Muy temprano en la mañana Sebasthian fue a la oficina de su padre.
—Papá debo irme un tiempo.
—Buenos días hijo, puedo saber ¿por qué?
—Me involucre con una mujer que no debía, ahora debo alejarme un tiempo.
—Te advertí que tuvieras cuidado con las mujeres casadas, pero ¿tienes algún problema?
—No, pero será mejor alejarme, igual necesitamos estar alguno de los dos en New York, seré yo entonces.
—Hijo, tu eres un adulto y aunque ambos permanecemos más en Venezuela por la familia nuestro hogar es el mundo, al menos hasta que te cases y establezcas tu hogar, si quieres estar en New York, ciertamente algunos de los dos debe estar allá por el nuevo hotel.
—Me iré mañana mismo.
— ¿Estás bien? Puedo notar que esa mujer misteriosa te pegó fuerte.
Sebasthian rió sin humor.
—No te haces una i
Sebasthian se levantó de su cama se vistió rápidamente y se fue a su propia habitación, pero al otro día la secuestró y no fue un rapto común, fue delante de todo el mundo, llegó al gimnasio muy temprano, pidió hablar con todos los entrenadores, los reunió brevemente a la mayoría de ellos, menos a los que estaban dando clases de salón, los felicitó por el rendimiento del gimnasio e informó que necesitaba que Brenda diera un vistazo al gimnasio del nuevo hotel en New York, que se iría con él ese mismo día y regresaría en una semana, Brenda quedó con la boca abierta, pero que podía decir, Sebasthian era su jefe. Ya en el avión Brenda estaba con su habitual seriedad sentada junto a Sebasthian. —En serio te necesito en el gimnasio de New York —murmuró Sebasthian. —Lo mantendremos profesional entonces. —Si así lo quieres. —Está bien Sebasthian, lo mantendremos profesional.&n
6 meses después. Brenda mantenía su rutina de entrenamiento, se dedicaba en cuerpo y alma al gimnasio, siempre estaba lleno, había lista de espera, los torneos en las diferentes disciplina eran tendencia en redes sociales, ella era una entrenadora reconocida, nunca más la relacionaron a Sebasthian Larsson, los medios de chismes, farándula y redes sociales dedicadas al joven soltero millonario más cotizado, estaba atestado de fotos de Sebasthian y una chica especialista en arte de New York, habían fotos de ellos en las Cataratas del Niagara, en una galería respetada, las favoritas y que inundaban las redes eran de ellos caminado de la mano en la Isla Ellis cerca de la estatua de la libertad y en Central Park. —Deséame suerte —decía Elena llegando del restaurante y sentándose en la cama de Brenda, ya Brenda estaba en piyama
Brenda y Belinda llevaron a las niñas a un paseo al zoológico, Brenda pagó por una camioneta y las hermanas organizaron a las niñas, luego fueron a un refugio de mascotas, eran buenas personas que rescataban animales domésticos y daban en adopción, Brenda siempre le gustaron los animales, se sentía muy bien, su vacío de toda la vida y su reciente dolor opacados por el compartir y las risas de las niñas y la dulzura de los muchos cachorros que movían sus colas felices de poder jugar con tantas niñas, Belinda tomaba fotos, se había obsesionado con hacer un álbum y utilizarlo en la próxima beneficencia que Elena estaba planeando, tenían esperanza de conseguir muchas donaciones que les permitieran hacer arreglos para poder recibir a mas niñas desamparadas, un cachorrito en una jaula destacaba de su grupo de hermanos, ladraba con su dulce voz de cachorro, no paraba, daba vueltas mordía su cola y las orejas a sus hermanos gruñéndoles, Brenda le llamó la atención su energía y
En Caracas en la noche Brenda vio a Elena muy preocupada, cuando se montaba en la caminadora y empezaba a correr era porque algo la frustraba, la dejó tranquila hasta que el Gym se quedó solo, Brenda se acercó y le quito los audífonos de su iPod. —Ya está bien, te vas a matar. Has los estiramientos y ven a contarme ¿qué te pasa? Ya estoy desocupada. —Brenda, cuando te cuente lo que me pasó hoy. Elena fue hacer los estiramientos y le contó que Pablo Larsson había ido al restaurante, ella lo había invitado para conversar sobre las ideas de diseño para el restaurante, pero al quedar solos en la oficina después que el socio de Pablo se retiró, Pablo la besó y ella olvidó donde estaban, si no hubiera sido porque él le dijo que seguirían esa noche en su habitación, Elena hub
