– ¿Cómo se ha enterado la prensa?–cuestioné acercándome a su escritorio
– No lo sé, no tengo idea–comentó recostándose en la silla contemplando la pantalla de su ordenador– Lo que me sorprende es que se hayan enterado tan pronto, no hemos salido a una cita, ni siquiera suelen seguir de cerca mi vida– suspiró poniéndose de pie
– ¿Por qué piensan que vamos a casarnos?–me cruce de brazos
– No lo sé Erin, esto me deja igual de sorprendido que a ti, nadie aparte de nuestras familias saben que–se quedó callado de forma abrupta, soltó un gruñido revolviéndose el cabello– Ha sido Amanda, voy a matarla–suspiré sentándome en uno de los sillones
– Ya no tiene importancia, en el fondo sabía que tarde o temprano se sabría, ¿Qué vamos a hacer ahora?–
– Actuar como enamorados–asentí volviendo a suspirar– Tendrás que prepararte, posiblemente ahora te acosen un poco, querrán saber de tu vida–apreté las manos sintiéndome nerviosa, no quería que eso sucediera, se acercó agachándose a mi altura– Lo siento, no quería que esto sucediera–
Después de charlar un poco sobre el asunto, salí de su despacho, al hacerlo todas las miradas estaban puestas en mí, suspiré caminando con falsa seguridad hasta mi puesto, desvié mis ojos a la pantalla comenzando a trabajar intentando ignorar mi alrededor.
Cuando mis ojos ya ardían de tanto mirar la pantalla, me levante, camine hacia la cocina, me quede un segundo quieta al ver a Hope con aquella chica, ambas al verme pusieron mala cara y siguieron charlando, suspiré acercándome a la cafetera
– Ya sabes que hay mujeres, que son tan rápidas envolviendo hombres–escuche decir a Hope, respire hondo sabiendo que ese comentario iba por mí, la otra chica simplemente comenzó a reír– Pero aún me sigue sorprendiendo la rapidez, debe ser buena en la cama porque si no, no me lo explico–deje la taza en la encimera con un golpe, me giré mirándolas
– Si tienes algo que decirme, dímelo a la cara, no con indirectas–ambas se callaron, de repente se puso de pie acercándose a mí
– Dicen que los gatos trepen muy alto, pero tú, les ganas sin lugar a duda–
– Lo conocí antes de saber quién era–comenzó a reír haciendo que aquella chica también lo hiciera
– No me jodas Erin, todo el mundo sabe quién es Archie Tucker–
– Pues lo siento, yo no lo sabía, mi vida no gira en torno a personas que no conozco–
– No gira en torno, pero sí que les abres rápido las piernas– me dio un empujón haciendo que me golpeara la espalda levemente con la encimera, la mire con enfado respire hondo aguantándome las ganas de abofetearla
– No logro comprender por qué esto te molesta tanto–
– Me molesta porque mujeres como tú nos dan mala fama–
– ¿En qué estoy dando mala fama?, no me han ascendido, no recibo preferencias, así que dime–se quedó callada, apretó sus labios y sin que lo esperase, me tiró el café encima, por suerte estaba casi frío
– Simplemente, eres una zorra–sentí mis ojos humedecerse, me sentía rabiosa, triste por la situación y al saber que ese era el pensamiento que todos estarían teniendo
– ¿Qué diablos sucede aquí?–todas miramos hacia la puerta, Archie miraba la situación con enfado, su vista se clavó en mí, en silencio se acercó– Erin, dime–
– Nada, se ha resbalado y me cayó encima–mentí forzando una sonrisa
– He escuchado toda la conversación y he visto lo que ha sucedido–comentó mirando a Hope la cual estaba más blanca que el papel– Estás despedida por agredir a una compañera de trabajo, tienes cinco minutos para recoger tus pertenencias–me cogió del brazo comenzó a caminar tirando de mí, de repente se detuvo, miró a la chica rubia– Que esto sea una advertencia para el resto, todo aquel que agreda a alguien, se va a la calle ¿quedó claro?–esta asintió frenéticamente.
