CAPITULO 4

ARIELLE LBLANK

Leyó la dirección, apretó los puños y entre ellos la nota.

—Por eso dijo que yo era la indicada, me mentiste desgraciado, te gustan las mujeres y lo que no quieres es el verdadero compromiso de un matrimonio. Ahora vas a jugar mi juego, y te vas a arrepentir de haberme engañado.

Arielle salió del campus sin despedirse ni decir nada, marcó el número  de Rachel y la citó para encontrarse en otro lugar.

—¿Qué pasa Ari? Te siento algo tensa.

—Necesito hablarte, no me preguntes de que, es personal.

—Dime dónde nos vemos.

Arielle envió la ubicación y se encontraron.

—¿Qué estás diciendo Ari? —Arielle contó a Rachel todo lo que había pactado con Enmanuell, y estaba tan sorprendida.

—Lo que escuchaste.

—Doménico me va a escuchar, lo voy a matar. ... Espera, pero el no dijo ni confirmó nada. ¿Cierto?

—No, además creí que Doménico lo traiciona contigo.

—Doménico y yo somos una pareja. Digo yo de lo más normal,

—Creí eso de que por fin te habías interesado por alguien.

—No, solo fue un compromiso verbal de matrimonio, y solo acepte por lo que me dijo, mas bien me mintió, pidiendo ayuda, según el por que lo obligan.

—¿Qué vas hacer Ari?

—Mira está note, justo ahora está con su amante en turno, voy a desenmascarar lo y tendrá que darme una buena explicación.

—Voy contigo, no te dejare sola en esto

Arielle y Rachel subieron al auto y fueron a la dirección que le habías dado junto con la nota.

Manejó y en su cabeza todo era un caos.

"Cómo pudo mentirme fingiendo ser gay, era más fácil decirme que no quería algo serio y de igual lo hubiera ayudado, pero por mentiroso no lo ya vera lo que le va a pasar."

Llegaron al edificio donde vive Enmanuell, Arielle vio el auto de estacionado.

—El está aquí. —dijo en el momento de mirar hacia atrás y vio caída la Tablet. Recordó que la dejo tirada en el asiento trasero el día que subiría en el crucero. La tomo y reviso el correo con la información del detective.

Vio fotos de Enmanuell con mujeres en todos los lugares de prestigio en toda Europa.

"Único heredero del imperio Alighieri."  Leyó, y siguió mirando.

Dejo esa a un lado y suspiró profundo. Salió del auto sin decir nada.

—Espérame Ari, no puedes enfrente a él sola.

—Solo voy a ver, a confirmar.

Pidió el ascensor y subió hasta el piso donde estaba el departamento.

Llegaron, las puertas metálicas se abrieron y salieron, caminaron muy sigilosamente la puerta del del departamento estaba entreabierta y Arielle pudo ver de donde venían los fuertes gemidos.

—¡Aaaah! ¡Aaaah! Manu por favor más, dale fuerte.

Decía mientras Enmanuell la embestía con fuerza, Felicia tirada sobre el mesón, con las piernas en el hombro de el.

Arielle vio salió silenciosamente de ahí subió nuevamente al ascensor y bajaron, llegaron al estacionamiento subieron al auto y salieron como alma que lleva el diablo.

—¿Qué vas hacer Ari? ¿No lo enfrentarás?

—No, haré algo mucho mejor.

—¿Qué cosa? Me asustas.

—No le dirás nada a Doménico.

—No, no lo haré. El no hizo nada. Pero dime lo que harás.

—Voy a dejar que piense que me casaré, y entonces cuando el sacerdote pregunte, lo delatare delante de todos.

—Estás loca sabías.

—Eso es para que no se meta conmigo. Pudo decirme su verdadera razón. Te imaginas si yo le hubiera creído lo de supuesto amor a primera vista.

Los días siguientes días Arielle trataba de evitar cualquier encuentro con Enmanuell,

Dos días antes de la boda.

—Hija, es tu despedida de soltera. ¿Cómo no estarás presente? Petra organizó todo especialmente con las cosas que te gustan.

—Maná, tengo un viaje con unos compañeros de universidad, no puedo faltar, es muy importante para mi proyecto. —eran las negativas de Arielle a todo lo referente a la boda.

—Hija, algo no anda bien en esto. ¿En realidad deseas casarte? No te veo entusiasmada .

—Madre, sabes cómo soy, no me entusiasma nada, parece no me conocieras.

—Se como eres, pero esto sobrepasa los límites, no ni tu vestido, ni nada —contradijo Julianne al notar el desinterés total de Arielle hacia los preparativos de la boda.

Arielle beso la frente de Julianne, tomo su cartera y salió del salón.

El día de la boda llegó, Arielle dormía como si no hubiera un mañana, su trasnoche fue tanta que eran las diez de la mañana y aun dormía.

—Arielle, ya están aquí los estilista. —anunció Julián entrando y abriendo las cortinas.

Arielle se levantó, fue al baño y una hora después estaba en manos de los estilistas.

Las horas transcurrieron, eran las cuatro de la tarde y ya Arielle estaba frente al espejo, mirando se vestida de novia.

—Bien Arielle L'blank , llegó la hora de dejar en ridículo al narcisistas ese.

Los toques en la puerta llamaron su atención.

—Pase. —ordenó y fueron Jordan y Julianne los que entraron.

—llegó la hora hija. ¿Segura del paso que vas a dar.? Mira que no importa nada más que tú felicidad.

—Si padre, muy segura, y eso si le, se que ustedes perdonará siempre mis locuras.

