Gabrielle muy temprano realizó los últimos detalles para el viajes de bodas con Arielle.
Las horas pasaron y ya estaba listo para salir a la iglesia, subió a la limusina que no llevaría y llegó, saludó y recibió felicitaciones de cada invitado que se acercó a él. La organizadora de bodas le indicó donde tenía que esperar y un mensaje a su celular le llegó. "Gracias por la deliciosa noche que me regalaste, será nuestro secreto, y si quieres saber con quién estuviste te espero en el auto negro que está a la derecha de tu limusina." "¿Que carajos es esto? Creí que era un juego de Arielle."—pensó y decidió salir. —La novia está saliendo, no tarde mucho. —le sugirió la organizadora. —Será solo un momento, no tardo. Gabrielle salió seguido por Lorena la organizadora y lo vio subir al auto. Gabrielle subió al auto y la sorpresa para el fue encontrar a Katherine Thompson ahí sentada. —¿Tu? ¿Qué haces aquí Katherine? —Tu llegaste aquí, por qué deseabas saber quién te regaló la mas excitante despedida de soltero. —Eres una traidora. ¿Cómo pudiste hace eso? —Y bien que lo disfrutaste. —Crei que era Arielle. —Tranquilo, solo no me quedé las ganas que tenía de ti. Ahora su ti deseas podemos seguir adelante en secreto. —¡Gabrielle! —un grito lo dejo paralizado, ver a Arielle que lo había descubierto. —Gabrielle. —Arielle. —pronunció para asi mismo. Miro a Katherine y reprochó. —¿Ves lo que has causado? Esconderte, y sales cuando ya no la veas aquí. Y por favor, desaparece de nuestras vidas para siempre, no quiero verte con mi esposa nunca más. —Katherine trató de ocultarse Pero Arielle la había visto. —Sal del auto Gabrielle, ví a Katherine no lo puedes negar estás con ella. ¿Por qué la escondes ? ¿Qué esconden? Abre la puerta del auto Gabrielle. Gabrielle salió del auto arreglando se camisa, sintiendo las ganas de desaparecer de ahí. —No es lo que parece mi cielo, por favor es un mal entendido. —trató de escudarse. —¿Qué hace Katherine ahí contigo? ¿Por qué se escondió si no es nada comprometido? Me han estado engañando, tu me has engañado Gabrielle. —preguntó golpeando el pecho de su prometido para caer al suelo de rodillas devastada por el dolor de sentirse traicionada su futuro esposo con su mejor amiga. Katherine fue sacada del auto por una de las damas de la corte de honor casi arrastras. —Perdón, perdóname Arielle. Gabrielle recibió y golpe de su cuñado , haciendo sangrar su nariz. Limpio su rostro, subió a su auto y salió de ahí sin decir una sola palabra, sabía que cualquier cosa que dijera no serviría de nada en ese momento —¡Maldición! ¿Qué carajos paso? Cómo fui a caer en la trampa de Katherine. Llegó a la mansión donde compartiría su vida con Arielle. Subió a su oficina y sirvió un vaso de whisky y lo bebió, subió uno y otro y otro, bebió hasta perder la razón. Una semana pasó encerrado sin recibir a nadie ni responder llamadas ni mensajes. Los toques de la puerta llamaron su atención. —¡No quiero ver a nadie! —hablo sin mirar a quien paso por ella. —Gabrielle. ¿Es así como piensas que Arielle te perdonará. Hundiendo te en el alcohol ? Sal de aquí y búscala, explícale que te tendieron una trampa. —Le aconsejó Sharif, su mejor amigo. —No quiero ver a nadie Sharif, déjame solo. —Ve a buscarla, explícale, dile que no la traicionaste. —No lo creerá, ella me está avisando en este momento. Gabrielle volvió a beber el último vaso de whisky, y la botella le fue arrebatada por Sharif. —Sino la buscarás está bien, dale su tiempo de calmarse, Pero ya no más licor, deja