—Dante que bueno que me llamaste, estoy bastante aburrida, lo que no entiendo es por qué vernos en este lugar, tan lejos.

   Dante y Dinorah estaban en una cama de motel, Dinorah era una morena exuberante, Dante la conocía desde sus años en la universidad, de sus amantes era la más fija, con ella tenía la confianza de llamarla y citarse, la otras conquistas de Dante eran más del tipo estamos en el mismo lugar aprovechemos, sin embargo, Dinorah estaba casada con una anciano millonario, no podía salir siempre que quisieran, por el día de hoy pudieron, Dinorah era absolutamente inmoral, incluso perversa, pero como Dante solo gozaba de su perversidad en la cama siempre le importó muy poco como llevaba su vida.

   —No estoy viviendo en Caracas, me estoy dedicando a mi hacienda.

   —Te ha hecho muy bien a tu físico be