(CALIPSO)
Le había perdido, a mi hermano, a mi único apoyo, a lo único que aún me quedaba de mis días felices. Ya no tenía a Javier, porque entendía perfectamente que él tuviese otra familia, y no quería pedir nada, aunque para mí el sería la única figura paterna que conocería jamás. Tampoco tenía a mamá, a ella la perdí cuando se casó con Martín, por culpa de la rivalidad que mi hermanastra tenía conmigo. Y ahora acababa de perder a lo más preciado que tenía en la vida, a Diego.
Me pasaba los días en la universidad, en casa de Marina o en casa, y aquello me estaba matando, no poder verle, no poder dormir con él, no poder escuchar su risa o sentir su mirada sobre la mía.
Ese día llegué temprano a casa de mi amiga, llamé al timbre como tres veces antes de que alguien me
(DIEGO)Me vestía para ir a ver a Teo, lucía arrepentido la noche anterior, cuando me llamó por teléfono para pedirme perdón por lo de mi hermana. Cuando llamaron a la puerta, con insistencia, y casi me caigo del susto cuando la vi, con lágrimas en los ojos, demacrada y con la misma ropa de ayer. ¿qué cojones le había pasado?Necesito quedarme unos días – me dijo, mientras yo la miraba sin comprender – sé que estar en la misma casa puede suponerte un reto, pero no puedo quedarme más tiempo allí – lucía atemorizada, y eso era lo único que me importaba en aquel momento.¿qué ha pasado?No necesito que hagas esto por mí – me dijo – sé qué ahora mismo no somos hermanos, es más no vendría si tuviese otro lu
(CALIPSO)Me pasé el día en casa de Diego, estuvimos largo rato hablando sobre cómo solían ser las cosas cuando aún vivíamos en la misma casa, recordando anécdotas y demás, sin dejar de reír durante todo el proceso, hasta que Javier apareció con Tamara.¡Cali! – Exclamó él al verme sentada en el sofá de su casa, junto a su hijo. Me levanté de golpe y corrí a abrazarle, ya os digo, él siempre fue como un verdadero padre para mí – hacía tiempo que no te veía por aquí – aseguraba, al mismo tiempo que me separaba de su abrazo y sonreía hacia él.Estuve muy liada con la universidad – mentí, poniendo una excusa simple, para luego mirar hacia Tamy, que sonreía hacia mí, con ilusión.Estás
(DIEGO)Acababa de llevar a Marina a su casa, me monté en la moto y pensé durante un momento en lo ocupada que había estado mi mañana. Primero la inesperada de Cali a casa, luego la cita con Teo, en la que me tuvo largo rato ocupado, pues había llegado al taller un nuevo modelo de Honda que era fantástico, más tarde, el encontronazo con Marina, lo que me obligó a invitarla a comer, y con ella había estado hasta entonces.Arranqué la moto y puse rumbo a casa, con una enorme sonrisa en el rostro, pues sabía perfectamente quién era la persona que me esperaría en casa, y eso me ponía de muy buen humor. Incluso había rechazado un buen polvo rápido en casa de mi nueva amiga con derechos, sólo por volver a ver a mi hermana.Aparqué la moto en el garaje y di la vuelta para entrar por la puerta de atrás, ya que no quería dar una vuel
(CALIPSO)Bajé a por un vaso de agua, justo después de pasarme horas en mi habitación, intentando encontrar un buen plan de fuga. Lo único que se me ocurría era escaparme al día siguiente, justo después de las clases, pues no habría otro modo de marcharme con la atenta mirada de mamá en ese día. Pero tan pronto como llegué a la cocina y la observé, arreglada con la ropa del hospital, y preparándose un bocadillo, me olvidé de todo.Tengo que ir al hospital – comenzó – acaban de llamarme para una guardia. Te he dejado un poco de berenjena en el microondas, así solo tienes que calentártela después – proseguía, metiendo todo en su bolsa del trabajo, para luego darme un leve beso en la mejilla – Martín ha ido a llevar a tu hermana a casa de su madre, así que llegará tarde. Pero tú debes
(DIEGO)Acababan de llamarme del hospital, me había levantado de un salto, e incluso mi viejo estaba allí, con legañas en los ojos, cogiendo la chaqueta y las llaves del coche, aún muerto de sueño, para conducir hacia el hospital, desde dónde acababan de llamar para comunicarnos que Calipso Osoria había sido encontrada inconsciente a las afueras del hospital, y que el segundo número de contacto que aparecía en su ficha era el nuestro, supongo que primero llamaron a su madre, pero al esta no responder, nos habían localizado a nosotros.Me temía lo peor ¿qué demonios habría pasado?Conduce tú, hijo – me pidió mi padre, temblando, sabía que había algo más que no quería contarme, pero no insistí demasiado en ello, no quería saber la verdad, sabía que, si me enteraba de que el causante de que ella
(CALIPSO)Al menos podía estar tranquila, las palabras de Diego fueron ciertas finalmente, no estaba embarazada, ninguno de sus asquerosos espermas se había agarrado a uno de mis óvulos.Diego tuvo una fuerte pelea con su padre y con mi madre, cuando les comunicó que no dejaría que mi madre me llevase con ella, que me llevaría con él a casa, y que cuidaría de mí.Tuve que tomarme un descanso en la universidad, porque aún no me sentía anímicamente bien como para volver a enfrentarme al mundo. Aunque hacía grandes progresos cada día, sobre todo gracias a mi ángel guardián, Diego el todo poderoso.Mi madre me llamaba todos los días, para preguntar por mi estado y los fines de semana venía a verme, siempre disculpando a Martín, pero yo sabía cuál era la razón de que aquel cabrón no quisiese acompa&nti
Cali no dejó de sonreír en toda la noche, ni siquiera su sonrisa se esfumó cuando vio aparecer a su madre y al hijo de puta que la violó, y no dejó que yo me acercase tampoco. Bailaba junto a ella, una bonita canción que mi madrastra estaba tocando, era muy buena con el piano. Era preciosa, o así nos parecía a Cali y a mí. Deberías de hacerles a todos, una exhibición de esgrima – bromeaba, haciendo que ella riese y negase con la cabeza, en señal de que yo era todo un caso, y estaba de acuerdo. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, tan sólo quería verla reír – te quiero – le dije, observando como ella levantaba la vista para mirarme – y me encanta verte así, justo como tú eres – concluí. Ella sonrió. Marina está aquí – comenzó, perdiendo la sonrisa, mirando hacia alguien que había detrás de mí - ¿la invitaste? ¿No es tu mejor amiga? – pregunté, sin entender su actitud. ¿E
Estaba dormida, en mi habitación, cuando él entró, caminó hasta mi cama, y se metió en ella, sin tan siquiera quitarse el pantalón o los calcetines. Pasó el brazo por encima de mí, y quedó profundamente dormido, junto a mí, al mismo tiempo que mi teléfono móvil me despertaba, pues un nuevo mensaje acababa de llegar. Sonreí al sentirle detrás de mí. Seguramente habría terminado de recoger junto a sus padres, y para dormir quería hacerlo a mi lado, como de costumbre. Alargué la mano, soñolienta y desbloqueé el teléfono, para luego admirar el mensaje entrante que tenía, era de Marina. Marina: “Me alegro mucho que no te lo hayas tomado mal, mi relación con Diego” Moví la mano que tenía entrelazada a su brazo, intentando no despertarle, agarrando el celular como era debido, y empecé a teclear. Cali: “¿relación?, pensaba que sólo os acostabais?” Marina: “No te pongas celosa. No voy a quitarte el