de embriagarme que con eso lo complicas más. Sharif lo llevo al baño y lo sumergió en la bañera. —Te bañas mientras yo te preparo un café. —dijo y salió para hacer lo que ofreció. Mientras Gabrielle era rescatado de la miseria emocional en la que estaba. Arielle Maylin llegaba al aeropuerto para abordar el jet privado que la llevaría a Italia. —Hija, podemos ir contigo, no queremos dejarte sola. —Papá, estaré bien, madre no te preocupes, cuando llegue les aviso. Arielle se despidió de sus padres , caminó por los pasillos y llegó al hangar abordó el avión privado y quince minutos después despegó para ir a Roma. Las horas de vuelo fueron silenciosamente torturadas por los recuerdos de aquel trágico día. Diez horas después estaba aterrizando en el aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci. —Señorita hemos llegado. —informó la aeromozas, Arielle sin pronunciar palabras bajó del avión salió del aeropuerto y fue llevada al convento delle Santissime Stimmate, el trayecto fue silencioso, es como si hubiera hecho boto de silencio, su mirada era fija en la nada, no tomo envuelta el tiempo ni distancia. —Señorita Brigth, llegamos. —habló el chófer de la buseta que la recogió. Fue informada en la entrada donde fue recibida por la madre superiora. —Arielle Maylin Brigth Kartson, sea bienvenida a la casa de dios. —Gracias madre superiora. —pronunció en voz baja. —Vamos a la oficina, tienes que llenar unos documentos. Siguió tras la madre superiora a la oficina donde lleno unos formularios y respondió a las preguntas. —¿Desde cuándo supiste que tu vocación era servir a dios y no tener una vida como todas mujer a tu edad desea.? —preguntó la monja mirándola fijamente. Arielle parpadeo y titubeó al responder algo que pareció coherente a la madre. —Hay muchas formas de servir a dios, y no es precisamente encerrarse en cuatro paredes. —Eso es verdad. Pero muchas escogen encerrarse en estás cuatro paredes por decepción, por despecho. Y déjame decirte que esto no es un refugio de despecho, quien llega aquí es a servir de corazón a quien lo necesite. —Madre por favor, necesito estar fuera del mundo, allá deje mi corazón roto, aquí quiero sanar y empezar de nuevo de otra forma distinta para servir a dios. —Arielle, no sé que pasó en tu vida para que tomes la decisión de tomar los hábitos. Lo que sea que pasó, ¿Te diste la oportunidad de analizar el problema, de estudiarlo a fundó de investigar? ¿Tan grave fue para no tener una segunda oportunidad? Arielle lloró silenciosamente, sus lágrimas rodaban por su rostro, no podía pronunciar las palabras que tenía atragantada en su garganta . —Tu decisión no es tomada por vocación, Pero aún así te voy a permitir quedarte un tiempo, tómalo como un retiro espiritual. Arielle levantó la mirada y agradeció el que le dieron la oportunidad de estar ahí. —Gracias madre, de verdad es muy importante para mí. —Ayudarás a las hermanas de la caridad con sus labores, estás consisten en visitar enfermos en los hospitales, albergues y orfanatos. Llevar alimentos a las personas de la calle, y realizar las compras. —Está bien madre, haré bien mi trabajo. —Ahora ve a cambiarte que ya sor María te espera. Ah.. y otra cosita. Aquí no se permiten celulares. Arielle dejo sus cosas personales y caminó a la habitación donde estaba Sor María esperando para indicarle cómo debería ponerse el hábito. —Buenas noche Sor María. —saludó tímidamente. —Niña, parece que vienes a un sacrificio, si estás aquí para servir a nuestro creador, debes venir feliz