Belinda vio a Dante junto a otros hombres trabajando una gran extensión de terreno, estaba sin camisa codo a codo con los hombres como un campesino más, se armó de valor para buscarlo a la vez que trató de mantener quieto su alocado corazón que insistía en acelerarse por él.
—Belinda… ¿Qué pasó algún problema? —preguntó Dante yendo hacía ella apenas la vio.
—No… “Belinda trata que no se te note lo loca que te pone este hombre”— Vengo a buscarte, veras Socorro piensa que te descuido —Belinda se excusó ante un sorprendido Dante, los otros hombres los observaban—… Así que vine a buscarte para que hoy nos tomemos la tarde libre y dejemos el trabajo en las capaces manos del personal de la hacienda, bueno si quieres.
Dante sonrió, y Belinda casi se derrite.
—Yo encantado, señores, como comprenderán no puedo despreciar la invitación de mi bella novia, sé que todos entien
—Aquí podemos comer —dijo Dante mientras buscaba la cesta, dejó a Belinda en un espacio plano debajo de un árbol que daba sombra y fue más cerca del rio, Belinda abrió la cesta y consiguió un amplio mantel, un envase con pollo frito, dos panes campesinos, en otro envase había ensalada, agua aun fría ya que el envase había sido congelado y como no, dos copas con una botella de vino, un frasco de dulce cabello de ángel y su traje de baño en este había una nota: Querida Belinda: Espero pases un tiempo de calidad con tu novio, necesitan momentos felices para recordar, si Dante es inteligente te llevara al rio, es delicioso ya lo conocí, al rio claro jajaja Diviértete, te quiero mucho JohanaP.D Me tomé la libertad de buscar tu traje de baño y traerlo esta mañana de contrabando, todo fue idea de Socorro, que
—Dante, cuando estuve en Caracas usaba solo la ropa que me compró mi hermana, jamás me sentí yo, era más una muñeca que vestían mi hermana y Elena, estaba en un ambiente bastante respetuoso en el hotel y el restaurante, pero las veces que debía ir a un centro comercial, solo lo soportaba si iba con ellas, ¿recuerdas el día que llegué a buscarte en la empresa y tu recogías tus cosas? —Claro que lo recuerdo, no quería verte y lidiar con tus acusaciones. —Tonto, yo jamás te creí culpable, pero bueno, la cosa es que mi intención no era buscarte, yo iba a un centro comercial, pero vi tu camioneta gigante y te busqué, luego hice una prueba, si yo era capaz de durar una hora sola en un centro comercial lleno de gente, no iría al convento, no aguanté ni 10 minutos, me dio un ataque de ansiedad y hasta se me durmió la cara y sudaba frio, regresé al hotel y lo supe, debía ser monja para tener paz en mi vida. —De habérmelo dicho, yo t
POCO MÁS DE 2 AÑOS ANTES DE LA ACTUALIDAD. Belinda estaba en la fiesta de la empresa de Dante y Pablo, Elena la había llevado a ella y a Brenda, ya había bailado con Dante, el muérgano estaba muy acaramelado con una morena de minifalda cuando llegaron, él muy orgulloso le dijo que era una amiga casada, Belinda ya había decidido no volver a bailar con Dante, temía que su hermana Brenda le dijera algo a Dante tal como <<no te metas con mi hermanita>>, sería capaz, Belinda fue a la barra de bebidas por agua, la morena exuberante, amiga casada de Dante la tropezó en la barra de bebidas con claras intenciones de derramar su bebida en el vestido de Belinda, afortunadamente Belinda vio sus intenciones un segundo antes y se apartó, después de todo ella creció en un orfanato, ella se sabía esas tretas infantiles y poco originales, las había visto infinidad de veces
—Es todo, Dante fui muy irresponsable al dejarme llevar por la curiosidad y dejar que se me fueran las cosas de las manos, me muero de vergüenza, fui yo quien debió detenerte y no tú quien se retirara, es obvio que tú solo jugabas, bueno sé que para un hombre hacer eso, es algo sin importancia, que lo hacen con cualquier mujer disponible y dispuesta, siendo tú un hombre de mundo, que prefieres a las mujeres experimentadas, lo menos que quieres es tener que lidiar con un ratón de orfanato como yo, así que debiste parar, y luego… —Monjita para un momento… Definitivamente seguía borracho, Belinda hablaba de lo que pasó en el rio, estaba roja y miraba al suelo, dando un discurso con mucha vergüenza. —No déjame terminar. Soy una tonta inexperta que solo te trae problemas y también, bueno…, según parece después que los hombres comienzan con eso y no pueden seguir se enferman o algo parecido, en fin, espero no te hayas e
