—No lo sé Daphne—dijo finalmente Dorian observando la hoja colocada sobre la mesa mientras torcía su boca.
—Vamos guapetón, no te volveré a besar solo será un paseo tomados de las manos—contestó ella desde su lugar frente a él.
Habían pasado ya dos horas desde que Dorian salió del dormitorio, guiado por el embriagador aroma de los pancakes ; dos horas en las que ella había desarrollado un plan para su primera salida en público.
La cita iba a ser en el parque de las rosas, un amplio lugar donde los amantes y parejas solían ir con la intención de perderse entre los laberínticos pasajes de rosa, en el centro del lugar se erguía una hermosa fuente con
Daphne de 13 años:El olor a cigarrillos y alcohol mezclados con el pútrido aroma a humedad llenaron sus fosas nasales, aún así el sentimiento de asco no la alcanzó. Ya estaba acostumbrada después de todo.—Maldita cerda asquerosa, ¡Te dije que eran los cigarrillos simples!—gritaba su madre mientras abofeteaba el rostro de Daphne con fuerza.Había cometido un error estúpido, confundió el tipo de cigarrillos que acostumbraba a fumar su madre con los de su padrastro.—Lo lamento mamá, no volverá a pasar te lo prometo—susurró la niña de trece años cuya mejilla comenzaba a tornar
Las manos sudorosas de Dorian eran la única señal visible de nerviosismo y pánico, mientras tanto, en su interior un fuerte torbellino de emociones se desataban.Unos pasos por delante de él, la sensual silueta de Elena se mecía entre las rosas vistiendo un vestido blanco hueso que parecía haber sido dibujado sobre su propia piel.«Vamos Daphne por favor ¿Dónde estás?» suplicó él en silencio, pero ella aún no aparecía.Lo cual era de esperarse, después de todo el tenía que cumplir la primera parte del plan antes de que ella se hiciera presente.Pero Dorian no podía mover un solo músculo
Elena era alta y extremadamente delgada, su cabello era de un color rubio como el oro, de ojos verdes y rostro armónico.Daphne podría haberla confundido con un ángel vestida en aquel precioso vestido de novia, pero algo en ella la inquietaba. Quizás era el hecho de que la ignoraba completamente o que observaba a Dorian como si fuera un bocadillo.—¿Cómo estás bombón? Hace mucho que no te veía. Estas muy guapo—dijo la empalagosa voz de Elena haciendo caer delicadamente sus ojos hacia el.«Vamos Daphne recuerda que te pagan muy bien por esto, solo aguanta un poco más y no le partas la cara» se susurró a sí misma ella mientras observaba la situación.
Dorian de 7 años:La tormenta rugía con fuerza fuera de la ventana atrapando pequeñas hojas secas en sus feroces corrientes de ventisca.El niño cuyos ojos eran de un vívido azul dibujaba sentado en una pequeña mesa junto a esa ventana en su cuarto; la luz en su cuarto estaba apagada, pero la tenue iluminación grisácea que se filtraba le eran suficientes para ver.Se suponía que debía estar durmiendo la siesta, pero a Dorian le aterraba las tormentas y le resultaba imposible dormir, con el correr del tiempo había aprendido a distraerse enfocando su atención en otras cosas.—¡Es tu culpa! Te dije que no gastaras n
La garganta de Dorian quemaba y raspaba, cada vez que intentaba tragar.Cuando por fin logró escapar del mundo de los sueños, tardó unos segundos en entender dónde estaba y que ocurría.Sus ojos azules como zafiros estaban empañados por un miedo salvaje, al tiempo que recorría la habitación con una mirada frenética.—¡Dorian!—gritó la sensual voz de una mujer a su lado atrayendo su atención.Girando levemente su rostro en dirección al llamado, encontró a Daphne vistiendo un pijama de encaje blanco que le rozaba los muslos.Aunque su ves
El suave y cálido rayo de sol que logró escurrirse a través a la ventana, beso la clara piel de Daphne en un saludo vespertino.Cuando sus oscuros ojos enfocaron la elegante habitación, notaron un claro detalle. Ella se encontraba de espaldas a Dorian, ya no lo abrazaba ella a él, en realidad eran los fuertes brazos del atractivo joven los que la rodeaban impidiéndole salir de la cama.Aquello hizo tensar a la muchacha por completo, quien no dormía en brazos de nadie desde…Daphne alejó el pensamiento por completo de su mente, lo último que necesitaba en aquel momento era darse lastima a sí misma por un "romance fallido".Cómo pudo,
Cuando Dorian salió finalmente del lugar, la actitud de Margarita cambió de forma abrupta. Algo que Daphne ya había previsto.La anciana mujer se cruzó de brazos y la enfrentó, con una mirada severa en sus ojos grises.—¿A qué juegas con Dorian?—gruñó la mujer.El rostro de Daphne no se inmutó ante la frivola acusación de la mujer, sin embargo ella entendía su preocupación.—No juego a nada con él, simplemente me pareció que necesita una amiga… sin ofender—contestó Daphne tomando lugar en la mesa de la cocina.Al o&i
Daphne detuvo la motocicleta frente al destartalado edificio, cuya pintura saltada y paredes resquebrajadas, le otorgaban un aspecto bastante lúgubre.Sin embargo, aquel lugar era su hogar. Fue el primer refugio donde pudo hacer amigos y dejar atrás el dolor que tanto le pesaba.Ella dejó la moto en la entrada e ingresó al edificio el cual se encontraba sumido en un total silencio; al parecer no había nadie husmeando y holgazaneando por los rincones, lo cual era buena señal. De seguro el humor de Rico, el dueño y fundador de aquella agencia, sería muy bueno.La hermosa mujer no apartó el objetivo de su mente, y correteó escaleras arriba, donde las habitaciones de los agentes permanecían enfrentadas