Una vez alejados de la cafetería me solté de su agarre llamando su atención
– ¿Por qué lo has hecho?–cuestioné mirándolo afligida
– Erin ese café podía haber estado hirviendo y en vez de estar aquí, estaríamos camino de urgencias–
– Lo sé, lo sé, es solo que… Esto complicara más las cosas–colocó sus manos en mi rostro haciendo que lo mirase
– Olvídate de ellos, no merecen que te preocupes ni un segundo de tu vida–sabía que tenía razón– Ahora ve a recoger tus cosas, te llevo a casa–
– ¿Qué? No, no, no–
– Cariño–un escalofrío me recorrió, lo había dicho sin un ápice de burla– Mírate, estás hecha un asco, no puedes estar con esas prendas húmedas–suspiré asintiendo, volvía a tener razón.
Al llegar a casa suspiré, solo había estado media jornada y me sentía agotada, como si hubiera estado en jornadas intensivas, subí a mi habitación seguida de Archie, al entrar él comenzó a curiosear mis cosas, sonreí levemente se veía tierno, como un niño en una juguetería.
Cuando volví después de la ducha lo encontré sentado en mi cama con un álbum de fotos, me acerqué sentándome a su lado, las fotos eran de mi adolescencia, antes de que todo con Grace pasara
– Toda una chica popular–me miró con diversión, suspiré con nostalgia viendo la foto, estaba rodeada de chicas todas estábamos con él uniforme de animadoras– Tienes muchos amigos–
– Ya no los tengo–me levanté acercándome a la ventana
– ¿Por qué no?–
– Cuando… Grace se marchó, me dedique a ayudar a mi padre, deje las animadoras, de salir, me dedicaba a estudiar y a cuidar de Aiden, así que poco a poco me fui convirtiendo en una chica invisible–
– Comprendo, debió ser duro–
– Al principio si, después lo agradecí, no quería gente falsa en mi vida–él asintió cerrando el álbum dejándolo a un lado
– ¿Te queda algún amigo?–
– No, hasta el año pasado tenía a Hazel la hermana de Amber, ella no comprendía que no quisiera salir para estar con mi padre que estaba ingresado, cuando falleció, no comprendía mi dolor, así que se alejó… Como hacen todos al final–comenté con amargura recordando aquellos malos meses
– ¿Ese comentario también es por tu ex?–cuestionó haciendo que lo mirase, asentí en silencio, el recuerdo de Ian vino a mi tan fuerte que sentí un leve pinchazo en la cabeza– Cuéntame sobre él–
– No voy a contarte más sobre mi vida, cuando apenas sé algo sobre ti–me negué cruzándome de brazos
– ¿Qué quieres saber?–me quede en silencio, había tantas preguntas que podía hacer
– ¿Sabes con quién te engaño Amanda?–se puso algo tenso, suspiro levantándose, guardo sus manos en los bolsillos mientras se acercaba a mí
– Fue con Henry–mis ojos se abrieron de la sorpresa
– ¿Con tu hermano?–cuestioné a lo que él sonrió con amargura, mirando fuera
– Era uno de los motivos por el que pase años sin volver a casa–
– ¿Y el otro?–
– Grace, a los dos meses de divorciarse de mi madre, la convirtió en su esposa, me entere de la infidelidad a la vez que de la boda, me marche a estudiar a Inglaterra–nos quedamos en silencio, le miré con pesar
– Siento por lo que has pasado–
– No te preocupes, es algo que supere por completo–asentí contemplándolo, se veía sumamente atractivo con la luz del sol dándole en el rostro
– A todo esto ¿Cuántos años tienes?–cuestione intentando aligerar el ambiente, comenzó a reír levemente
– Curioso, somos novios, pero no sabes mi edad–comentó haciendo que riera junto a él– Tengo 30–me miro de forma cariñosa, sentí un fuerte latido en el pecho– ¿Me contaras sobre tu exnovio?–suspiré desviando la mirada hacia mi cama, tenía que destruir el momento con esa pregunta
– Llevábamos varios años de relación, nos conocimos en una fiesta, él estudiaba medicina, todo iba muy bien, hasta que se fue a hacer la residencia a Nueva York, sus llamadas cada vez eran menos, al igual que sus mensajes, hasta que simplemente un día no hubo nada–me quede callada sintiendo como mi pecho se oprimía al recordar el dolor que sentía– Cuando mi padre murió, lo llame con la esperanza de que me contestara… Así fue, pero en lugar de hacerlo él, lo hizo una mujer, si ese día ya estaba destrozada, aquello me dejo peor–
