Decidieron regresar el mismo sábado al final de la tarde, Belinda estaría ocupada en el orfanato ya que Teresa no estaba, debían llevar a las niñas a la misa de domingo y luego ayudar a la madre en la entrevista de algunas familias interesadas en adoptar, Brenda abrazó a su hermana con una actitud tan protectora como la de una madre, aunque solo fuera 3 años mayor que su hermana e incluso unos centímetros más baja se le veía segura y lo más grande para Belinda que ya tenía lágrimas en los ojos por tener que despedirse de su hermana, quedaron en que Belinda iría a Caracas para el cumpleaños de Brenda que sería muy pronto, de regreso en el hotel ingresaron por el estacionamiento privado, Elena se despidió, iría directamente al restaurante, Justin se encargaría de llevar su bolso, Brenda iba a seguir con Elena, pero Sebasthian le agarró la mano.
—Iré con Elena para que los empleados vean que regresé con ella.
—Piensas mucho Brenda, ¿qu
—Sebasthian me duele todo, como si hubiera sido yo la que peleó anoche. —Sin duda tuvimos algunos rounds aquí. Ambos estaban acostados luego de bañarse y comer, Brenda zigzagueaba en el televisor. —No vuelvo a tomar bebidas con Vodka contigo, tú y yo no necesitamos más calentura. —Brenda ya los preservativos los debo comprar al mayor, porque no ves a un médico y empiezas a utilizar otro método para cuidarte. —En una ocasión me recomendaron píldoras anticonceptivas para regular mis periodos, no fue un médico, solo tomé la marca que Elena toma y me cayeron fatal, hasta me salieron manchas en la cara, no sé si solo fue esa marca, pero la píldora me cayó muy mal. —Al regresar te pones en control y vemos que te recomiendan. —Que injusto que siempre sea la mujer la que deba cuidarse. —Mi papá se hizo la vasectomía, él no quier
Al regresar a Caracas comenzaron los problemas. —Brenda pero por que debes ser tan terca, si sabes que mi papá no vería con malos ojos lo nuestro, porque sigues negándote a que se entere. Sebasthian le había pedido a Brenda que lo acompañara a ver a Bernhard y decirle de la muerte de su madre. —Sebasthian ya no es una emergencia, así que la situación sigue siendo la misma, yo no quiero que nadie se entere, y sabes que no puedo con los dramas. —A nosotros que nos importa lo que piense la gente, somos jóvenes, hemos compartido, no es algo imposible que nos enamoráramos. —Lo dice el jefe que no tiene nada que perder, a ti todos te respetan por quien eres, yo debo siempre ganármelo ya que soy una doña nadie. —Que exagerada eres. —Me niego a ser un estúpido cliché. —Eres una mujer exasperante Brenda García, está bien, seguiré
Muy temprano en la mañana Sebasthian fue a la oficina de su padre. —Papá debo irme un tiempo. —Buenos días hijo, puedo saber ¿por qué? —Me involucre con una mujer que no debía, ahora debo alejarme un tiempo. —Te advertí que tuvieras cuidado con las mujeres casadas, pero ¿tienes algún problema? —No, pero será mejor alejarme, igual necesitamos estar alguno de los dos en New York, seré yo entonces. —Hijo, tu eres un adulto y aunque ambos permanecemos más en Venezuela por la familia nuestro hogar es el mundo, al menos hasta que te cases y establezcas tu hogar, si quieres estar en New York, ciertamente algunos de los dos debe estar allá por el nuevo hotel. —Me iré mañana mismo. — ¿Estás bien? Puedo notar que esa mujer misteriosa te pegó fuerte. Sebasthian rió sin humor. —No te haces una i
Sebasthian se levantó de su cama se vistió rápidamente y se fue a su propia habitación, pero al otro día la secuestró y no fue un rapto común, fue delante de todo el mundo, llegó al gimnasio muy temprano, pidió hablar con todos los entrenadores, los reunió brevemente a la mayoría de ellos, menos a los que estaban dando clases de salón, los felicitó por el rendimiento del gimnasio e informó que necesitaba que Brenda diera un vistazo al gimnasio del nuevo hotel en New York, que se iría con él ese mismo día y regresaría en una semana, Brenda quedó con la boca abierta, pero que podía decir, Sebasthian era su jefe. Ya en el avión Brenda estaba con su habitual seriedad sentada junto a Sebasthian. —En serio te necesito en el gimnasio de New York —murmuró Sebasthian. —Lo mantendremos profesional entonces. —Si así lo quieres. —Está bien Sebasthian, lo mantendremos profesional.&n