Elena llegó muy temprano al gimnasio con su ropa de trabajo, ella no entrenaba en la mañana, con un bello vestido rosado ceñido al cuerpo entró al Gym dejando babeando a los hombres mientras pasaba, Brenda entrenaba a Berni. —Brenda me tenías preocupada. — ¿Qué pasa cariño? —Preguntó Bernhard—, ¿te pasa algo Brenda? —No es nada —respondió Brenda anoche me fui de fiesta y el teléfono estaba apagado, eso es todo. Bernhard no vio nada de malo en que ella se divirtiera, entre los dos bromearon con Elena que estaba furiosa con Pablo que la había dejado plantada la noche anterior, Berni le dijo que seguro había una explicación y Brenda prometió hacérselo pagar en el siguiente entrenamiento, igual Elena se fue furiosa con todo el mundo en general. A la hora del almuerzo, Brenda fue a comer con Elena y ya no estaba furiosa, ahora estaba ansiosa, le contó que Pablo se fue a discul
Brenda estaba muy contenta, era sábado y Elena había ido a Valencia desde el viernes, regresaría el domingo con Belinda que pasaría una temporada con ellas hasta la gala de beneficencia que Elena organizaba, Brenda tenía exhibición de ritmos bailables, en el Gym, medios de comunicaciones digitales vendrían, ella no participaría en la exhibición, pero debía estar para las entrevistas, Brenda se puso un vestido ceñido corto de color verde esmeralda, el colgante de diamante, aretes y los pequeños zarcillos en forma de dados, todo lo que vestía eran regalos de Sebasthian, llegó al gimnasio antes de que comenzara el evento, se cruzó con Diego. —Brenda, deberíamos salir hoy, ese vestido necesita ser exhibido antes de quitarlo. —Hoy estaré muy ocupada Diego, pero quizás en otra ocasión.&
Brenda escuchó con alivio las voces de Elena y Belinda, por fin habían llegado, todo el día anhelando tenerlas junto a ella, tocaron la puerta y Brenda abrió, las vio bronceadas, se suponía que estaban en el orfanato con una emergencia, pero era obvio que habían ido a la playa, Brenda una vez más lo entendió, toda la furia interna y energía negativa solo podía herir, ella veía todo rojo y se dejaba llevar por su negatividad, al enterarse que Elena y Belinda también habían estado en la playa con Pablo y nada más y nada menos que con Dante Martino, que su ingenua hermana pasó el día en compañía del socio de Pablo Larsson se puso furiosa, Brenda no lo conocía en persona, solo lo había visto en foto ya que una clienta casada con un anciano horroroso lo presumía como amante, era uno de los peores sinvergüenza de Caracas y ella en vez de aconsejar a su hermana, solo la insultó, de no ser por Elena que como siempre interviene, quien sabe lo que hubiera logrado, que su hermana
A Belinda no le hicieron cambios dramáticos le aclararon unos cuantos mechoncitos para dar luz a su cabellera que era castaño claro cobrizo, mantuvieron el largo y limpiaron sus cejas, la estilista la enseñó a maquillarse de manera que solo destacara sus rasgos, antes de empezar la expedición de tiendas fueron a una heladería, con un helado cada una sentadas en una pequeña mesa, Brenda se dirigió a Belinda con su habitual tono serio pero maternal y amable que tenía con su hermana. —Belinda debes disculparme por mi actitud ayer, entiende que me sorprendiste, pero ahora ya después de pensarlo y verte tan bonita, me entusiasma la idea de tenerte aquí, ahora si somos las tres mosqueteras. —Todas para una y una para todas —dijo Elena. Conversaron respecto a Pablo y Dante, Belinda se sonrojaba cuando hablaban de Dante y Brenda le ponía los ojos en blanco, cuando le repitió que Dante era un mujeriego, Belinda preguntó ex