CAPITULO 6

Gabrielle muy temprano realizó los últimos detalles para el viajes de bodas con Arielle.

Las horas pasaron y ya estaba listo para salir a la iglesia, subió a la limusina que no llevaría y llegó, saludó y recibió felicitaciones de cada invitado que se acercó a él.

La organizadora de bodas le indicó donde tenía que esperar y un mensaje a su celular le llegó.

"Gracias por la deliciosa noche que me regalaste, será nuestro secreto, y si quieres saber con quién estuviste te espero en el auto negro que está a la derecha de tu limusina."

"¿Que carajos es esto? Creí que era un juego de Arielle."—pensó y decidió salir.

—La novia está saliendo, no tarde mucho. —le sugirió la organizadora.

—Será solo un momento, no tardo.

Gabrielle salió seguido por Lorena la organizadora y lo vio subir al auto.

Gabrielle subió al auto y la sorpresa para el fue encontrar a Katherine Thompson ahí sentada.

—¿Tu? ¿Qué haces aquí Katherine?

—Tu llegaste aquí, por qué deseabas saber quién te regaló la mas excitante despedida de soltero.

—Eres una traidora. ¿Cómo pudiste hace eso?

—Y bien que lo disfrutaste.

—Crei que era Arielle.

—Tranquilo, solo no me quedé las ganas que tenía de ti. Ahora su ti deseas podemos seguir adelante en secreto.

—¡Gabrielle! —un grito lo dejo paralizado, ver a Arielle que lo había descubierto.

—Gabrielle.

—Arielle. —pronunció para asi mismo. Miro a Katherine y reprochó.

—¿Ves lo que has causado? Esconderte, y sales cuando ya no la veas aquí. Y por favor, desaparece de nuestras vidas para siempre, no quiero verte con mi esposa nunca más. —Katherine trató de ocultarse Pero Arielle la había visto.

—Sal del auto Gabrielle, ví a Katherine no lo puedes negar estás con ella. ¿Por qué la escondes ? ¿Qué esconden? Abre la puerta del auto Gabrielle.

Gabrielle salió del auto arreglando se camisa, sintiendo las ganas de desaparecer de ahí.

—No es lo que parece mi cielo, por favor es un mal entendido. —trató de escudarse.

—¿Qué hace Katherine ahí contigo? ¿Por qué se escondió si no es nada comprometido? Me han estado engañando, tu me has engañado Gabrielle. —preguntó golpeando el pecho de su prometido para caer al suelo de rodillas devastada por el dolor de sentirse traicionada su futuro esposo con su mejor amiga.

Katherine fue sacada del auto por una de las damas de la corte de honor casi arrastras.

—Perdón, perdóname Arielle.

Gabrielle recibió y golpe de su cuñado , haciendo sangrar su nariz. Limpio su rostro, subió a su auto y salió de ahí sin decir una sola palabra, sabía que cualquier cosa que dijera no serviría de nada en ese momento

—¡Maldición! ¿Qué carajos paso? Cómo fui a caer en la trampa de Katherine.

Llegó a la mansión donde compartiría su vida con Arielle. Subió  a su oficina y sirvió un vaso de whisky y lo bebió, subió uno y otro y otro, bebió hasta perder la razón.

Una semana pasó encerrado sin recibir a nadie ni responder llamadas ni mensajes.

Los toques de la puerta llamaron su atención.

—¡No quiero ver a nadie! —hablo sin mirar  a quien paso por ella.

—Gabrielle. ¿Es así como piensas que Arielle te perdonará. Hundiendo te en el alcohol ? Sal de aquí y búscala, explícale que te tendieron una trampa. —Le aconsejó Sharif, su mejor amigo.

—No quiero ver a nadie Sharif, déjame solo.

—Ve a buscarla, explícale, dile que no la traicionaste.

—No lo creerá, ella me está avisando en este momento.

Gabrielle volvió a beber el último vaso de whisky, y la botella le fue arrebatada por Sharif.

—Sino la buscarás está bien, dale su tiempo de calmarse, Pero ya no más licor, deja de embriagarme que con eso lo complicas más.

Sharif lo llevo al baño y lo sumergió en la bañera.

—Te bañas mientras yo te preparo un café. —dijo y salió para hacer lo que ofreció.

Mientras Gabrielle era rescatado de la miseria emocional en la que estaba.

Arielle Maylin llegaba al aeropuerto para abordar el jet privado que la llevaría a Italia.

—Hija, podemos ir contigo, no queremos dejarte sola.

—Papá, estaré bien, madre no te preocupes, cuando llegue les aviso.

Arielle se despidió de sus padres , caminó por los pasillos y llegó al hangar abordó el avión privado y quince minutos después despegó para ir a Roma. Las horas de vuelo fueron silenciosamente torturadas por los recuerdos de aquel trágico día.

Diez horas después estaba aterrizando en el aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci.

—Señorita hemos llegado. —informó la aeromozas,  Arielle  sin pronunciar palabras bajó del avión salió del aeropuerto y fue llevada al convento

delle Santissime Stimmate, el trayecto fue silencioso, es como si hubiera hecho boto de silencio, su mirada era fija en la nada, no tomo envuelta el tiempo ni distancia.

—Señorita Brigth, llegamos. —habló el chófer de la buseta que la recogió. Fue informada en la entrada  donde fue recibida por la madre superiora.