– Ese imbécil no te merecía–susurró acariciando mi mejilla con delicadeza
– Aquel día comprendí una cosa sobre mi vida–comenté mirando fijamente a la pared
– ¿Qué cosa?–
– Que todo al que quiero, me abandona de alguna forma, que mi destino es estar sola–mi voz salió algo rota, me dolía ese pensamiento, pero sabía que era cierto
– No es verdad, eres joven tienes 27 años solamente, el amor llegara en cualquier momento, cuando menos lo esperes, además tienes a Aiden a tu lado–
– ¿No es verdad?–cuestioné mirándolo con una sonrisa triste– Mi madre la mujer que me dio la vida me abandono porque nunca pudo quererme, mi padre murió, sé que él no lo deseaba, que era algo fuera de su control, pero se fue, y Aiden… Tiene casi dieciocho años, no estará toda la vida conmigo, debe vivir la suya–a estas alturas mis ojos escocían, mi pecho dolía como el infierno
– Tu hermano jamás te abandonara–comentó limpiando una de las muchas lágrimas que se habían aventurado a salir
– Lo sé y me siento egoísta por ello, él debe vivir, experimentar, disfrutar de su juventud, por eso cuando llegue el momento, seré yo la que se aleje–
– ¿Qué quieres decir con eso?–cuestionó colocando su mano en mi mentón haciendo que lo mirase, en sus ojos había preocupación
– No voy a suicidarme si es lo que estás pensando–pareció suspirar con alivio, sonreí algo enternecida– Solo hablo de separarnos un poco–
– Comprendo, pero Erin el amor–
– No se hizo para mí, nadie puede quererme–dije interrumpiéndolo– ¿Quién podría?, Si ni mi propia madre pudo hacerlo–suspiré limpiando mi rostro mientras me alejaba de la ventana
– Yo lo hago–me quedé estática ante esas palabras, me giré mirándolo impresionada, tenía el rostro serio, sus ojos tenían aquel brillo, suspiró acercándose a mí– Yo te quiero.
Ambos nos mirábamos en silencio, sus palabras hacía eco en mi cabeza, era ilógico lo que decía, pero la determinación con la que lo había dicho, su rostro serio sin rastro alguno de burla o diversión– No tiene sentido, Archie, nos conocimos hace unos días, no puedes quererme–– Te conozco desde hace tres años–mis ojos se agrandaron de la sorpresa, lo miré aún más confundida, suspiró acercándose a mí, me cogió por los brazos llevándome hacia la cama donde me sentó, comenzó a caminar de un lado a otro nervioso, pasaba su mano por el rostro– ¿Cómo es eso posible?–se detuvo de golpe ante mi pregunta, soltó un largo suspiro– Hace tres años volví a Chicago, las cosas con Henry estaban bien, así que mi padre aprovecho para pedirme que le diera un
No sabía que contestar, mi debate interno seguía luchando porque una de las partes ganase, me sobresalte al sentir sus dedos en mi rostro, mire sus ojos verdes quedándome atrapada en ellos– Te doy una oportunidad–fue casi un susurro, una amplia sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro, en un rápido movimiento unió nuestros labiosCerré los ojos moviéndome al compás suyo, el beso era lento, pero podía sentir como intentaba descargar en él sus sentimientos, mi estómago era una verdadera bandada de pájaros, tenía la sensación de que sus labios se amoldaban perfectamente a los míos, me aferre más a su cuello al sentir su lengua tocar mis labios, como si pidiera permiso, abrí más la boca permitiendo que se adueñara por completo de esta, sus brazos me estrechaban con fuerza como si temiera que escapase en cualquier moment
Movía mi pierna de forma frenética, no paraba de contemplar el reloj, sentía como a cada minuto que pasaba mi garganta se iba secando y mis manos comenzaban a sudar, estaba nerviosa jodidamente nerviosa, faltaban escasos diez minutos para que la jornada laboral terminase y diera comienzo a la cita.Suspiré levantándome de la silla, agarré mi bolso, prácticamente corrí hacia el servicio, una vez allí y de asegurarme que no había nadie, me miré al espejo, mi cabello estaba algo despeinado, de mi bolso saqué un cepillo comenzando a pasarlo por mi cabello, miré mi atuendo un jean blanco ajustado, una camiseta de tirantes negro, en la silla reposaba mi americana, volví a suspirar, era sencillo, pero tampoco tenía idea de donde me llevaría, solo dijo: es especial, no te preocupes por la ropa.Una vez que retoqué mi maquillaje, volví a mirar mi reloj,
