Elena llegó muy temprano al gimnasio con su ropa de trabajo, ella no entrenaba en la mañana, con un bello vestido rosado ceñido al cuerpo entró al Gym dejando babeando a los hombres mientras pasaba, Brenda entrenaba a Berni.
—Brenda me tenías preocupada.
— ¿Qué pasa cariño? —Preguntó Bernhard—, ¿te pasa algo Brenda?
—No es nada —respondió Brenda anoche me fui de fiesta y el teléfono estaba apagado, eso es todo.
Bernhard no vio nada de malo en que ella se divirtiera, entre los dos bromearon con Elena que estaba furiosa con Pablo que la había dejado plantada la noche anterior, Berni le dijo que seguro había una explicación y Brenda prometió hacérselo pagar en el siguiente entrenamiento, igual Elena se fue furiosa con todo el mundo en general.
A la hora del almuerzo, Brenda fue a comer con Elena y ya no estaba furiosa, ahora estaba ansiosa, le contó que Pablo se fue a discul
Brenda estaba muy contenta, era sábado y Elena había ido a Valencia desde el viernes, regresaría el domingo con Belinda que pasaría una temporada con ellas hasta la gala de beneficencia que Elena organizaba, Brenda tenía exhibición de ritmos bailables, en el Gym, medios de comunicaciones digitales vendrían, ella no participaría en la exhibición, pero debía estar para las entrevistas, Brenda se puso un vestido ceñido corto de color verde esmeralda, el colgante de diamante, aretes y los pequeños zarcillos en forma de dados, todo lo que vestía eran regalos de Sebasthian, llegó al gimnasio antes de que comenzara el evento, se cruzó con Diego. —Brenda, deberíamos salir hoy, ese vestido necesita ser exhibido antes de quitarlo. —Hoy estaré muy ocupada Diego, pero quizás en otra ocasión.&
Brenda escuchó con alivio las voces de Elena y Belinda, por fin habían llegado, todo el día anhelando tenerlas junto a ella, tocaron la puerta y Brenda abrió, las vio bronceadas, se suponía que estaban en el orfanato con una emergencia, pero era obvio que habían ido a la playa, Brenda una vez más lo entendió, toda la furia interna y energía negativa solo podía herir, ella veía todo rojo y se dejaba llevar por su negatividad, al enterarse que Elena y Belinda también habían estado en la playa con Pablo y nada más y nada menos que con Dante Martino, que su ingenua hermana pasó el día en compañía del socio de Pablo Larsson se puso furiosa, Brenda no lo conocía en persona, solo lo había visto en foto ya que una clienta casada con un anciano horroroso lo presumía como amante, era uno de los peores sinvergüenza de Caracas y ella en vez de aconsejar a su hermana, solo la insultó, de no ser por Elena que como siempre interviene, quien sabe lo que hubiera logrado, que su hermana
A Belinda no le hicieron cambios dramáticos le aclararon unos cuantos mechoncitos para dar luz a su cabellera que era castaño claro cobrizo, mantuvieron el largo y limpiaron sus cejas, la estilista la enseñó a maquillarse de manera que solo destacara sus rasgos, antes de empezar la expedición de tiendas fueron a una heladería, con un helado cada una sentadas en una pequeña mesa, Brenda se dirigió a Belinda con su habitual tono serio pero maternal y amable que tenía con su hermana. —Belinda debes disculparme por mi actitud ayer, entiende que me sorprendiste, pero ahora ya después de pensarlo y verte tan bonita, me entusiasma la idea de tenerte aquí, ahora si somos las tres mosqueteras. —Todas para una y una para todas —dijo Elena. Conversaron respecto a Pablo y Dante, Belinda se sonrojaba cuando hablaban de Dante y Brenda le ponía los ojos en blanco, cuando le repitió que Dante era un mujeriego, Belinda preguntó ex
