La sala de reuniones del Consejo estaba diseñada con elegancia y poder, con grandes ventanales que ofrecían vistas panorámicas de Seattle. Al entrar, la atmósfera cambió, y todos los ojos se posaron en David y Amira, que se movían con confianza, entrelazados de la mano.David, con su traje azul marino impecable, proyectaba una imagen de autoridad y determinación. A su lado, Amira brillaba con su traje sastre blanco, que resaltaba su figura y su aura de profesionalismo. Su blusa de seda azul marino complementaba perfectamente su look, y juntos parecían un dúo formidable.—Es hora de hacer sentir a todos eso viejos, qué Luna dorada no es un chiste y que nuestra Luna está aquí—murmuró Román, mientras Vanessa asentía, lista para respaldar a la pareja.Los cuatro se situaron en la mesa, ocupando sus lugares estratégicamente. David, a la cabeza, se sintió fortalecido por la presencia de su equipo a su alrededor. Sabía que enfrentar al Consejo no sería fácil, pero tener a Amira a su lado le
El ambiente en la sala cambió drásticamente con las palabras de Amira, su voz, aunque suave, resonó con una autoridad innegable que dejó a todos en silencio. David sintió cómo su corazón se llenaba de orgullo al verla enfrentarse los ancianos con una dignidad que pocos podrían igualar.El anciano Marcos, un hombre de cabello canoso y rasgos cansados, no pudo evitar sentirse abrumado por la energía de Amira. La mención de la palabra "Alfa" había impactado no sólo a él, sino a todos los presentes. Había algo en su presencia que hacía eco de poder y respeto, y él lo sintió de inmediato.—Mis disculpas, Srta. Gutiérrez, —respondió Marcos, con una voz más baja—. No era mi intención faltarle al respeto.David no pudo evitar sonreír al ver cómo el anciano se retractaba ante su compañera. Era un giro inesperado que le daba más peso a la posición de Amira en la reunión, pero lo hacía pensar si lo del brillo dorado en los ojos de ella tenía algo que ver.—Agradezco su comprensión, anciano, —dij
—Ofrezco resiliencia, capacidad de adaptación, un compromiso a prueba de todo y un enfoque fresco hacia los negocios, —respondió Amira con voz clara, sin titubear. -Mi trabajo y mi amor por David pueden traer un nuevo aire a “Luna Dorada”, es cierto que no soy una loba, pero siento que tengo lo necesario, y puedo mostrar mi valía.David sonrió, sintiéndose orgulloso de la valentía de Amira.—Eso es exactamente lo que necesitamos, Aston. —David volvió a tomar la palabra, su voz resonando con un eco de autoridad—. Una mente abierta y un corazón fuerte. Amira es mi Luna destinada, y con ella, ALFA CORPORATION S.A., y Luna Dorada serán más fuerte que nunca.Los murmullos comenzaron de nuevo, pero esta vez había una mezcla de interés y sorpresa en el aire. Algunos ancianos miraron a David y Amira con nueva consideración, notando la química palpable entre ellos y el poder que emanaban como pareja.—¿Estás sugiriendo que una humana, sin el don del lobo, pueda ser la salvación de nuestras man
PrologoAmira Gutiérrez es una mujer fuerte y decidida. Su origen cubano y su experiencia como emigrante moldeó su carácter y resiliencia. A sus 29 años, ha superado muchas barreras y ha construido con éxito LA FIRMA, su agencia de gestión de negociación en ventas. Tiene una figura impresionante: mide 1.70 m, pesa 75 kg, y su silueta se distingue por una cintura pequeña y un trasero llamativo, lo que atrae miradas, pero no define quién es realmente. Su inteligencia y habilidad en los negocios son lo que la han llevado a donde está.David Stone es el hombre con el que Amira tuvo su encuentro el presidente de ALFA CORPORATION S.A., y aunque él es visualmente impactante, su arrogancia y descaro han encendido la chispa de una rivalidad. Él es un hombre acostumbrado a conseguir lo que quiere. Además, no sólo es un poderoso empresario, sino también el Alfa de una antigua manada de lobos llamada "Luna Dorada", que ha estado sin su Luna por dos siglos. Su instinto le dice que algo grande está
