se quedó viéndome mientras yo o
Maxwell CraneEn ese momento, sentí cómo el ambiente se cargaba de una energía distinta. Me acerqué más a ella, sus ojos me transmitían una mezcla de determinación y cariño. Cada centímetro que acortaba, hacía que mi corazón se acelerara con mayor fuerza en mi pecho, la tomé suavemente de las manos, con un gesto firme, pero delicado, como si cada contacto fuera importante.—Emma, es en serio… sé que tienes razones para desconfiar de mis intenciones, pero esas mismas deberían servirte para saber que nunca le he pedido ni suplicado nada a ninguna mujer, y no puedo dejar que sigas evadiendo tu respuesta. Estás en mi corazón y ni siquiera sé cómo ocurrió, no me lo esperaba, fue como un centellazo. Sabes muy bien que nunca había amado a ninguna mujer hasta ahora —susurré, con una voz llena de emoción.Tomé una de sus manos y la llevé a mi corazón para que ella sintiera cómo latía con fuerza, ansioso por escuchar sus palabras, pero a la vez, sentía un nudo en la garganta. Sabía que esto po
Georgina HarperDespués del sepelio de mi madre, y durante los días siguientes, recibí el apoyo de mi hermana, en medio del dolor de la pérdida, ella era mi aliciente.—¿Estás bien? —me preguntó preocupada unos días después.La miré con tristeza, por más que había tratado de estar tranquila era imposible, los recuerdos de mi infancia con mamá inundaban mi mente constantemente.—Estoy intentando mantenerme serena, buscando la manera de llevar mejor esta situación. Estuve pensando y no puedo seguir imponiendo mi presencia a tu familia política. Además, me siento avergonzada, porque en el pasado he sido la mayor crítica de ellos, de hecho estaba convencida de que uno de ellos le había causado daño a mi amiga —expresé con un tono melancólico.—Los Hall son una familia muy buena, con principios sólidos, no serían capaz de hacerle daño a nadie. Creo que lo mejor es que escuches la versión de Landon. Además, no eres ninguna carga para ellos, entienden tu situación, ahora no le hagas tanta me