Ya era de mañana cuando me desperté escuché que alguien golpeaba la puerta me levanté casi sin ganas para abrir, tengo curiosidad pero en verdad tenia un tanto de miedo, cuando abrí la puerta me deparé con él.

—Hola cariño, ¿Me extrañaste?

Me abrazó suavemente, yo no sabía que hacer o decir por lo emocionada que estaba.

—¿Cómo? ¿estás aquí? Dije perturbada.

Pensé que en su situación estaría sedado, o tal vez inconsciente, pero le tengo frente mío, su rostro estaba un tanto descolorido, sus labios se veían secos y tenía ojeras que evidenciaban que había perdido bastante sangre.

—¿No te agrada verme, bebé? Su mano corría por mi cintura me apretó por su cuerpo, postrando su cabeza en mi hombro.

—No es eso,— Sólo pasa que, no pensé verte pronto, tenia en mente que estarías sedado, dormido o inconsciente.

Dije abrazándolo con fuerza.

—Solo fue una bala,— ¡nada grave, ya me retiraron y estoy medicado!—¡solo necesito dormir un poco!.

Entrando en mi habitación conmigo en sus brazo