—Arielle Maylin Brigth Kartson, sea bienvenida a la casa de dios.

—Gracias madre superiora. —pronunció en voz baja.

—Vamos a la oficina, tienes que llenar unos documentos.

Siguió tras la madre superiora a la oficina donde lleno unos formularios y respondió a las preguntas.

—¿Desde cuándo supiste que tu vocación era servir a dios y no tener una vida como todas mujer a tu edad desea.? —preguntó la monja mirándola fijamente. Arielle parpadeo y titubeó al responder algo que pareció coherente a la madre.

—Hay muchas formas de servir a dios, y no es precisamente encerrarse en cuatro paredes.

—Eso es verdad. Pero muchas escogen encerrarse  en estás cuatro paredes por decepción, por despecho. Y déjame decirte que esto no es un refugio de despecho, quien llega aquí es a servir de corazón a quien lo necesite.

—Madre por favor, necesito estar fuera del mundo, allá deje mi corazón roto, aquí quiero sanar y empezar de nuevo de otra forma distinta para servir a dios.

—Arielle, no sé que pasó en tu vida para que tomes la decisión de tomar los hábitos. Lo que sea que pasó, ¿Te diste la oportunidad de analizar el problema, de estudiarlo a fundó de investigar? ¿Tan grave fue para no tener una segunda oportunidad?

Arielle lloró silenciosamente, sus lágrimas rodaban por su rostro, no podía pronunciar las palabras que tenía atragantada en su garganta .

—Tu decisión no es tomada por vocación, Pero aún así te voy a permitir quedarte un tiempo, tómalo como un retiro espiritual.

Arielle levantó la mirada y agradeció el que le dieron la oportunidad de estar ahí.

—Gracias madre, de verdad es muy importante para mí.

—Ayudarás a las hermanas de la caridad con sus labores, estás consisten en visitar enfermos en los hospitales, albergues y orfanatos. Llevar alimentos a las personas de la calle, y realizar las compras.

—Está bien madre, haré bien mi trabajo.

—Ahora ve a cambiarte que ya sor María te espera. Ah.. y otra cosita. Aquí no se permiten celulares.

Arielle dejo sus cosas personales y  caminó a la habitación donde estaba Sor María esperando para indicarle cómo debería ponerse el hábito.

—Buenas noche Sor María. —saludó tímidamente.

—Niña, parece que vienes a un sacrificio, si estás aquí para servir a nuestro creador, debes venir feliz sonriente, no con cara de que vas al matadero.

Arielle dibujó una sonrisa en sus labios.

—Aqui está tu nuevo guardarropas. —dijo habiendo el vestidor lleno de hábitos de todas las tallas. Arielle miro y empezó a mirar los.

—El hábito en sí mismo, puede ser considerado símbolo externo de virginidad, que en estos tiempos es muy difícil que al matrimonio lleguen virgen mucho menos van a llegar acá en esa condición. —Arielle la miró y bajo la mirada. Y la Sor María continuó.

—Pero bueno lo más importante es la   renuncia de la vanidad, favorecedor de la identidad y de la uniformidad.

—¿Qué hay hábitos de colores diferentes puedo escoger el color? —interrogó mirando cada uno de ellos

—El color es según el rango y a la congregación a la que perteneces.

Los primeros conventos de monjas fueron fundados en túnica oscura, sujeta por un ceñidor, toca blanca sobre la frente y manto negro desde la cabeza a los pies.

Miró y vio unos hábitos de color rojo—No sabía que existían rojos.  Usaré un rojo.

— Aquí no es una tienda de ropas niña, Ese color se utiliza para Conmemoración de los mártires: Los días que se celebra en la Iglesia la muerte de algún mártir, el sacerdote debe vestir la casulla roja. Esto se debe a que los mártires dieron su vida y derramaron su sangre por Dios.

Las sirvientas visten túnicas como vírgenes, el rojo refiere la sangre del parto, pero también a la mismísima María Magdalena.

—Entonces. ¿A qué congregación pertenezco, que hábito debo usar? —preguntó al ver que no podía escoger al azar.

—Usarás el blanco, ingresaras a la congregación de las hermanas de la caridad.

—Pero soy una monja. ¿Cierto?

—Niña, una monja es una religiosa que vive una vida contemplativa y de claustro en meditación y oración para la salvación de los demás; mientras que una hermana religiosa vive en una vocación activa tanto de oración y servicio, a menudo con los necesitados, enfermos, pobres y sin educación. ¿Entiendes la diferencia, entre ser monja y ser hermana.?

—Si, Sor María.

—mira, la túnica de las hermanas no son iguales a las de las monjas, la vestimenta de una monja consisten en una túnica, un escapulario largo hasta el suelo y un cinturón de cuero, las monjas llevamos velo.. El color negro simboliza la muerte para el mundo, la penitencia.

—Gracias por la aclaración Sor María. Por favor me indica lo que tengo que hacer cada día hasta que me familiarice  con mis deberes diarios .

—Para eso está Sor Juana. Ella es su guía tanto espiritual como laboral, ella las guiara  y les ordenará lo que harán cada día.

Arielle cambio sus vestimentas por las túnicas y siguió a Sor María para que ingrese al pabellón se las hermanas de la caridad.

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