Arielle tomo el brazo que su padre le ofreció y salieron de la habitación.

Bajaron las escaleras, subió a la limosina.

El trayecto fue en completo silencio, Arielle vio el paisaje pasar ante sus ojos y llegó a la basílica. Suspiró profundo y miro la imponente iglesia adornada con lirios blancos, y una amplia alfombra de pétalo rojos.

Enmanuell.

Siguió con los encuentros ardientes con cada una de las conquistas que tenía en secreto, Felicia casi vivía en su departamento y los encuentros que tenían eran siempre desbordantes de erotismo.

—Hoy organice una despedida de soltero para ti. —Felicia le habló susurrante al oído.

—¡Mmm! eso suena muy tentador. Me encantas, y saber que siempre estás dispuesta a complacerme me excita mucho. Llevaré a un invitado. ¿Te parece?  —fue algo que no le agrado mucho Pero terminó aceptando.

Enmanuell salió de la oficina, llamó a Alfred para hacerle la propuesta de hacer un trío.

—¿Será con Felicia? Esa mujer me encanta.

—Si así es, será con ella. —respondió Enmanuell sin sentir el más mínimo sentimientos de celos.

Salieron y cada uno en sus autos y fueron al departamento.

Felicia estaba vestida con un traje sexy de enfermera, Enmanuell y Alfred llegaron al departamento y Felicia los recibió.

Enmanuell la tomo por la cintura y la llevo entre besos a su oficina.

—Organizaste está despedida de soltero para mí, ahora yo quiero .i sorpresa.

—Soy toda tuya. —respondió jadeante sobre sus labios.

—Quítate todo. —ordenó. Felicia deslizó el camisón cayendo a sus pies y quedó con su diminuto traje, que solo cubría los pezones y la pequeña tela en forma de falda que llegaba a mirar de sus nalgas.

—Todo. —dijo Enmanuell mirándola a los ojos. Felicia quiero las diminutas prendas quedando solo en media y tacones.

Enmanuell dio una fuerte nalgada marca do su mano en ellas.

—Ahora quiero que hagamos un trío.

—Manu...—sus palabras fueron interrumpida.

—Sin protestar, está noche yo pido, yo ordenó. Tu obedecer.

Felicia caminó a la sala contó es do sus caderas, se paró frente a Alfred y empezó a moverse muy sensualmente .

—Alfred se deleitaba mirando sus pechos rebotando, mientras pasaba su pulgar dobre sus labio.

Enmanuell los miro y ordenó.

—Vamos ven y come la como tu sabes. ordenó señalando su duro mástil.

Felicia se acercó, se pudo de rodillas, y Felicia empezó a trabajar con su boca. —¡Aaah! —gemía  del placer que le provocaba el  sentir todo su miembro en esa garganta. Tendido en el sofá, haciendo que Felicia trabaje con su boca en su miembro, mientras Alfred se deleitaba en el coño.

La noche lujuriosa y erótica paso y el amanecer les llegó a los tres en la cama dormido.

Enmanuell se levantó, salió de la habitación y los dejó a los dos.

Mientras el se duchaba cambiaba y salía del departamento Felicia y Alfred retomaban su entrega apasionante.

Enmanuell llegó a desayunar con sus padres, y luego empezaría a cambiarse para la hora de la ceremonia.

Las horas pasaron y ya en Enmanuell estaba listo para esperar a Arielle en el altar.

—Hijo, estoy muy orgulloso de ti, no pensé que dejaras atrás esa vida desordenada que tenias. —dijo Espósito Giordano a su único hijo.

Parado ahí junto a su padre y madre esperando ver entrar a Arielle.

Arielle fuera de la iglesia.

—Hija ya es hora, la organizadora anunció tu entrada.

—Está bien madre. Vamos.

Todos dentro de la iglesia estaban a la  expectativa, querían ver a ls desinteresada novia entrar.

A paso lento llegó a las puertas de la iglesia.

—Padre, yo te amo con mi corazón, Pero esta ves quiero caminar  sola al encuentro con "el mentiroso ese" —dijo en sus pensamientos.

—Está bien hija, lo que sea que hagas yo te apoyo siempre.

Arielle se abrazó a Jordan y de Julianne y empezó a caminar, el velo cubría su rostro y a través de el lo miraba muy sonriente.

A paso lento se acercó a Enmanuell,

—Te ves muy hermosa, lastima que no me gusten las mujeres. —dijo guiñando un ojo, Arielle no pronunció palabras alguna. El sacerdote empezó con el sermón de protocolo.

—El amor es la base fundamental para....—las palabras del sacerdote fueron interrumpidas por Arielle.

—Perdón por la interrupción padre. Pero deseo ir un momento al concesionario, voy a confesarme,  ahora que recuerdo no lo hice.

El sacerdote quedó en silencio y los miró a ambos, su sorpresa también se reflejaba en Enmanuell.

—Ve hija, tómate  todo el tiempo que desees, solo que no deberías tardar mucho.

—Lo se padre, con su permiso.

Arielle caminó y se adentro a los pasillos, tomo el teléfono y envió las imágenes y toda la información a Enmanuell, su teléfono vibraba repetidas veces que se vio obligado a mirar lo.

"Ahí te quedas con tu show, toca hacerle un monólogo por qué yo no me voy a prestar para tus mentiras. Tú debiste ser sincero conmigo, decirme la verdad y vaya sorpresa, el señor es un mujeriego empedernido."

Enmanuell miro a todos, la Jordan y Julianne, guardó su teléfono y fue tras de Arielle, buscó y buscó sin tener resultados.

Arielle había desaparecido sin dejar rastros.

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