Amira Gutiérrez:Todo bien hasta que ese Adonis me miró con esos ojos que me perecieron el sol de mi Cuba hermosa, en los que me pareció ver un breve aro rojizo, que de pronto se desapareció, para dejar ese dorado intenso que me dejó sin habla. Pero como nada en esta vida es perfecto, el sujeto, me dijo con vos de jefe con mal dormir, - ¿Sube o se queda? - Frase que me trajo de regreso de mi ensoñación. Entré y como ya me cayó mal, me puse despaldas a él. Al fijarme en el botón que debía presionar este ya estaba activado, me dije, -Genial, el "Bello Gruñón" será mi compañero por los próximos 50 pisos. Pero como si eso no fuera suficiente, al fijarme en el reflejo del metal del ascensor, me doy cuenta que no ha dejado de mirarme y además de que fijó su mirada en mi trasero como si fuera su comida favorita.-Descarado- pense. Estoy a
Hoy me dijo Román que tenía la reunión con la dueña de La FIRMA S.A., una compañía de gestión y negociación en ventas del sur de la Florida, que, aunque lleva sólo 5 años en operaciones, ha logrado posicionarse en el mercado como una de las 5 primeras, además esta empresa opera también en Ecuador, por lo que nos pareció interesante su adquisición para expandir la nuestra en América del Sur. Por eso y aunque estoy con un humor que se lo lleva el demonio, voy hoy a la compañía, más le vale a esa Sra., VenderDavid está listo para la reunión con Amira, aunque su mal humor marca el tono del día. La adquisición de La FIRMA S.A. representa una oportunidad estratégica para ALFA CORPORATION en América del Sur, y él está decidido a conseguirlo. Sin embargo, Amira no es alguien que se deje presionar f&aacut
Amira Gutiérrez:Salgo del ascensor y una espectacular mujer trigueña de ojos negros, unos centímetros más alta que yo, se me acerca con una sonrisa y una mano extendida, diciéndome.-Buenas tardes Srta. Gutiérrez, soy la Sra. Smith, es un gusto recibirla en ALFA CORPORATION, sígame por favor, mi esposo y el Sr. presidente la esperan.-El gusto es todo mío, - le digo estrechando su mano, - felicidades por su matrimonio.-Gracias. - me dice y yo la sigo hasta el final del pasillo.Abre la única puerta al final del pacillo y una oficina inmensa y muy lujosa se muestra ante mis ojos, todo combinado em negro, blanco y gris plateado. En un extremo del lugar un escritorio dominaba el salón, además una mesa oval con unas ocho sillas, para reuniones y en otro espacio un sofá, con una pequeña mesa de centro y otros dos cómodos sillones, hacían como una m
David, por su parte, no apartaba la vista de Amira. Su mirada dorada era intensa, y algo en su expresión la desafiaba, como si disfrutara viéndola incómoda. Amira respiró hondo, intentando recuperar la compostura que tanto la caracterizaba.—Mis disculpas, Sr. Stone —dijo finalmente, obligándose a sonreír—. No esperaba encontrarlo aquí tan... pronto.David esbozó una media sonrisa que no llegó a sus ojos, y en su tono frío respondió:—El placer es todo mío, Srta. Gutiérrez. Estoy ansioso por discutir el futuro de nuestras empresas.Amira sintió una mezcla de frustración y desafío. No iba a dejar que aquel hombre la intimidara. La reunión aún podía salvarse, pero tendría que jugar sus cartas con cuidado.-Bueno, ya que estamos todos retomo donde nos quedamos. - dijo el Sr. Román. &