sonriente, no con cara de que vas al matadero. Arielle dibujó una sonrisa en sus labios. —Aqui está tu nuevo guardarropas. —dijo habiendo el vestidor lleno de hábitos de todas las tallas. Arielle miro y empezó a mirar los. —El hábito en sí mismo, puede ser considerado símbolo externo de virginidad, que en estos tiempos es muy difícil que al matrimonio lleguen virgen mucho menos van a llegar acá en esa condición. —Arielle la miró y bajo la mirada. Y la Sor María continuó. —Pero bueno lo más importante es la renuncia de la vanidad, favorecedor de la identidad y de la uniformidad. —¿Qué hay hábitos de colores diferentes puedo escoger el color? —interrogó mirando cada uno de ellos —El color es según el rango y a la congregación a la que perteneces. Los primeros conventos de monjas fueron fundados en túnica oscura, sujeta por un ceñidor, toca blanca sobre la frente y manto negro desde la cabeza a los pies. Miró y vio unos hábitos de color rojo—No sabía que existían rojos. Usaré un rojo. — Aquí no es una tienda de ropas niña, Ese color se utiliza para Conmemoración de los mártires: Los días que se celebra en la Iglesia la muerte de algún mártir, el sacerdote debe vestir la casulla roja. Esto se debe a que los mártires dieron su vida y derramaron su sangre por Dios. Las sirvientas visten túnicas como vírgenes, el rojo refiere la sangre del parto, pero también a la mismísima María Magdalena. —Entonces. ¿A qué congregación pertenezco, que hábito debo usar? —preguntó al ver que no podía escoger al azar. —Usarás el blanco, ingresaras a la congregación de las hermanas de la caridad. —Pero soy una monja. ¿Cierto? —Niña, una monja es una religiosa que vive una vida contemplativa y de claustro en meditación y oración para la salvación de los demás; mientras que una hermana religiosa vive en una vocación activa tanto de oración y servicio, a menudo con los necesitados, enfermos, pobres y sin educación. ¿Entiendes la diferencia, entre ser monja y ser hermana.? —Si, Sor María. —mira, la túnica de las hermanas no son iguales a las de las monjas, la vestimenta de una monja consisten en una túnica, un escapulario largo hasta el suelo y un cinturón de cuero, las monjas llevamos velo.. El color negro simboliza la muerte para el mundo, la penitencia. —Gracias por la aclaración Sor María. Por favor me indica lo que tengo que hacer cada día hasta que me familiarice con mis deberes diarios . —Para eso está Sor Juana. Ella es su guía tanto espiritual como laboral, ella las guiara y les ordenará lo que harán cada día. Arielle cambio sus vestimentas por las túnicas y siguió a Sor María para que ingrese al pabellón se las hermanas de la caridad.ARIELLE BRIGHT Y ENMANUELL GIORDANO.Arielle llegó al pabellón de las hermanas de la caridad donde sería guiada por Sor Juana.Era una monja muy estricta y regañona, todo lo quería a su tiempo y si no lo estaba imponía los castigos sin autorización de la,madre superiora.—Sor Juana, una nueva novicia, estará aquí con ustedes hasta segunda orden. Son órdenes de la madre superiora.—¿Cuáles son esas segundas órdenes? Hermana, aquí todas la hermanas saben su deber y están segura de su vocación.Arielle tenía la cabeza gacha, y Sor Juana no podía ver su rostro muy bien. La miró y le dio órdenes de seguir.—Vamos, te indicarle tu deberes. —habló con severidad. Arielle miró a Sor María y dibujó una leve sonrisa.—Ve tranquila. —le susurró y ella entendió y siguió su camino.—Las hermanas de caridad somos ayudantes de Dios aquí en la tierra, alimentamos a los necesitados y ayudamos en el orden del convento y la basílica. Tendrán días disponibles el ayuno.Sor Juana explicó todo lo que Ariell
