AlmaSu lengua de fuego incendiaba la mía dejando una fuerte mordida en mi labio y descendió por mi cuello apoderándose de este, sus manos presionaban más mis muñecas y se deslizaba por la otra mitad de mi muslo estrujándolo hasta sacarme un ahogado gemido suplicante por más. Esta vez mis oraciones no serían a Dios sino a Lucifer y todo para que nos diera la oportunidad de disfrutar lo que tanto hemos contenido, lo que apenas y logramos liberar en el confesionario la última vez.Sin darme tiempo a nada se levanta con la sombra en sus ojos y de un tiro me lleva a rastras hasta su habitación, no dije nada y tampoco reclamé por el dolor que sentía en mi muñeca por su agarre. Nos adentramos asegurando la puerta y mira a su alrededor, posa la vista en el espejo mirando mi reflejo cual demonio y me deja al borde de la cama donde me da un empujón haciéndome caer. Rápidamente busca algo en su maleta, parece meditarlo unos segundos y regresa con una cuerda para después hacerme girar quedando b
Christian—¿Qué pasó? —pregunté, tratando de mantener la compostura.—Tú sabes tan bien como yo que hay límites para todo Christian, pero desgraciadamente tu feligresa escudriñó donde no debía y esto no puedo dejarlo pasar por alto —Monteiro se acerca quedando junto a ellos y al verlo de frente sin prenda alguna bajo la bata compruebo mi sospecha.Se supone que nada de esto debía ocurrir, por algo él y yo acordamos mantenernos en nuestros límites para evitar que ella se enterara de algo, pero ahora necesitaba saber más.—Alma, ¿qué viste?Me encaminé hasta ella quien estaba nerviosa, hasta perdida, y no es para menos considerando cómo la sujetaban. Le di una señal a Josh para que la soltara y tomé las manos de ella tratando de tranquilizarla.—Alma, necesito que me digas lo que viste, es importante que lo hagas —pronuncié suavemente.—Yo… solo fui a la cocina por agua y escuché un ruido, llamé varias veces y al no recibir respuesta seguí el sonido al sótano y vi a Nilo de rodillas… él
ChristianDesperté con un fuerte dolor en la espalda y el sol iluminando mi cara, Monteiro se acerca entregándome un vaso de agua y medicamento el cual tomo enseguida, pero la ausencia de ella me hace sentarme con ayuda de él.—¿Dónde está?—En su habitación duchándose, ha hecho mucho calor y se ha movido bastante hoy con todo lo que nos ha ayudado —me fijé en el reloj que ya eran las dos de la tarde. —Por lo visto esta vez te dio fuerte, aunque soportaste mucho.—Sí, intenté no desmayarme, pero al final no pude más.—Lo sé, ella quedó preocupada pensando que había sido por los golpes. ¿Por qué no se lo has dicho? —esquivé la mirada con cierta vergüenza.—No quiero afectarla en nada y más porque ella conoce al involucrado —lo miré más firme. —¿Le contaste algo?—Solo un poco de mis sombras y lo vivido en Roma, pero no di detalles, aunque sí me sorprendió que le contaras de Enrique.—Nunca le hablé de Enrique —respondí con el ceño fruncido.—Bueno, de alguna forma sabe de él, me pregun
AlmaCreo que a partir de ahora le prenderé una vela a cada santo porque creí que en ese momento Christian me haría pasar un suplicio por lo ocurrido, por suerte en ese instante llegó Emilio con el almuerzo de los tres permitiéndome recuperar el aire y la fortaleza para ver a Chris mientras usaba a ese niño de escudo humano, ya que la sombra proveniente de sus ojos me hizo crear mil panoramas nada agradables… o eso creo… En serio que mi sucia consciencia y yo a veces pareciéramos no tener límites.De igual forma ese día nos ocupamos con tanto trabajo que no tuvimos un espacio para hablar y menos porque Emilio estuvo cerca todo el tiempo, incluso en la noche creí que me diría algo y hasta quise quedarme para aclarar la situación, pero él nos pidió que nos fuésemos más temprano y que al día siguiente no nos presentáramos porque estaría en varias videoconferencias, aunque el semblante que tenía me dejó sumamente inquieta.En todas estas horas transcurridas no tuve cabeza para nada que no