—Está muy al tanto de lo que pasa en Paris, incluso más que yo, por eso me he mantenido al margen, si mi nombre figuraba, mis empleados de Paris estuvieran haciendo cualquier cosa menos trabajar en construcción. —Ganaste Martino, bien jugado capturaste la reina, pero si en algún punto tuviste mala racha pues se acabó, ahora podrás conquistar Europa. —No señor Larsson…, no dejaré a Belinda. —Ponle precio a todo lo que tienes en Venezuela, aparte del magnífico trabajo que te espera en Paris, vamos Martino tú no quieres a Belinda, ¿qué harás tú con ella?, sabes muy bien que la harás infeliz si te casas con ella, ella te exigirá fidelidad y religión, ella no es para este mundo corrupto, es etérea, su lugar feliz está en la iglesia, o con algún hombre bonachón que quiera dedicarse a ella y al cuidado del orfanato, acepta que ese no eres tú, siempre has tenido cabeza para los negocios, me sorprendió mucho que te vieras
En la madrugada Belinda, se despertó sobresaltada, miró el reloj de su teléfono celular, las 2:30 am fue a ver como seguía Dante, lo había dejado a las 11:30 pm, después de darle una pastilla y temperatura de 38grados, fue sin prender luces para no despertar a nadie, al estar dentro de la habitación de Dante encendió la luz, este estaba con la mirada desorbitada. —Dante ¿Te sientes bien? —Debo ir y hablar con Daniel —dijo en voz muy baja—, si negocio yo el precio, me darán muy poco… —Dante estás delirando, ay Dios mío, Virgen Santa ayúdame… Belinda buscó el termómetro, 41 grados marcó, su frente quemaba, Belinda no esperó más, corrió y buscó un paño y lo empapó con agua del grifo fría y se subió a la cama y comenzó a frotarle el pecho y los brazos muy rápido, la intención es que la fricción le activara la sudoración y bajara la temperatura del cuerpo.
Belinda conversaba por teléfono con María Mendoza. —Es horrible este virus, Dante pasó la tarde y toda la noche con fiebre alta y hasta deliraba, tuve mucho miedo de que llegara a convulsionar, ahora por fin descansa y por primera vez desde ayer bajó la fiebre. —Gracias a Dios a mi hacienda no ha llegado aún, pero todos hablan que el Dengue llegó con fuerza, Robert se está encargando de la fumigación apta para erradicar zancudos para toda la zona, también fumigaran en el orfanato, también se puso en contacto con un doctor que siempre va a mi hacienda por los empleados, él llevará un equipo de enfermeras pronto estarán llegando para atender a los más enfermos. —Gracias a Dios que Robert pudo ayudarnos. —Él siempre está dispuesto, tiene mucha voluntad de servicio, aunque también le gusta ser el general de todo lo que desempeña, sospecho que Johana es la horma de su zapato, me dijo que llegó
Lamentablemente Jacinto estaba bastante complicado de salud. El problema de Jacinto fue a raíz del dengue que hizo que se complicaran sus afecciones cardiacas, Socorro estaba bastante afligida junto a su esposo, Belinda llegó cuando el médico hablaba con Dante y Johana en la sala de la casa. —Buenas tardes… —Señorita Belinda cómo está, que sorpresa —saludó el joven doctor con una sonrisa, era un joven, de unos 25 años, delgado pero con espada ancha, tenía el aspecto pulcro y delicado de los médicos y cara de bonachon. —Doctor Rafael, bien gracias, ¿Cómo está Jacinto? —Le decía al señor que el paciente requiere ser internado, lamentablemente su condición cardiaca es grave, pero él no acepta moverse de aquí. —Sí Jacinto debe ir a un hospital tendrá que hacerlo —dijo Dante. —Señor, mi consejo médico es que sea hospitalizado, como c