ARIELLE BRIGHT Y ENMANUELL GIORDANO.DIA DE LA BODA.Rebeca y Luz estaban concentrada viendo la llegada de los invitados.—Son puro multimillonarios ya quiero ver al novio. —dijo Rebeca.—Te imaginas a la novia, debe ser un vestido de ensueño. —respondió Luz sin quitar la mirada de las cámaras.Todos entraban y la organizadora los guía a sus lugares.Enmanuell salió de la limusina, saludó a todos y fue guiado al altar por su madre.—Mira el novio, que guapo que está, parece un príncipe de cuentos. —dijo Luz.—Me parece conocido, no recuerdo donde, Pero ya lo vi antes. —expresó Rebeca apretando el botón de zoom a la pantalla.Lo miró detenidamente y recordó.—¡Claro! Ya recuerdo, es el mangazo que atropelló a May. ¿Recuerdas? —preguntó muy entusiasmada Rebeca.Luz miró fijamente la pantalla y confirmó.—Si, es él, voy a decirle a Maylin que su otro galán se casará.—¡Estás loca! ¿Cómo le dirás eso? Ves que aún anda sensible por lo que le hizo ese cobarde. Mejor sigamos mirando, déjal
Mientras Arielle Brigth, era llevada en contra de su voluntad.Arielle L'blank estaba sumergida en el más profundo de los sueños.Las puertas de la habitación de oración se abrieron y Sor Juana la encontró completa mente dormida. —Hermana Maylin. Usted se la pasó durmiendo y no cumpliendo con la penitencia. —casi gritó, y Arielle dió un salto sobre la cama.Se puso de pie y agachó la cabeza.—Hoy se quedará aqui encerrada y cumplirá su penitencia doble, usted no suelta el mundo, lo lleva dentro de usted. No sé que hace aquí si esta no es su vocación. Ya no saldrá del convento con las hermanas a realizar caridad.Arielle sin pronunciar palabras solo asentía, aceptando lo que Sor Juana dictaminara con ella.Sor Juana salió de la habitación no sin antes decir.—Hoy tendrá ayuno. —dijo y cerró la puerta.Arielle cayó sentada sobre la cama, suspiró profundo y pasó sus manos por su rostro.—¿Y ahora como voy a salir de aquí? Por dios, salí de un lío para meterme en otro más grande. —decía
Gabrielle Alighieri, después del escandaloso plantón en la iglesia, regresó a su mansión, donde compartiría su vida con Arielle. Subió a su oficina y sirvió un vaso de whisky y lo bebió, sirvió uno y otro y otro, bebió hasta perder la razón.Una semana pasó encerrado sin recibir a nadie ni responder llamadas ni mensajes. Los toques de la puerta llamaron su atención. Y entraron —¡No quiero ver a nadie! —habló sin mirar a quien pasó por ella.—Gabrielle. ¿Es así como piensas que Arielle te perdonará. Hundiendo te en el alcohol ? Sal de aquí y búscala, explícale que te tendieron una trampa. —Le aconsejó Sharif, su mejor amigo.—No quiero ver a nadie Sharif, déjame solo.—Ve a buscarla, explícale, dile que no la traicionaste.Y así lo hizo.—Ahí te envío toda la información de mi prometida, quiero que la encuentres lo más pronto posible. —ordenó Gabriell, cuando fue interrumpido por Sergio.Gabriell lo miró y se apresuró a recibirlo.—Sergio, por favor toma asiento, necesito aclarar m
