CAPÍTULO 68

Durante estos días. había estado recibiendo constante mensajes de Adam, todos con frases románticas. No podía negar que cada vez que recibía uno mi corazón se aceleraba. En serio lo extrañaba, pero luchando contra mi corazón y mi mente, no había respondido ningún mensaje. 

Estábamos con Lucia tomando una merienda. mientras ambas trabajábamos en nuestras tareas y a la vez yo veía los mensajes de Adam. 

— ¿Que se traen tú y mi hermano? — Casi escupo mi jugo ante la pregunta de Lucia. 

— ¿De qué estás hablando? 

— ¡A mí no me engañan! en la cocina el otro día, casi se besan.<

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