ChristianSentí que el mundo se me vino encima en cuanto las miradas de mi madre y Cecilia cruzaron con la mía y, a pesar de eso, quedé frente a Alma como si la defendiera de algo. Sabía que quizá si les explicaba la situación ellas podrían comprenderlo aun cuando estuvieran en contra, me sugerirían que sacara a Alma de la iglesia o que pidiera traslado… Tenía tantos panoramas en mi cabeza que no sabía cuál era el peor de todos, pero bien me lo advirtieron Claude, Enrique y Monteiro, si haría esto debía afrontar las consecuencias que vinieran y si no me acobardé ante las pruebas tan difíciles que ellos y Dios colocaron en mi camino, tampoco lo haría ahora.—¿Qué hacían juntos en el baño? —inquirió mi madre.—Una coincidencia bastante incómoda —respondí rápidamente, aunque su inquisitiva mirada me dio a entender que no me creía. —La mucama estaba limpiando el baño y me sugirió que viniera a este, solo que no sabía que tenía doble entrada y Alma ingresó por la otra.—Creo que deberías s
Christian La solté recibiendo una bofetada de su parte al darle un segundo de ventaja que supo aprovechar, pero eso solo incrementó mi cólera y de paso mi éxtasis, y sin más, arrebaté su boca apoderándome completamente de ella, volvió a morderme siendo esta vez más fuerte que en el baño y sonreí malvado, lascivo. —Necesitarás mucho más que eso para librarte de mí. —Jamás me tendrás a tus pies. —Ya lo estuviste y lo seguirás estando las veces que me dé la puta gana, Alma Montenegro. No hubo amor, no hubo cuidado, no hubo cariño, forcejeaba por apoderarme de ella tanto como ella lo hacía para quitarme de encima, pero no soportaba más, mis ganas galopaban vibrantes exigiéndome una cosa: tomarla. Levanté su blusa saboreando su abdomen a la vez que ella empujaba con todas sus fuerzas mis hombros, continué mi camino hasta el brasier el cual abrí al tener el broche en frente liberando su agrandado pecho producto de la errática respiración y me apoderé de sus senos como jamás lo hice en
Días después Pablo Pese a no tener motivos aparentes; siempre sentí un enorme peso en mi familia, entre ver el arduo trabajo de mi hermano Juan Carlos en la hacienda Montenegro a la vez que estudiaba y luego hacerse con el puesto de capataz en cuanto obtuvo la oportunidad, que mi hermano Christian se marchara a la capital para seguir su sueño y además lograr viajar al extranjero (lo que es toda hazaña), y eso sin mencionar el esfuerzo que siempre dieron mis padres por mantener su familia unida asegurándose que a sus hijos no les faltase nada, son las cosas que me inspiraron y a su vez hicieron una carga en mi vida. En realidad, nunca sentí que lograra tanto como ellos y tampoco sabía qué hacer con mi vida excepto enorgullecerlos, un logro que (en veinticinco años de vida) no había podido conseguir. Por tal razón siempre me esmeré en ocupar los primeros puestos en el colegio y en la adolescencia comencé a trabajar en el mercado cargando bultos, más que el dinero, era por la meta que
Christian Me era imposible quitarme de la cabeza lo hablado con Mariela, lo despectivo en sus expresiones al “explicarme” que Manuel se casaría con Alma sin importarle nada me hizo recordar a Francisca, prácticamente las dos estaban cortadas con la misma tijera oxidada. Asimismo, pude percatarme que su trato y la forma de hablarme eran despreciables aun cuando me mantuve a la altura en todo momento, pero no lo hacía solo como si fuese su putrefacto narcisismo hablando, sino que también se sentía personal, un viejo rencor, lo que no me hizo sentido ya que nunca he tenido trato alguno con su familia al igual que mis padres y hermanos, a excepción de Juan Carlos, pero creo que él solo habría tratado con Pedro por cuestiones laborales y en la niñez cuando Juanca, Manuel y Raúl eran mejores amigos. Lo peor de todo fue cuando opté por finalizar la reunión con una ridícula excusa, pues ya no soportaba escuchar un minuto más su arrogancia exigiéndome ser partícipe de semejante barbarie con