ARIELLE L'BLANK Y GABRIELL.Arielle fue subida al jet privado de Gabriell y llevada a Florencia.Dos horas después estaban aterrizando en Arezzo—¿Dónde me llevan? Esto es un secuestro, mi padre los refundirá en la cárcel.—Señorita, su novio envió por usted, será el quien le explique. La subieron al auto y salieron rumbo a la mansión Alighieri. Una hora después estaban llegando.Bajaron del auto y la llevaron casi arrastras, mientras ella forcejeaba por no querer seguir.—¡Suéltame! Yo puedo seguir sola. —dijo tratando de zafarse. El guardaespaldas la subió nuevamente al hombro y la cargó.—¡Bájame idiota, Suéltame! —gritó patalendo cuando se quedó en un silencio sepulcral al escuchar la voz varonil de Gabriell.—¡Bajarla! Arielle cayó al suelo en el momento en que fue bajada del hombro del guardaespaldas, Gabriell se inclinó para ayudarla y en el momento de ponerse de pie el velo se le hizo a un lado dejando al descubierto su fino y hermoso rostro.—¿Quién eres tú? —preguntó un so
La mañana llegó y Gabriell despertó primero que Arielle y salió silenciosamente después de dejar la silla en su lugar. Caminó hacia la puerta y salió sin ser visto por ella, según él.Arielle entre abrió los ojos y miró su espalda al cerrar la puerta.-Con que te quedaste a cuidarme. ¡Ja! No creas que te devolveré el favor, como no sabes que te ví, no te debo nada, grandísimo imbécil. -pronunció ella apretando los dientes.Media hora después pasaron revisión médica. -¿Muy bien señora Alighieri, se está recuperando muy pronto, así no estará el mes completo aqui en el hospital. -informó el Galeno en turno.-El amor de su esposo la rehabilita pronto. -dijo una de las enfermeras.-Doctor, dígame cuando podré viajar, necesito irme de aquí.-Puede pero es muy peligroso que el mínimo movimiento, o una mala maniobra al querer caminar termine de dañar por completo el hueso fracturado.-¿Riesgos?-Si, y entonces puede ser peligroso una gangrena, que nos lleve a amputar la pierna.-Doctor, tant
Los días pasaron convirtiéndose en semanas, y estas en meses. Dos meses habían transcurrido, la pierna de Arielle ya estaba mucho mejor.—Muy bien señora Alighieri, vamos a retirar el yeso y le pondremos una férula, esto será el proceso final, por un mes la usará.—Eso significa que me queda un mes para disfrutar de este bello paraíso.—Eres bienvenida a quedarte si lo deseas. —dijo Gabriell mirándola fijamente.—Tiene que hacer terapia de movimiento en el agua. —ordrnó el Galeno —De eso me encargo yo doctor. Y es que en ese tiempo que habían compartido juntos, su relación amistosa se hizo mas fuerte.—Tenemos una vida, tu con tus proyectos y yo con mi viaje pendienteGabriell no dijo nada, solo la miró fijamente mientras ella actuaba con indiferencia.El Galeno colocó la férula y Gabriell intentó cogerla en brazos.—Ya no hace falta, ya puedo caminar. —se negó Arielle. Gabriell sonrió sin hacerle caso.—Ya me acostumbré a cargarte.Subieron a la camioneta y fueron de regreso a la
Gabriell la tomó por la cintura y atrapó sus labios, la levantó en brazos y entre besos llegaron a la cama.La puso sobre las sábanas blancas, la miró, quitó la férula y empezó a besar la punta de sus dedos. Subió a sus piernas abrió cada botón de su vestido dejando sus pechos al descubierto, Recorrió su cuerpo con la mirada, quitó las pantys y la dejó completamente desnuda, pasó su dedo índice por su vientre haciendo un círculo sobre su piel ardiente.Arielle mordía su labio inferior mientras empuñaba las sábanas.Gabriell abrió sus piernas, y pasó su dedo medio por su húmeda abertura, la miró fijamente y se llevó el dedo a su boca saboreando ese néctar que deseaba beber .Empezó nuevamente a besar sus piernas, dejando un camino de besos húmedos y mordidas suaves en ellas.Llegó a su entrepierna, abrió sus pliegues y deslizó su lengua.—¡Aaaash! Gabriell. —dijo entre gemidos fuertes, mientras agarraba sus cabellos. Gabriell succionó su punto sensible dando descargas electrizante en