Sebasthian esperó a Kate fuera de la galería, solo iría a buscar algo y lo pasarían juntos el resto del día, fueron a la suite del hotel, él se sentía muy cansado y soñoliento, tanto viajar y el trabajo agotador le habían marcado un ritmo incesante, así que Kate le dio un beso en los labios y le dijo que descansara, aún era temprano y ella aún tenía que hacer algunas llamadas a algunos clientes y a la dueña de la galería en New York. Sebasthian estaba en un laberinto, escuchaba la voz de su padre llamándolo, pero al caminar por los pasillos solo encontraba que era todo igual, se regresó y era igual todo no había salida, se ponía oscuro a su alrededor, el peso en su pecho amenazaba con dejarlo sin aire, su padre no estaba, él estaba solo y como siempre lo peor ocurría, las paredes y el techo comenzaban a cerrarse, no importa cuánto corriera, cuando ya solo podía arrastrarse para tratar de escapar logró ver un reflejo de luz, lo siguió
Las chicas vaciaron la primera botella de vodka y ahora Brenda servía el último trago de la segunda, fue al baño y se acomodó en el espejo retocando su maquillaje, salió y tomó de un solo trago lo que quedaba en su copa, Elena había llorado por haberse enamorado de un hombre que no confiaba en ella, Belinda lloraba porque la veía llorar, Brenda las regañó por ser unas borrachas lloronas demasiado románticas, ella no quería romance, quería olvido y al lado de su inocente hermana y la despechada Elena no lo iba a encontrar, recordó a Diego, hoy sí que no lo iba a despreciar. —Las dos están borrachas —declaró Brenda—, por eso se van directo a sus habitaciones y yo a la discoteca, no es por espantarte hermanita, pero las bebidas con Vodka me ponen caliente y sé que un amigo está en la discoteca, así que voy sola. —No, no y no —insistió Belinda— que hay de las tres mosqueteras, así Elena también puede conseguir alguien, ya no quier
Sebasthian salió primero de su oficina y miró el pasillo desierto, tomó a Brenda de la mano y salió con ella, al llegar al estacionamiento tomó las llaves de un Ford Mustang moderno, abrió la puerta a Brenda y ella entró, cuando él se montó a su lado, Brenda sonrió, Sebasthian también lo hizo y salieron del hotel a toda velocidad. —Casi me da un infarto cuando Berni y esa chica se pegaron al cristal —Brenda reía a carcajadas, Sebasthian comenzó a reír también. —Parece que la fiesta de Pablo estuvo buena. —De lo más aburrida, no estabas tú para bailar. —De seguro muchos querían bailar contigo, pareces una diosa. —Eso me dijo Berni. —De tal palo, tal astilla, pasaré por una
Sebasthian al llegar a Margarita en seguida le surgieron compromisos, una entrevista en televisión muy temprano la siguiente mañana, luego entrevista en radio, debía ir al banco, a parte de las constantes llamadas de los otros hoteles, el no tener asistente era un problema, los medios de comunicación si bien eran una arma de doble filo en este momentos eran necesarios, la figura que dejaba el antiguo hotel Atlantis no podía desaparecer de la memoria colectiva, todos debían estar pendientes de la construcción del moderno Hotel Larsson, estuvo en la obra viendo la maqueta con Pablo y Dante en una estructura improvisada que serviría de oficina para los arquitectos y su asistente Patricia que llegaría al día siguiente, Pablo pidió el favor a Patricia de servirle de asistente a Sebasthian por los 3 días que estaría en Margarita organizando la agenda, ella estaba recibiendo las llamadas, varias veces habló con Sebasthian por teléfono y era eficiente, pero hablaba hasta por lo
Los días avanzaron y las ocupaciones de Belinda con Elena eran muchas con la beneficencia encima, Brenda quería que su hermana entrenara en el Gym, pero ella se negaba por vergüenza, y cuando el gimnasio estaba vacío Belinda decía casi siempre decía que estaba cansada, la convenció de ir a la piscina olímpica del hotel, esta cerraba para el público durante la noche y por allí no andaba nadie después de cerrar la piscina, ya el tatuaje había sanado, y no era tan grande tampoco, iban algunas noches, Elena no iba, se quedaba en el restaurante para que Belinda pudiera ir, faltaba menos de una semana para la gala de beneficencia, al día siguiente irían a comprar vestidos, aunque no había nadie cerca, a Belinda le costaba relajarse, después de nadar 45 minutos Belinda salió y se vistió, se quedó en una de las sillas de la piscina y Brenda seguía en el agua. —Belinda nunca logras relajarte, si nunca hemos conseguido a nadie, cual es el problema con el traje