Amira caminó lentamente, asombrada por la atención al detalle. Todo el espacio irradiaba serenidad y lujo sin pretensiones, pero lo que más la impresionaba era cómo ese lugar parecía estar hecho para ella, reflejando su estilo y personalidad.—Esto es... increíble —murmuró Amira, girándose hacia David, que la observaba desde la puerta del ascensor con una sonrisa de satisfacción.—Vanessa hizo un trabajo excelente, ¿no? —respondió David mientras se acercaba, deslizando sus manos por su cintura—. Quería que este lugar se sintiera como un hogar, nuestro hogar.Amira lo miró, conmovida por sus palabras. El lugar era perfecto, pero lo que realmente la hacía sentir en casa era estar con él.—Es hermoso, David. Es perfecto.David se inclinó para besarla suavemente en la frente.—Todo lo que necesito para que sea perfecto es a ti. —Su voz era baja, íntima, mientras la tomaba de la mano y la guiaba por la sala, mostrándole cada detalle que habían planeado con Vanessa.Sobre una mesita lateral
David ya no podía contenerse más. La necesidad que sentía por Amira se había vuelto imperiosa, un fuego que lo consumía desde dentro. Sin previo aviso, la giró bruscamente hacia él, rodeando su cintura con firmeza, atrayéndola hasta que no quedó ni un centímetro de espacio entre sus cuerpos. Sus ojos, intensos y dorados, la miraron con una mezcla de deseo y urgencia, y sin decir una palabra más, la besó. No fue un beso suave ni romántico, fue posesivo, hambriento, lleno de la pasión acumulada por el tiempo que habían pasado separados, transmitiendo toda su añoranza, su necesidad de tenerla cerca. Sus labios reclamaron los de ella, y Amira correspondió con la misma intensidad, como si hubiera estado perdida en el desierto, y él fuera su único oasis.Las manos de Amira se aferraron a su cuello, atrayéndolo aún más cerca, entre
David la miró a los ojos mientras la sostenía entre sus brazos, y en ese silencio cargado de significado, ambos comprendieron que ya no había vuelta atrás. Eran un todo, uno parte del otro, más allá de la carne, más allá del destino. Y aunque no había una marca visible que lo atestiguara, sabían que su vínculo era eterno.La noche fue mágica llena de momentos intensos y románticos. David, atento a su Luna, disfrutando de ella y haciéndola sentir plena y a la vez suya, muy suya, no pasó por alto que cada vez que Amira alcanzaba el éxtasis, sus ojos se encendían con un brillo dorado, como si algo más profundo despertara dentro de ella. Algo que lo intrigó, pero a la vez le fascinó. Zeus, su lobo, lo sentía también, inquieto pero emocionado, como si finalmente hubieran encontrado algo que siempre había estado destinado p
PrologoAmira Gutiérrez es una mujer fuerte y decidida. Su origen cubano y su experiencia como emigrante moldeó su carácter y resiliencia. A sus 29 años, ha superado muchas barreras y ha construido con éxito LA FIRMA, su agencia de gestión de negociación en ventas. Tiene una figura impresionante: mide 1.70 m, pesa 75 kg, y su silueta se distingue por una cintura pequeña y un trasero llamativo, lo que atrae miradas, pero no define quién es realmente. Su inteligencia y habilidad en los negocios son lo que la han llevado a donde está.David Stone es el hombre con el que Amira tuvo su encuentro el presidente de ALFA CORPORATION S.A., y aunque él es visualmente impactante, su arrogancia y descaro han encendido la chispa de una rivalidad. Él es un hombre acostumbrado a conseguir lo que quiere. Además, no sólo es un poderoso empresario, sino también el Alfa de una antigua manada de lobos llamada "Luna Dorada", que ha estado sin su Luna por dos siglos. Su instinto le dice que algo grande está
Amira Gutiérrez:Todo bien hasta que ese Adonis me miró con esos ojos que me perecieron el sol de mi Cuba hermosa, en los que me pareció ver un breve aro rojizo, que de pronto se desapareció, para dejar ese dorado intenso que me dejó sin habla. Pero como nada en esta vida es perfecto, el sujeto, me dijo con vos de jefe con mal dormir, - ¿Sube o se queda? - Frase que me trajo de regreso de mi ensoñación. Entré y como ya me cayó mal, me puse despaldas a él. Al fijarme en el botón que debía presionar este ya estaba activado, me dije, -Genial, el "Bello Gruñón" será mi compañero por los próximos 50 pisos. Pero como si eso no fuera suficiente, al fijarme en el reflejo del metal del ascensor, me doy cuenta que no ha dejado de mirarme y además de que fijó su mirada en mi trasero como si fuera su comida favorita.-Descarado- pense. Estoy a
Hoy me dijo Román que tenía la reunión con la dueña de La FIRMA S.A., una compañía de gestión y negociación en ventas del sur de la Florida, que, aunque lleva sólo 5 años en operaciones, ha logrado posicionarse en el mercado como una de las 5 primeras, además esta empresa opera también en Ecuador, por lo que nos pareció interesante su adquisición para expandir la nuestra en América del Sur. Por eso y aunque estoy con un humor que se lo lleva el demonio, voy hoy a la compañía, más le vale a esa Sra., VenderDavid está listo para la reunión con Amira, aunque su mal humor marca el tono del día. La adquisición de La FIRMA S.A. representa una oportunidad estratégica para ALFA CORPORATION en América del Sur, y él está decidido a conseguirlo. Sin embargo, Amira no es alguien que se deje presionar f&aacut
Amira Gutiérrez:Salgo del ascensor y una espectacular mujer trigueña de ojos negros, unos centímetros más alta que yo, se me acerca con una sonrisa y una mano extendida, diciéndome.-Buenas tardes Srta. Gutiérrez, soy la Sra. Smith, es un gusto recibirla en ALFA CORPORATION, sígame por favor, mi esposo y el Sr. presidente la esperan.-El gusto es todo mío, - le digo estrechando su mano, - felicidades por su matrimonio.-Gracias. - me dice y yo la sigo hasta el final del pasillo.Abre la única puerta al final del pacillo y una oficina inmensa y muy lujosa se muestra ante mis ojos, todo combinado em negro, blanco y gris plateado. En un extremo del lugar un escritorio dominaba el salón, además una mesa oval con unas ocho sillas, para reuniones y en otro espacio un sofá, con una pequeña mesa de centro y otros dos cómodos sillones, hacían como una m
David, por su parte, no apartaba la vista de Amira. Su mirada dorada era intensa, y algo en su expresión la desafiaba, como si disfrutara viéndola incómoda. Amira respiró hondo, intentando recuperar la compostura que tanto la caracterizaba.—Mis disculpas, Sr. Stone —dijo finalmente, obligándose a sonreír—. No esperaba encontrarlo aquí tan... pronto.David esbozó una media sonrisa que no llegó a sus ojos, y en su tono frío respondió:—El placer es todo mío, Srta. Gutiérrez. Estoy ansioso por discutir el futuro de nuestras empresas.Amira sintió una mezcla de frustración y desafío. No iba a dejar que aquel hombre la intimidara. La reunión aún podía salvarse, pero tendría que jugar sus cartas con cuidado.-Bueno, ya que estamos todos retomo donde nos quedamos. - dijo el Sr. Román. &