El corazón de Daphne se saltó un latido y su boca se secó de forma abrupta, estaban tan cerca que podía sentir la suavidad de un oscuro mechón de cabello rebelde que se deslizaba por su mejilla.
Su mente se nublo y por un instante solo logró concentrar su mirada en el océano azul vibrante en los ojos de Dorian.
Pero un destello de dientes color perla, expuestos en una sonrisa lobuna le indicó que había caído en la trampa. Al parecer, él también podía jugar sus juegos imponiendo sus propias reglas.
—Muy bien señor guapetón, ya entendí—contestó ella levantando las manos en el aire-ahora se que tu tambien puedes jugar con fuego y en verdad te sienta
Los ojos de Dorian se volvían brillantes mientras intentaba continuar con su historia."—No fué culpa de Elena, tampoco de Jakob, todo fue mi culpa por no tener el coraje o valor para decirle que la amaba y quería que fuéramos más que solo amigos con derecho.Pero nunca hice eso y tuve que verlos juntos, enamorándose cada día más; pero aún así Elena seguía visitando mi cama, por lo que tenía una leve esperanza de que las cosas cambiarán, no pude estar más equivocado.Jakob se recibió antes que yo y comenzó a ganar mucho dinero, el cual utilizó para llevarse a vivir con él a Elena.No tardó en dejar de visitarme, poco tie
Su respiración era irregular, su palpitante corazón frenético en medio de su pecho cantaba su propia canción mientras el acariciaba la suave piel con la yema de sus dedos trazando un mapa invisible que guiaba el camino desde la cintura baja hasta el fino cuello.Un bajo gemido fue arrancado de los labios de ella, el detonante e invitación que Dorian necesitaba.Hambre y ferocidad en sus ojos al tiempo que comenzó a besar su hombro, con deleite animal recorrió el camino hacia su clavícula escalando por su cuello,un destino claro en mente.—Elena—susurró él, una súplica atada a suspiros mientras reclamaba su boca.Co
—No lo sé Daphne—dijo finalmente Dorian observando la hoja colocada sobre la mesa mientras torcía su boca.—Vamos guapetón, no te volveré a besar solo será un paseo tomados de las manos—contestó ella desde su lugar frente a él.Habían pasado ya dos horas desde que Dorian salió del dormitorio, guiado por el embriagador aroma de los pancakes ; dos horas en las que ella había desarrollado un plan para su primera salida en público.La cita iba a ser en el parque de las rosas, un amplio lugar donde los amantes y parejas solían ir con la intención de perderse entre los laberínticos pasajes de rosa, en el centro del lugar se erguía una hermosa fuente con
Daphne de 13 años:El olor a cigarrillos y alcohol mezclados con el pútrido aroma a humedad llenaron sus fosas nasales, aún así el sentimiento de asco no la alcanzó. Ya estaba acostumbrada después de todo.—Maldita cerda asquerosa, ¡Te dije que eran los cigarrillos simples!—gritaba su madre mientras abofeteaba el rostro de Daphne con fuerza.Había cometido un error estúpido, confundió el tipo de cigarrillos que acostumbraba a fumar su madre con los de su padrastro.—Lo lamento mamá, no volverá a pasar te lo prometo—susurró la niña de trece años cuya mejilla comenzaba a tornar
Las manos sudorosas de Dorian eran la única señal visible de nerviosismo y pánico, mientras tanto, en su interior un fuerte torbellino de emociones se desataban.Unos pasos por delante de él, la sensual silueta de Elena se mecía entre las rosas vistiendo un vestido blanco hueso que parecía haber sido dibujado sobre su propia piel.«Vamos Daphne por favor ¿Dónde estás?» suplicó él en silencio, pero ella aún no aparecía.Lo cual era de esperarse, después de todo el tenía que cumplir la primera parte del plan antes de que ella se hiciera presente.Pero Dorian no podía mover un solo músculo
Elena era alta y extremadamente delgada, su cabello era de un color rubio como el oro, de ojos verdes y rostro armónico.Daphne podría haberla confundido con un ángel vestida en aquel precioso vestido de novia, pero algo en ella la inquietaba. Quizás era el hecho de que la ignoraba completamente o que observaba a Dorian como si fuera un bocadillo.—¿Cómo estás bombón? Hace mucho que no te veía. Estas muy guapo—dijo la empalagosa voz de Elena haciendo caer delicadamente sus ojos hacia el.«Vamos Daphne recuerda que te pagan muy bien por esto, solo aguanta un poco más y no le partas la cara» se susurró a sí misma ella mientras observaba la situación.
Dorian de 7 años:La tormenta rugía con fuerza fuera de la ventana atrapando pequeñas hojas secas en sus feroces corrientes de ventisca.El niño cuyos ojos eran de un vívido azul dibujaba sentado en una pequeña mesa junto a esa ventana en su cuarto; la luz en su cuarto estaba apagada, pero la tenue iluminación grisácea que se filtraba le eran suficientes para ver.Se suponía que debía estar durmiendo la siesta, pero a Dorian le aterraba las tormentas y le resultaba imposible dormir, con el correr del tiempo había aprendido a distraerse enfocando su atención en otras cosas.—¡Es tu culpa! Te dije que no gastaras n
La garganta de Dorian quemaba y raspaba, cada vez que intentaba tragar.Cuando por fin logró escapar del mundo de los sueños, tardó unos segundos en entender dónde estaba y que ocurría.Sus ojos azules como zafiros estaban empañados por un miedo salvaje, al tiempo que recorría la habitación con una mirada frenética.—¡Dorian!—gritó la sensual voz de una mujer a su lado atrayendo su atención.Girando levemente su rostro en dirección al llamado, encontró a Daphne vistiendo un pijama de encaje blanco que le rozaba los muslos.Aunque su ves