Una semana despuésAlmaLos últimos días han estado bastante movidos en la iglesia con las preparaciones de algunos bautizos, la inscripción para la primera comunión de varios niños (cuyas madres han estado muy contentas dándole cuerda a Christian para que les dé su atención y él, con su inocente actitud, les sonríe a todas mientras yo batallo para tomar los datos), pero lo que más agotada me ha tenido han sido los preparativos de la boda de mi hermano, ya que Karina me pidió que fuese su dama de honor junto a Mariana al no tener amigas de confianza y tampoco quería darle un papel tan importante a las odiosas de sus primas.Así, llegado el gran día, todos nos preparamos desde temprano en la mañana, Karina se quedó en casa de mi hermano Raúl donde la arreglarían junto a Mariana y a mí, pero en mi caso debía estar lista más temprano para salir rápidamente a la iglesia y asegurarme de que todo estuviera a la perfección, además que allá tenía mi vestido.Sin embargo, se me hizo extraño qu
ChristianEs increíble que decidiera hacer semejante locura y más después de tantos años sin bailar (aunque en aquel entonces fue por otras cuestiones de las cuales responsabilizo en su totalidad a Enrique.... o bueno, no en su totalidad, ya que yo también eran un tonto joven ingenuo), no obstante, quizá deba darle algo a Cecilia como agradecimiento por el momento tan maravilloso que me dio con Alma, aun cuando fuese amenazado por ambas. Es cierto que en principio estaba furioso al encontrarla besándose con Manuel cuando se supone que habían aclarado todo, lo peor era que justo antes de eso estaba decidido a abordarla en el baño al escuchar cómo golpeó cuando tuvo su orgasmo, anhelaba sentirla, pero el beso entre ellos me amargó por completo y no quise quedarme un segundo más a seguir viendo la escena.Sin embargo, el baile que tuvimos es algo que jamás olvidaré y menos, porque ella me hizo olvidarlo todo con la felicidad que me daba al verla tan decidida a someterme como antes, solo
Christian —¡Alma, espera! —gritamos Raúl y yo al unísono evitando que diera un paso, todos quedaron sorprendidos y Raúl con un dejo extra de extrañeza, pero me enfoqué en lo más importante. —Alma, sea lo que sea que haya ocurrido entre ustedes es evidente que no está resuelto, así como tampoco es justo lo que quieren hacer contigo, pero este tampoco es el momento de hacer un escándalo. —Él tiene razón —intervino Raúl con firmeza. —No dudaría en que quisieras abofetearlos y gritarle sus verdades a nuestra madre, pero al menos piensa en Karina, esta también es su boda y no se merece que le arruines un día tan importante. —Es cierto Alma —habló Mariana esta vez. —sabes lo entusiasmada que Karina estaba porque llegara este día, mejor esperemos a que regresen de la luna de miel, igual estoy segura que es ahí cuando Francisco te buscará y podrás decirle lo que quieras. Alma estaba muy conflictuada por la situación, parecía un toro enjaulado provocando que despertaran mis ganas de abraz
Alma Nos fuimos a pie hasta la casa de los Valencia hablando de lo ocurrido en la boda, Cecilia no hacía más que resaltar cuán felices se veían los novios, recordamos también la boda de mi hermano y Mariana y el baile que tuvimos Chris y yo, lo que me tenía avergonzada a más no poder por sus ocurrencias. —¿Te das cuenta que hablamos de un sacerdote? —Di lo que quieras, pero las dos sabemos que le tienes bien echado el ojo y la verdad yo también se lo tendría, especialmente al verlo hacer ejercicio una vez. —¿De qué hablas? —¿Me dirás que nunca lo has visto hacer ejercicio aun cuando vives en el pueblo? —negué. Ni siquiera sabía que hacía ejercicio, aunque es lógico considerando el increíble cuerpo que tiene. —Bueno, te sugiero que salgas temprano en las mañanas y camines por la iglesia, suele dar varias vueltas y luego se queda en el gimnasio que está en el parque. —¿Cómo lo sabes? —pregunté perspicaz, pero ella levantó una ceja como si la respuesta se diera por sí sola. —Queri