6 meses después. Brenda mantenía su rutina de entrenamiento, se dedicaba en cuerpo y alma al gimnasio, siempre estaba lleno, había lista de espera, los torneos en las diferentes disciplina eran tendencia en redes sociales, ella era una entrenadora reconocida, nunca más la relacionaron a Sebasthian Larsson, los medios de chismes, farándula y redes sociales dedicadas al joven soltero millonario más cotizado, estaba atestado de fotos de Sebasthian y una chica especialista en arte de New York, habían fotos de ellos en las Cataratas del Niagara, en una galería respetada, las favoritas y que inundaban las redes eran de ellos caminado de la mano en la Isla Ellis cerca de la estatua de la libertad y en Central Park. —Deséame suerte —decía Elena llegando del restaurante y sentándose en la cama de Brenda, ya Brenda estaba en piyama
Brenda y Belinda llevaron a las niñas a un paseo al zoológico, Brenda pagó por una camioneta y las hermanas organizaron a las niñas, luego fueron a un refugio de mascotas, eran buenas personas que rescataban animales domésticos y daban en adopción, Brenda siempre le gustaron los animales, se sentía muy bien, su vacío de toda la vida y su reciente dolor opacados por el compartir y las risas de las niñas y la dulzura de los muchos cachorros que movían sus colas felices de poder jugar con tantas niñas, Belinda tomaba fotos, se había obsesionado con hacer un álbum y utilizarlo en la próxima beneficencia que Elena estaba planeando, tenían esperanza de conseguir muchas donaciones que les permitieran hacer arreglos para poder recibir a mas niñas desamparadas, un cachorrito en una jaula destacaba de su grupo de hermanos, ladraba con su dulce voz de cachorro, no paraba, daba vueltas mordía su cola y las orejas a sus hermanos gruñéndoles, Brenda le llamó la atención su energía y
En Caracas en la noche Brenda vio a Elena muy preocupada, cuando se montaba en la caminadora y empezaba a correr era porque algo la frustraba, la dejó tranquila hasta que el Gym se quedó solo, Brenda se acercó y le quito los audífonos de su iPod. —Ya está bien, te vas a matar. Has los estiramientos y ven a contarme ¿qué te pasa? Ya estoy desocupada. —Brenda, cuando te cuente lo que me pasó hoy. Elena fue hacer los estiramientos y le contó que Pablo Larsson había ido al restaurante, ella lo había invitado para conversar sobre las ideas de diseño para el restaurante, pero al quedar solos en la oficina después que el socio de Pablo se retiró, Pablo la besó y ella olvidó donde estaban, si no hubiera sido porque él le dijo que seguirían esa noche en su habitación, Elena hub
Elena llegó muy temprano al gimnasio con su ropa de trabajo, ella no entrenaba en la mañana, con un bello vestido rosado ceñido al cuerpo entró al Gym dejando babeando a los hombres mientras pasaba, Brenda entrenaba a Berni. —Brenda me tenías preocupada. — ¿Qué pasa cariño? —Preguntó Bernhard—, ¿te pasa algo Brenda? —No es nada —respondió Brenda anoche me fui de fiesta y el teléfono estaba apagado, eso es todo. Bernhard no vio nada de malo en que ella se divirtiera, entre los dos bromearon con Elena que estaba furiosa con Pablo que la había dejado plantada la noche anterior, Berni le dijo que seguro había una explicación y Brenda prometió hacérselo pagar en el siguiente entrenamiento, igual Elena se fue furiosa con todo el mundo en general. A la hora del almuerzo, Brenda fue a comer con Elena y ya no estaba furiosa, ahora estaba ansiosa, le contó que Pablo se fue a discul