Pov Archie Contemplaba como se mecían sus cabellos a la brisa nocturna, era hermosa, sin lugar a duda, estaba apoyada en la barandilla del balcón mirando las luces de la ciudad, la cena había sido un éxito total, cada vez me sentía más cerca de poder ganarme su corazón.– Esta vista es increíble, lo contemplaría siempre–comentó dándose la vuelta, colocó su cabello a un lado, algunos mechones seguían danzando al viento, iba a decir algo, pero una fuerte lluvia comenzó a caer sobre nosotros, rápidamente entramos– El impredecible clima de Chicago–dije haciendo que comenzara a reír, me quedé callado observándolaMe acerqué acortando todas las distancias, me incline un poco sobre ella, su respiración chocaba contra mi rostro, el aroma de su perfume llego a mis fosas nasales, era l
Pov Erin Esa simple pregunta había hecho que mi pulso se acelerase, los nervios me invadieron, mis manos sudaban un poco, era completamente ilógico lo que él me hacía sentir, hacía tan poco que nos conocíamos. Pero aquí estoy completamente perdida en su mirada, sintiendo una fuerte necesidad de que sus labios se posen sobre los míos y me haga sentir volar como siempre hacía.Él se había encargado de romper a puñetazos aquel muro que intentaba construir en mi corazón para no volver a sufrir, cada caricia suya, cada beso, una sonrisa, sus palabras, eso y más era como un buen derechazo a mi corazón.¿Cómo era posible que me sintiera enamorada?, ¿Cuánto tarda uno en enamorarse?, ¿me sucedió lo mismo con Ian?, no lo recuerdo a decir verdad, pero lo que sentía por Archie… Era más fuert
Miraba la puerta de su despacho con preocupación, llevaba unos días en los que estaba irritado, ausente, alejado, apenas habíamos podido hablar, las ideas que pasaban por mi cabeza eran infinitas, pero todas ellas tenían algo en común, y era que él me dejaba destrozándome el corazón, desechaba esa idea constantemente, pero seguía ahí, como algo que pinchaba mi cabeza a cada segundo, era insegura, pero nadie podía culparme después de todo lo que sucede en mi vida.Suspiré volviendo mi atención a mi trabajo, seguro me preocupaba de más, cuando él quisiera me diría que sucedía. Esas palabras me las repetía varias veces, una mano se posó en mi hombro sobresaltándome, levante la cabeza viendo a su secretaria– Quiere verte–asentí poniéndome de pie, en silencio ambas fuimos hacia la puerta, ella se sent&o
Miraba con una sonrisa el mensaje de cumpleaños que Archie me había mandado, al salir de mi habitación un olor dulce me envolvió, mi sonrisa ahora era nostálgica, sabia de sobra que al bajar y entrar en la cocina, no será él quien estuviera cocinando mi desayuno favorito, cerré los ojos al sentir mis lágrimas agolparse, mi pecho ardía, limpie las que había conseguido escapar. Respire hondo comenzando a bajar las escaleras.– Buenos días–saludé haciendo que diera un bote y un pequeño grito se le escapara, comencé a reír ante eso– No tiene gracias, ¿Sabes? Te has quedado sin desayuno de cumpleaños–dijo mirándome con malicia, puse una cara triste acercándome a él– No podría hacerte eso–me abrazo dándome un beso en la frente– Feliz cumpleaños–Despu&eac
El ambiente era tenso, su mirada era fría, con tintes de desdén mal disimulado, dejo la taza encima de la mesa sin dejar de mirarme, suspiré algo exasperada por su mirada y el silencio– ¿Puedo saber qué haces aquí?–cuestioné con curiosidad, una sonrisa algo arrogante se formó en sus finos labios– Hablar, pero a solas–dijo mirando detrás de mí, me giré viendo a mi hermano, me miró indeciso, asentí con una pequeña sonrisa, no muy convencido se marchó– Ahora que estamos a solas, tú dirás–– ¿Cuánto quieres?–– No comprendo esa pregunta–una leve risa escapo de sus labios, se puso de pie, en silencio recorría todo el salón, sus tacones de aguja resonaban, de repente paro cerca de mí, sus fríos ojos azules me miraron– &i