Últimamente Daniel parecía estar preocupado, esa noche casi no hablamos en la cena, era raro que ni los muchachos hablaran, sin embargo todos mantuvieron total silencio, cuando nos fuimos a la habitación Daniel se acostó rápidamente presentí que me estaba evitando apropósito, me dirigí a la cama y me acosté en el lado izquierdo, lo miré y estaba muy pensativo.

La habitación estaba en un completo silencio, me sentía incómoda ya no puedo quedarme así tengo que preguntarle —Dan, ¿Qué sucede?

—mmm…

No me respondió así que volví a preguntar ahora afirmando lo que me imaginaba —¿todo esto, tiene que ver con Manuel?

Aun seguía en silencio, cuando no quería hablar era muy difícil de sacarle las palabras.

—No, solo quédate a mi lado…

Esa respuesta no era sincera, así que me acerqué a él, acaricié su rostro —Lo siento cariño, pero últimamente estás muy raro, —¡No solo tú sino todos!.

—No te preocupes bebé, son cosas de nuestro trabajo.

Me abrazo suavemente y besó mi frente, quedamos