Pablo Me sorprendió la naturalidad con la que se desenvolvió mi hermano con Ana, hasta parecía su propia hija con el cariño que ella desprendía hacia él… quizás mi madre tenga razón al decir que Chris habría sido un excelente padre de no ser por el camino que escogió. —¿De qué querías hablar? —Quiero disculparme por cómo reaccioné, no es fácil para mí toda esta situación y verte actuar como si fueras mi padre me chocó un poco. —¿Solo un poco? —preguntó inquisitivo recordándome a mamá. —Bastante, pero sé que no lo hiciste con mala intención, es solo que quiero ganarme las cosas por mí mismo. —Por mi parte el asunto está olvidado, así que puedes estar tranquilo. Mejor dime qué te dijo Cecilia. —Me hizo una propuesta laboral y tengo hasta mañana para decidir. —¿Y qué harás? —No lo sé, quiero aceptar, pero no sé si sea buena idea trabajar en el mismo lugar que nuestro padre. —¿Quieres mi opinión o solo necesitas que te escuche? —Dámela, igual no estoy seguro de nada. —El hecho
Dos semanas despuésJuan CarlosEran cerca de las cinco de la tarde cuando por fin terminé de trabajar, revisé mis mensajes encontrando uno de Carolina para vernos mañana, pero lo ignoré por completo al encontrar otro de Lucía el cual no tardé en contestar, acordamos vernos en media hora para ir a comer y me alisté rápidamente saliendo después a su casa donde la recogería en el punto de siempre.Desde hace varios años me he vanagloriado por mi fama de conquistador, especialmente, porque nunca me he enamorado. Hasta ahora mi conquista más duradera sin interrupciones ha sido Carolina, una aventura que surgió después de coincidir en un concierto en la capital, la música nos acompañó, los tragos se nos subieron a la cabeza y el calor incrementó terminando en una increíble noche.Claro que siempre fui sincero respecto a mis sentimientos, pero lastimosamente ella desde hace unos meses ha insistido en que tengamos una relación formal cuando no quiero, es una mujer muy divertida, la pasamos e
Juan Carlos—Creo que cualquiera es capaz de crear chismes, pero no mi familia.Obvio él no mentía, Pablo y Christian jamás fueron hombres que soltaran una mentira ni mucho menos se atreverían a jugar con algo tan delicado, pero me negaba a creer sus palabras.—Yo mismo escuché a Mariela discutir el asunto con Pedro y este a su vez se lo contó a Cecilia, estaba desesperado porque no quería someter a su hija a un matrimonio arreglado, pero Mariela está decidida en casarla cuanto antes.—¿Y cómo no le pesó hacerlo con Manuel?—Según me explicó Cecilia, la unión de ellos sería por unos años al estar bajo contrato y después serían libres de divorciarse o continuar casados —la impotencia me ganaba sin saber el porqué. —pero eso no quiere decir que Mariela no quiera que él siga casado con Alma o que “necesite” casar a su hija con un terrateniente.Creo que alguien se apiadó de mí al permitirme llegar rápido a casa de mis padres, dejé a Pablo y me fui al estanque, el único lugar donde siempr
Alma —Explícame otra vez cómo terminamos en esto —preguntó Chris viendo pasmado la misma escena que yo. —Le dijiste a Mariana que cuidarías de sus hijas porque al parecer le demostraste que eras excelente con los niños, además de sugerirle irse de viaje con mi hermano para revivir la llama. —Bien… ¿y no se suponía que Yaileth te obedecía en todo? —No, Mariana dijo que Yayi es apegada a mí, lo que es verdad, pero no quiere decir que me obedezca siempre. —Comprendo… De saber que la iglesia terminaría en un completo desastre, muchos documentos importantes rayados con crayolas y lápices de colores, una redecoración gratuita en las paredes del despacho y la casa parroquial, dos noches sin poder dormir bien y mil películas de princesas, creo que le habría sugerido a Mariana contratar a un dóberman para cuidar a sus hijas… (…) Iglesia de Andalucía – Tres días antes. 8:35 a.m. Christian Me encontraba abriendo el despacho tras abrir las puertas de la iglesia cuando Mariana va llegan